

Ayer había muy mala mar en el
Santuario de Tubod, el vigilante nos aconsejó no bañarnos debido a las fuertes corrientes. A primera hora de la mañana, antes de desayunar, lo volvemos a probar. Aguantamos una hora con un mar bastante movido, y mala visibilidad por la arena que mueve la corriente. Cuando pagamos, el vigilante nos avisa de que seguramente estará así durante varios días, que si queremos hacer
snorkel es mejor que vayamos al otro lado de la isla, a la zona de Salagdoong y Tulapos.
Seguimos su consejo, por internet localizamos un hotel que hace buena pinta en Salagdoong Beach, desayunamos en
Tori’s Backpacker’s Paradise (390 PHP) y salimos, parando en un par de puntos turísticos.


La primera parada es el
Ancient Balete Tree de Campalanas. Es una higuera estranguladora, un tipo de ficus que crece alrededor de un árbol huésped y lo estrangula. Tiene unos 20 mts de altura, y de sus ramas cuelgan las raíces, lo que le da un aspecto fantasmagórico. De hecho, estos árboles son asociados con brujería, y se cree que en ellos habitan duendes, elfos y demonios. Situado al margen de la carretera, se calcula que tiene unos 400 años, y es considerado el más viejo y grande de la isla. Este ejemplar en concreto tiene una particularidad, de sus raíces surge un manantial natural cuyas aguas son recogidas en una pequeña poza, en la que habitan unos pequeños peces que se comerán las durezas de tus pies si los sumerges en el agua (ictioterapia). Hay una pequeña zona donde dejar la moto, un restaurante y algunas tiendas de souvenirs. 20 PHP acceso, 5 PHP aparcar moto.

Cascadas Cambugahay, 20 PHP acceso, parking la voluntad (10 PHP). El entorno es paradisiaco, completamente rodeado de selva, las tranquilas aguas color turquesa del rio Po-o forman varias cascadas, cuya agua cae sobre pozas hábiles para el baño rodeadas de palmeras y vegetación. La cascada más alta tiene unos 7 mts de altura, hay una zona de salto e incluso una cuerda para poder balancearte y caer en el centro de la poza. Esta es la más visitada, es sábado y el lugar está a reventar, 90% turismo local. Conforme remontas el río las zonas de baño son más tranquilas. Hay varios tenderetes con barbacoa, aunque no hay ni lavabos ni cambiadores. Sin duda un lugar ideal para pasar un buen rato, disfrutando de alguna sombra y del agua fresquita, rodeado de escandalosos bañistas.


La verdad es que en la carretera de circunvalación las opciones para comer son escasas. Unos seis kilómetros antes de llegar a María, tuvimos la suerte de parar en uno de los mejores restaurantes de todo el viaje,
Chef Joe’s Cuisine & Homestay. Un excelente restaurante familiar, con platos filipinos y de origen chino. Los zumos deliciosos, de aguacate y coco, pero lo mejor fue el
lechon kawali. Es panceta de cerdo frita crujiente, a mí me recuerda al morro frito, pero combinando trozos de carne jugosa, con trozos crujientes y grasa, una mezcla letal para el colesterol, pero deliciosa. No necesita arroz. Este tipo de fritura crujiente, que comimos bajo diferentes nombres, fue nuestro plato estrella durante el viaje.


Pasado el pueblo de
María, donde hay un mercado con varios puestos donde sirven comidas (al menos a mediodía), hay un desvío de unos dos kilómetros que lleva hasta la
playa de Salagdoong (40 PHP acceso). Hay un pequeño parque acuático, un punto de salto desde un acantilado a unos 10 mts de altura, un resort, un restaurante bastante malo y zona de parquing. Alejado de todo esto, en un extremo de la playa está
Jelly Sea Resort, 2.000 PHP, pago por Booking. Es un pequeño hotel con 6-8 habitaciones frente al mar, en una zona de
snorkel con abundante vida marina a cinco metros de la orilla. Habitación doble, espaciosa, moderna, con baño privado, nevera, librería y terraza con hamacas, no incluye desayuno. En la misma playa hay un
restaurante, a 150 mts, nuestro único vecino, aunque es bastante mejorable, el servicio malo y la comida de subsistencia, hay opciones en la carretera dirección Larena o en el pueblo de María mucho mejores.



