Estados Unidos y Canadá no eran dos países que estuvieran en la lista de próximos destinos, no por considerarlos poco interesantes, hay oferta cultural y natural en ambos para satisfacer a cualquiera durante años, si no porque son destinos de un nivel de gasto medio alto, con mucha afluencia turística, y que poseen unas avanzadas infraestructuras de comunicaciones, hoteleras y restauración que los hacen compatibles con casi cualquier edad y estado físico; y por tanto, de momento me atraen más destinos menos populares, con escasas infraestructuras, y con menos turismo, a los que por edad o forma física a lo mejor no podré ir de aquí unos años, y que además en muchos casos suelen ser mucho más económicos.
Como teoría no suena mal, pero luego viene la realidad, en la que se conjugan no pocos factores, que aportando cada uno su granito de arena, acabaran decidiendo el destino de cada viaje. Así que aprovechando que Rosa tiene que ir a Nueva York una semana a celebrar el cumpleaños de una amiga, cambiamos las vacaciones de septiembre por abril, y nos ahorramos un buen dinero en billetes. Durante esa semana hago un mini tour por Canadá (Niágara, Toronto y Montreal). Juntos de nuevo en Nueva York, cogemos un avión a Las Vegas, donde alquilamos un coche con el que recorreremos 5.000 km a través de cinco estados.
La
primera parte del viaje es un
loop que empieza y acaba en Las Vegas, visitando algunos de los parques naturales más populares de Utah, Colorado y Arizona. En su mayoría son paisajes de piedra rojiza, con angostos cañones creados por ríos milenarios que atraviesan extensos valles. En Mesa Verde además pueden visitarse antiguos poblados indios prehispánicos.
La
segunda parte transcurre toda ella en California. El paisaje aquí es más variado, desierto en Death Valley, cataratas en Yosemite, bosques de secuoyas gigantes y
redwoods, lagos, el océano Pacífico, antílopes, osos, leones marinos... Conforme nos acercamos a la costa hay más tráfico, más gente, ciudades más grandes. El ambiente es algo más estresante, menos relajado.
Pero a pesar de todas las bellezas naturales, nuestra mejor jornada fue en Logandale, durante el
Clark County Fair & Rodeo, una feria tradicional con rodeo, vaqueros, tiovivos, música
country, limonada, hamburguesas, tacos y mucha diversión. Como durante el resto del viaje, fue una oportunidad única para conocer un poco más de cerca al pueblo americano, y desmitificar la imagen, en muchos casos simplista, que tenemos desde Europa de armas, imperialismo, pena de muerte y hamburguesas.