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Túnez

Alquilar un coche

Alquilar un coche en Túnez, donde las distancias son relativamente cortas, el transporte público muy limitado a la costa, y sus atractivos (sobretodo en el sur) muy dispersos, es la mejor forma de conocer el país. La gasolina se paga a 0,7€ el litro y los precios de alquiler son comedidos. Con CamelCar alquilamos un Volkswagen Polo doce días por 250€ con kilometraje ilimitado. Pero cuidado, la forma de conducir no es muy diferente del resto de países africanos o del sudeste asiático, hacen falta mil ojos, no hay que dejarse engañar por unas carreteras bien señalizadas y en un correcto estado de conservación, "esto es la selva".
Clasica furgoneta tunecina, Ezahra Carretera de Matmata a Douz Atravesando el palmeral de Chebikka Carretera de Douiret a Tataouine Carretera de Matmata a Douz
Las carreteras son en general de un solo carril con arcén de tierra o gravilla, aunque con tramos lo suficientemente anchos para detener un coche. En la mayoría de ellas hay mojones cada kilometro indicando la distancia hasta el siguiente pueblo, las líneas suelen estar pintadas y hay bastantes señales. El firme esta en buen estado, no suele haber baches destacables y se ven con frecuencia obras de mantenimiento. Las gasolineras suelen ubicarse en los grandes centros urbanos y sus proximidades, así que dependiendo de la carretera no es raro hacer 100 km sin cruzarse con ninguna. Otra fuente de suministro son los pequeños bidones de cinco litros de gasolina libia o argelina que hay en los márgenes de algunas vías o pueblos pequeños.
Gasolinera callejera en el centro de Tozeur Señal de Stop saliendo de Ezahra ¿Donde quieres ir?, Douz Mojon en la carretera de Matmata a Douz Gasolinera callejera en Mides
En cuanto al conductor tunecino, en general, esta convencido de que la línea continua es un derroche incomprensible de pintura, ya que cualquier zona es valida para adelantar. Circular entre dos líneas no es su fuerte, y menos aun en las curvas. El  intermitente no se usa, que se gasta. Se incorpora a la calzada sin mirar, los demás llevan frenos de serie, y por supuesto, se para donde y cuando lo necesita abriendo la puerta sin importar quien viene detrás. El peatón camina por la calzada, a su ritmo, haciendo eses o aspavientos con los brazos si es necesario. Se detiene a hablar con amigos y conocidos, y nunca mira al cruzar, el asfalto es su territorio y no comprende como alguien puede caminar por las aceras, que aunque dan un aspecto moderno a la ciudad, están llenas de terrazas, tenderetes y coches aparcados, o se han convertido en extensiones de cualquier tipo de negocio. Por supuesto motos y bicis ni tienen carril ni sentido, y van por donde les da la gana. En el sur, el cruce de camellos es un peligro real, vimos manadas de hasta 200 ejemplares, y un choque contra una animal de mas de 600 kg no es ninguna broma.
Carretera de Matmata a Douz Camellos en la carretera de Tozeur a Chebikka Camellos cruzando la carretera de Tozeur a Chebikka Camellos cruzando la carretera de Tozeur a Chebikka Carretera de Tozeur a Chebikka
En algunas carreteras hay radares y controles de policía que ocupan ambos carriles en zigzag y que obligan a detenerse por unos segundos, aunque tras un rápido vistazo o un saludo fraternal por nuestra parte nos dejan pasar sin más problemas. En el sur militares armados sustituyen a la policía, y tanquetas a los coches patrulla, supongo que debe de ser por la proximidad con Libia.