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ORIENTE MEDIO

Palmyra

Vistas desde Qala'at Ibn Maan Aunque desde mucho antes había sido parada para las caravanas que hacían la ruta de la seda, Palmira alcanzo su máximo esplendor alrededor del siglo II cuando se convirtió en la capital del imperio de la reina Zenobia, la Cleopatra siria. Hija de un beduino, se casó con el príncipe de Palmira y a la muerte de este construyo un imperio a la sombra de Persia y Roma. Pero su ambición fue demasiado lejos. Tomó posesión de toda Siria, el Bajo Egipto y envió ejércitos hasta el Bósforo. Los romanos finalmente la derrotaron, Palmira fue saqueada y destruida, y Zenobia exhibida en Roma, como prisionera y atada con cadenas de oro en el desfile triunfal.
Sexto día Palmira se encuentra en el corazón del desierto, al lado de un frondoso oasis de palmeras. Con calor y arena por doquier, el pueblo discurre alrededor de una calle principal sin asfaltar donde se encuentran la mayoría de hoteles y restaurantes. El hotel Citadel, donde nos hospedamos, nos propone un tour por 500 SL que incluye desplazamientos en coche y entradas al castillo y las tumbas, desplazamiento desde ellas al Templo de Bel y luego al hotel. Aceptamos.
Qala'at Ibn Maan Qala'at Ibn Maan (75 SL), el castillo, situado en lo alto de una colina, es sin duda el lugar perfecto para controlar el desierto desde lo alto. Ofrece vistas espectaculares de las ruinas y de la ciudad nueva. En primer plano se ve la pista para carreras de caballos y camellos que se realizan durante el Palmyra Desert Festival, en el mes de mayo, al que se acercan cada año el Rey de Siria y el Emir de Qatar. Un lugar ideal para ver el atardecer si no fuera porque a última hora aparecieron algunas nubes.
De vuelta al pueblo cenamos en el Traditional Palmyra, especializado en comida beduina. Mansaf, un plato a base de cordero, arroz y yogurt seco, decorado con cacahuetes y piñones. De postre sandia, deliciosa y jugosa pero demasiado caliente.
Arco monumental, ruinas romanas de Palmyra La gran columnata, ruinas romanas de Palmyra El tetrápilo, ruinas romanas de Palmyra Ruinas romanas de Palmyra Ruinas romanas de Palmyra
Ruinas romanas de Palmyra Septimo día Nos levantamos a las 4:45, y a las 5:20 ya estamos en la calle. Temperatura 30º y aún es de noche. Vemos amanecer en las ruinas Patrimonio de la Humanidad - UNESCO. El sol va subiendo poco a poco por encima del oasis que hay junto al Templo de Bel. También sube la temperatura. Por suerte el fuerte viento evita que se dispare la sensación térmica. Apenas encontramos cuatro o cinco turistas a estas horas.
Las ruinas son imponentes. Tras pasar bajo el arco monumental se accede a una vía columnada, que era el eje central de la ciudad. Tiene 1.200 mts de longitud y está bordeada por más de 200 columnas, las cuales tienen unas repisas sobre las que se colocaban estatuas de la gente influyente de la ciudad. Durante el camino a sus costados se pueden ver el anfiteatro y los restos del ágora, el senado, varios templos, algunas viviendas con mosaicos y patio central, y el "tetrápilo", erigido en un plaza ovalada y que señala el primer cambio de orientación (10 grados) de la Gran Columnata. La avenida acaba en un templo funerario desde cuya azotea se tiene una visión completa de las ruinas. Paseando con calma pero sin pausa para evitar que nos pillara el sol, hacemos todo el recorrido en un par de horas.
La gran columnata, ruinas romanas de Palmyra Santuario de Baalshamín, ruinas romanas de Palmyra Templo funerario, ruinas romanas de Palmyra Campo de Diocleciano, ruinas romanas de Palmyra Campo de Diocleciano, ruinas romanas de Palmyra
Torre de Elahbel, Ruinas romanas de Palmyra Volvemos al hotel, reposamos diez minutos, desayunamos y a las 8:40 salimos hacia las tumbas. Situada al oeste de las ruinas, la necrópolis es quizás la parte más interesante de todo el complejo. Destacan dos estructuras. La Torre de Elahbel (75 SL), un torreón de cinco plantas con capacidad para 300 personas. Tiene un rica decoración interior y las paredes llenas de nichos donde aún se ven los bustos de los difuntos. Y la tumba subterránea del Hipogeo de los Tres Hermanos (75 SL) que contiene más de 400 nichos, y aún conserva en sus paredes gran cantidad de frescos. Las tumbas tienen unos horarios de apertura "algo singulares", lo hacen por intervalos de media hora a las 8:30, 10:00, 11:30 y 16:30. Si tenéis que ir caminando mejor consultarlo antes.
Anfiteatro, Ruinas romanas de Palmyra De allí nos llevan en coche al Templo de Bel (150 SL), dedicado al dios supremo de los habitantes de la ciudad, y una de las principales atracciones del recinto. Con el paso del tiempo fue iglesia bizantina, fortaleza árabe, mezquita mameluca y finalmente destruido y saqueado en el siglo XV. El santuario se conserva en estado óptimo, del resto aún se distingue el inmenso patio lleno de columnas rotas y desgastadas, y el pasillo hasta el altar del sacrificio. A cinco minutos caminando se encuentra el Anfiteatro (75 SL), cuidadosamente restaurado. En la actualidad solo tiene doce filas aunque se cree que antiguamente era más alto y de mayor capacidad.
Esperando al chofer que nos a de llevar al hotel el termómetro marca 41º a la sombra, y aún no son las once. Decidimos sacarlo al sol para ver hasta donde llega. Cinco minutos más tarde, cuando nos recogen, ya marca 48º. Dormimos hasta las 14:30, y a las tres ya estamos en la estación de autobús, a dos kilómetros de la ciudad, cogiendo uno dirección Damasco (120 SL).
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Mansaf, Traditional Palmyra Rest. hotel Hotel Citadel. 750SL. hab. doble con baño completo, ventilador y a/a. Básico, falta presión de agua y la taza del baño está sucia. La ventaja que nos ofrece es que dentro de una limpieza moderada nos permite quedarnos al día siguiente hasta que vayamos a Damasco. e-mail citadelhotel@hotmail.com
Restaurante Rest. Traditional Palmyra. Especializado en comida siria y beduina. 750 SL por un agua, dos cervezas grandes, un plato de mansaf y otro de kwadj. Personal amable. De camarero hay un niño algo listillo, que habla más idiomas que lenguas existen.
Mapa Pequeño mapa de la Ciudad que aparece en el reverso de la tarjeta del Hotel Citadel.
Bus  Homs Palmyra, 2h, 70 SL, Compañía Qadmus. Los asientos no  son tan cómodos ni anchos, además el aire acondicionado no funciona bien. Reparten vasos de plástico y agua gratis.