Tbilisi se expande, encajada entre colinas, a ambos lados del río Mtkvari. Gracias a ello desde Nariqala, antigua ciudadela que se remonta al siglo IV, se tienen unas estupendas vistas de su ciudad vieja. Calles sinuosas, viejas casas balconadas, pequeñas plazas verdes, hermosas iglesias, sinagogas, mezquitas, baños termales y sulfurosos, hoteles, bares y cafeterías llenos de gente a todas horas, esta es sin duda la zona mas interesante de la ciudad. En un extremo del barrio, en la Plaza de la Libertad, nace la avenida Rustaveli cargada de edificios del siglo XIX y donde se encuentran algunos edificios emblemáticos de la ciudad como el Parlamento, el Teatro Rustaveli, el Pala-cio de la Opera, la Galería Nacional o el Museo Arqueológico de Georgia. Tbilisi es una ciudad moderna con un largo pasado, el centro histórico es cómodo para pasear, hay una amplia oferta cultural y se come de fábula.
El
aeropuerto internacional de Tbilisi esta a 17 km del centro de la ciudad, es moderno y funcional y dispone de cajeros automáticos. Nada más salir de la terminal, tras los taxis, esta la parada del
bus 37 (0,75 GEL) que tarda 1h en llegar a Rustaveli. Es el peor autobús que cogimos en Georgia, olía como un autobús subsahariano y en algunos momentos se llenaba como tal.
Nuestro primer hotel esta en una zona de callejuelas estrechas y adoquinadas a escasos 100 mts de
Rustavelis modeni, una plaza con algunos bares y restaurantes dominada por una estatua de Shota Rustavelis, poeta medieval autor de la obra "El caballero en la piel de tigre", el poema épico nacional georgiano. Cruzando dirección sur hay un pequeño mercadillo de souvenirs en la acera. Un poco de todo,
qantsis (cuernos tradicionales para beber vino), espadas, muñecos de trapo con trajes regionales, imanes, libros de cocina...
Llegamos a
Rustaveli av., una calle de 1,5km de largo donde se situan algunos de los edificios mas emblemáticos de la ciudad. Es una calle con seis carriles de doble sentido y con muchísimo tráfico, muy peligrosa para cruzar a pie, hay que buscar los escasos pasos subterráneos. Las aceras están llenas de pequeñas estatuas, en bronce creo, que parecen personajes de teatro burlesco. El
Palacio de la Opera, donde se celebran conciertos de música clásica y ballet, esta en obras. Junto a ella
Rustaveli Theater, un edificio de estilo rococó construido en 1921, donde durante los días que estuvimos en Tibilisi no hubo ninguna representación. Un poco mas abajo encontramos la
National Gallery y la
Iglesia Kashveti de San Jorge. Frente a ella, al otro lado de la calle, se encuentra el edificio del
Parlamento, frente al que se han celebrado algunos de los mas destacados eventos de los últimos 25 años.
Después llegamos a la antigua Plaza Lenin, ahora llamada
Plaza de la Libertad, donde la estatua del líder comunista ha sido sustituida por una estatua dorada de San Jorge montada sobre un enorme pedestal. Tras la plaza llegamos a los pies de la colina coronada por la fortaleza Narikala. No subimos hasta ella, pero visitamos las iglesias de
Lower y
Upper Bethlehem, dos iglesias armenias que durante la década de los 90 fueron sometidas a un duro proceso de "georgianización" que llevó a la eliminación o destrucción de toda la iconografía armenia, incluyendo numerosos frescos y
khachkars.
Los alrededores de la calle
Erekle II son una serie de calles peatonales y estrechas ideales para pasear, que transcurren paralelas al río, y que fueron el eje comercial de la ciudad vieja en la época medieval. Empezamos en el
Gabriadze Marionette Theater fundado en 1981 en un edificio del siglo XIX. Su principal atractivo es la Torre del Reloj construida en 2011 por el propio Rezo Gabriadze. Es una curiosa torre de ladrillo inclinada, formada por varios bloques que parecen colocados uno encima del otro al azar y a punto de caer en cualquier momento, decorada con marionetas, vasijas, llamativas baldosas y excentricidades propias de un cuento de hadas. Cuando el reloj da las horas, dos puertas se abren y un ángel de alas doradas aparece mientras golpea la campana con un martillo. Junto al teatro disponen de un café restaurante donde se come estupendamente.
Frente al teatro esta la
Basílica Anchiskhati, la iglesia mas antigua de la ciudad, y algo mas allá la
Sioni Cathedral (siglo XIII), donde se conserva la cruz que San Nino hizo con ramas de vid y anudó con su propio pelo. Enfrente esta el
Puente de la Paz, una peculiar estructura peatonal contemporanea de 150 mts que atraviesa el río Mtkvari. Fue diseñado por Massimiliano Fuksas y creó una fuerte polémica en la ciudad por su excesivo modernismo y elevado precio. A nosotros nos recuerda a un nudibranquio, y nos encanta.