Tras la decepcionante cena de ayer en el restaurante de la playa, vamos en busca de mejores opciones para desayunar. Conducimos dirección Larena, ya que queremos bañarnos en la playa de Tulapos. Vamos encontrando casas, alguna panadería, algún puesto de venta de fruta, pero la primera opción real para desayunar no aparece hasta que hemos recorrido unos seis kilómetros.
Café José es un agradable local de madera, con terraza cubierta, sitio para aparcar coches y motos, y una gran variedad de desayunos filipinos y zumos. Escogemos arroz con huevos fritos, uno acompañado de
longanissa y el otro de
bacon, además de un par de zumos de aguacate, 257 PHP.
Antes de ir a la playa nos acercamos a Larena para sacar dinero de un cajero automático, en María hay uno, pero solo funciona con tarjetas locales. En
Larena tienen sucursal diferentes bancos, y en el tercero que probamos hay suerte y dispensa dinero para tarjetas extranjeras. Lo mejor es venir a la isla con suficiente efectivo. Aprovechamos para comprar el billete a Dumaguete, donde iremos de aquí dos días. Desde Larena hay un ferry diario de la compañía
Montenegro, pero sale a las 06:00, demasiado pronto habiendo otras opciones. Desde el pueblo de Siquijor, a quince minutos de Larena en triciclo, salen una docena de ellos todos los días. Por suerte
Oceanjet tiene oficina en Larena y podemos comprar un billete (250 PHP) para el ferry que sale mañana a las 10:50.

El
Santuario Marino de Tulapos fue establecido en 1986, abarca alrededor de 14 hectáreas de litorales, playas, manglares y arrecifes de coral, que albergan muchas especies de flora y fauna, y un variado ecosistema marino. La actividad principal es el
snorkel. Bañarse en la playa es gratis, aunque en la orilla no hay nada que ver. Hacer
snorkel, para lo que hay que adentrarse unos doscientos metros, cuesta 50 PHP por persona y 250 PHP el guía obligatorio. Para llegar hasta la zona de avistamiento hay que atravesar una zona de algas, rocas, corales y almejas gigantes, que en condiciones normales podríamos atravesar nadando, pero cuando hay marea baja y solo dos palmos de agua es imprescindible que alguien te lleve por el camino correcto. Una vez dentro el mar está en calma, estamos a 200 mts de la costa y debajo nuestro hay 15-20 mts de agua, es el
snorkel más raro que he hecho jamás. En una hora vemos una docena de tiburones de punta blanca, una tortuga, una raya, un banco de 2000 barracudas, almejas gigantes, varios
jackfish realmente grandes y todo el resto de fauna tropical.

De vuelta al hotel paramos en
Café José. Nachos con queso fundido, un batido de mango y un batido de fruta de la pasión. Frente a nuestra habitación en Salagdoong Beach nos damos un baño después de la siesta. Hay que atravesar unos 15 mts de zona rocosa, con apenas medio metro de agua, después hay una zona con abundantes islas de coral, y tras ellas la pendiente arenosa va ganando profundidad, hasta los 10-15 mts a 200 mts de la playa. Hay muchos bancos de peces pequeños de muchos colores, estrellas de mar, alguna morena, peces globo… Cenamos en la terraza de nuestra habitación unas sopas deshidratadas, que hemos comprado en un supermercado de Larena, y una cerveza bien fresquita.

Otro día mas de relax. Nos levantamos a las siete, desayunamos un té con algunas pastas, que habíamos comprado en una
pastry de la carretera, en la terraza del hotel y volvemos al
Santuario Marino de Tulapos. Vamos con un guía diferente pero la fauna es prácticamente la misma, tiburones de punta blanca, tortugas, banco de barracudas, almejas gigantes,
jackfish, peces tropicales de todos los colores, solo falta la manta raya.


Tras ducharnos en el hotel intentamos ir a
Cantabon por la carretera interior, con la intención de visitar la montaña de Bandila-an, disfrutar de las vistas desde el mirador que hay en su cima y la cueva de Cantabon. Cuando acaba la carretera asfaltada y empiezan los caminos de tierra Google Maps va tan perdido como nosotros, después de una hora dando vueltas desistimos.
Comemos en el
Court Food del Mercado de Maria, una degustación de cinco platos: rollito de verduras, verdura en salsa picante de coco, fideos fritos, ternera y sepia, muy bueno todo. Para el postre volvemos a
Café José, batido de aguacate para Rosa,
mango float para mí.

A las 16h, después de la siesta, nos bañamos frente al hotel. En la orilla hay un sinfín de pequeña fauna fácil de ver, merodeando entre los corales, pero para ver tortugas hay que adentrarse unos cien metros. Conseguimos ver tres o cuatro, pero hoy hay poca visibilidad, cuesta ver el fondo, no vemos tiburones, es posible que con mar clara y paciencia aparezcan también.
Harbour Lights. Restaurante familiar en la carretera de circunvalación, a 500 mts del desvío hacia Salagdoong Beach dirección Larena. Deliciosa
sopa lomi (sopa densa de fideos con carne, verduras, y huevo) y una San Miguel, 190 PHP. Tiene karaoke, y al poco de empezar a cenar podemos "disfrutar" de cuatro adolescentes haciendo uso de él.