Cruzando el puente Metekhi desde el barrio antiguo se llega al barrio de Avlabari. Lo primero que vemos a mano derecha es la
Iglesia Metekhi y la estatua ecuestre del rey Vakhtang Gorgasali en una pequeña colina sobre el río Mtkvari. A mano izquierda queda el Parque de Rike donde desde junio de 2012 un
teleférico lo une con Narikala Fortress pasando sobre el río
Mtkvari. El paseo cuesta 1GEL y ademas de un acceso rápido y cómodo a la cima de la colina, ofrece unas fantásticas vistas panorámicas de la ciudad. Una vez arriba se puede visitar la
Fortaleza Narikala, el viejo Jardín Botánico y
Kartlis Deda, una enorme estatua de aluminio de 20 mts de altura que representa la Madre Georgia.
Sobre una colina en el margen izquierdo del río esta la
Catedral Tsminda Sameba, un enorme templo de 84 mts de altura construido para conmemorar los 2.000 años del nacimiento de Cristo y los 1.500 años de la creación de la Iglesia Ortodoxa Georgiana. El complejo incluye además un campanario independiente, la residencia del Patriarca, un monasterio, un seminario clerical y academia teológica, y varios talleres. Su interior austero y la falta de fieles cuando lo visitamos, solo aumentaba su aspecto megalomaníaco.
Reservamos nuestro primer hospedaje por internet, el
Darchee Hostel. 60 GEL, hab. doble. En la estrecha calle adoquinada que sube desde Rustaveli Modelani. Dividido en dos plantas, abajo hay dos baños, solo uno de ellos tiene ducha, y además funciona fatal, y arriba hay dos habitaciones compartidas para seis y ocho personas, más nuestra pequeña doble con balcón. Dispone de comedor con una mesa, unos sofás y una pequeña cocina. Wifi, café y té gratuitos todo el día. En la escala baja de los hoteles baratos. Evitar.
Decepcionados cambiamos al extremo contrario,
Hotel Villa. 165 GEL. Caro pero sin riesgos. Amplia habitación doble con baño completo, agua caliente abundante e hidromasaje. Hay WIFI. Sirven desayunos. Terraza interior muy cómoda y agradable.
Pero ese precio era insostenible para nosotros, así que por fin encontramos el punto medio perfecto.
Envoy Hostel, 85 GEL, habitación doble con toallas y desayuno incluido. Baño siempre compartido. WIFI en todo el hotel y un ordenador con acceso gratuito a internet. Además tienen habitaciones de cuatro, seis y ocho personas, no incluye toallas (alquiler 2 GEL). Un diez para atención al cliente, amables, eficaces, y buenos conocedores de la ciudad y la región. Junto al hostel homónimo en Yerevan organizan excursiones en ambos países, y un interesante tour guiado que une ambas capitales los viernes y sábados. Situado en el barrio viejo, donde se encuentra la mejor oferta de ocio y restauración.
En cuanto a restauración, hay buenas opciones por toda la ciudad pero son mas evidentes en los puntos turísticos. En la zona de
Rustaveli y alrededores.
Sophia, amplia terraza en un patio interior detras del teatro Rustaveli.
Kinkalis, cerveza y platos típicos georgianos. Servicio muy lento. Ración de
kinkali y dos cervezas, 12 GEL.
Chakrulo. Local con terraza en Rustaveli 38. Buena comida, aunque de la música y el baile que habla Lonely Planet no encontramos nada.
Lobio, sopa
khulo y dos cervezas, 20 GEL.
Pasanauri , 37/46 Griboedovi St, junto al Hotel Villa. Taberna de barrio frecuentada por georgianos, interior de madera con decoración rústica y música ligera de fondo. Comida deliciosa. Surtido de
pkhali (remolacha, espinacas y berenjenas) y
kinkali de champiñones, bañado con dos cervezas.
Imprescindibles en el
barrio viejo.
Guliani, Leselidze 43. Sabrosísima comida georgiana y servicio agradable. Dos veces estuvimos.
Ostri,
olive y dos cervezas, 20 GEL.
Chikhirtma, berenjenas con nueces,
ghomi con queso y dos cervezas, 29 GEL.
Cafe Gabriadze, llamado así en honor al titiritero georgiano Rezo Gabriadze, forma parte del teatro de marionetas que hay junto a la Torre del Reloj, sirven comida georgiana tradicional en bonito local con terraza. Ideal para un día soleado. Ensalada de pepino y tomate,
megrelian kachipuri, copa de vino y limonada natural, 33 GEL. En la calle
Leselidze hay tres joyas mas a tener en cuenta. En el número 34 hay una Yogurtería que hace muy buena pinta, una frutería que vende
churchkhelas (dulces georgianos),
Luca Polare, probablemente los mejores helados de la ciudad. A 200 mts dirección Rustaveli hay un
fast food de
kachapuris, buenísimos y baratos.