


Antes de llegar a la costa oriental de Quintana Roo, hacemos una parada de un par de días en
Bacalar. El paradisiaco pueblo se encuentra a las orillas de
Laguna Bacalar, o Laguna de los Siete Colores, por las diferentes tonalidades de azul que adquiere el agua, una enorme extensión de aguas transparentes poco profundas rodeada de selva, manglares y cañaverales. Forma parte de un sistema de 55 km de largo que se comunica con la bahía de Chetumal. Este acceso al mar permitió incursiones de tropas inglesas, piratas y filibusteros, lo que propicio la construcción del Fuerte de San Felipe (siglo XVIII), que actualmente alberga un museo.
Bacalar es un pueblo tranquilo y apacible construido a orillas de una laguna ideal para nadar, bucear y realizar tranquilos paseos en lancha. La mayoría de los comercios abren de 18h a 22h, porque a mediodía hace tanto calor que no hay quien salga a la calle. El centro es el Zócalo General Ángel Remigio Rosado, una amplia plaza presidida por un quiosco y rodeada de jardines bien cuidados, un cajero automático, un par de supermercados, varios restaurantes y un hotel. Por un lado queda el Fuerte de San Felipe, y tras él las tranquilas aguas de la laguna; y por otro la Iglesia de San Joaquín (XVIII) de estilo colonial.


Alquilamos una
barca a motor que por 600 MXN nos lleva a nosotros solos a dar una vuelta por la laguna. Empezamos la visita bañándonos en dos de los cuatro cenotes que tiene la laguna: el cenote negro, pegado a la orilla y rodeado en dos terceras partes de vegetación tiene una profundidad de 80 mts; y el cenote esmeralda, el más ancho de todos ellos. Luego visitamos uno de los escasos lugares en el mundo donde quedan estromatolitos, piedras vivas gigantes de agua dulce, son comunidades de bacterias similares a los arrecifes, organismos con una antigüedad de 3,5 millones de años, capaces de sintetizar carbono y producir grandes cantidades de oxígeno. Forman un pequeño valle submarino y podemos nadar entre los pequeños cañones que forman.


El agua de la laguna es color azul muy claro, en algunas zonas esmeralda turquesa, está muy caliente y muy limpia. Luego llegamos a un extensión de tierra dentro de la laguna conocida como la isla de los pájaros, la cual alberga a diversas especies de aves propias de la región. Seguimos por el canal de los piratas, paso natural entre la bellísima Laguna de Bacalar y la Laguna Mariscal, llamado así por ser la vía de acceso para las incursiones de piratas y corsarios desde el mar Caribe durante los siglos XVII al XIX.
Junto al canal se forma una pequeña isla de escasa profundidad, apenas un par de palmos, donde el fondo es un lodo blanquecino con una alta concentración de minerales, ideal para hacer un "spa" natural. Así que con la idea de que es bueno para la piel, no dudamos en embadurnarnos todo el cuerpo de lodo. De vuelta al pueblo se pone a llover, y vemos, creo que por primera vez en mi vida, un arco iris completo. El paseo ha durado dos horas. Los precios de estos paseos son negociables, empiezan en 250 MXN hasta 400 MXN por persona en barcos a motor (depende de cuantos, el precio de una barca completa suele ser de unos 1100 MXN) a 500 MXN por persona en los veleros.
Prácticamente toda la orilla del lago está en manos de hoteles y restaurantes, apenas hay accesos públicos a la laguna, al menos dentro del pueblo.
La Playita, música
chill out y diseño austero a orillas de la laguna. Inmejorables vistas del atardecer. Carta con diversas cervezas y platillos para picar. Plato de nachos y dos cervezas, 145 MXN.
El barril. Tras la plaza del zócalo. Ensalada de queso de cabra, hamburguesa rellena tres quesos, chile habanero, dos margaritas buenísimos y cuatro cervezas artesanales. Comida deliciosa, música relajante y una terraza de lo más agradable. Cerveza artesanal. 235 MXN
Pata de Perro, 660 MXN. En la plaza del zócalo. Habitación doble amplia, cocina y lavabo compartidos sin agua caliente, limpieza regular, tiene
wifi pero no tv. Sin parquing, o no está disponible, no aceptan tarjetas. Desayuno: pan dulce y un café. No sé cómo puede tener una puntuación de 9 en
Booking. Dado el escaso desayuno que ofrece el hotel bajamos al bar de al lado.
Café Laguna de Bacalar, tortilla de queso y cheya, zumo de sandía, te, tostadas con mantequilla y mermelada, 190 MXN.

Decepcionados con el hotel, decidimos cambiar.
Hotelito Amigos. 700 MXN habitación doble con terraza, hamaca, ventilador, aire acondicionado y
wifi. Jardín y muelle con acceso directo a la laguna. Desayuno aparte, unos 80-100 MXN c/u. Media docena de habitaciones. Zona muy tranquila, sin servicios de ningún tipo alrededor, a 2 minutos en coche del centro.
Cenote azul. Seguir la avenida junto a la laguna hasta el final, cuando se une a la carretera general, entonces queda a mano derecha. Acceso 10 MXN, parquing la voluntad. Su nombre viene del color azul turquesa de sus aguas. Parece una pequeña laguna circular a cielo abierto, de unos 300 metros de diámetro y 90 metros de profundidad, completamente rodeada de vegetación. Está permitido el baño. En sus paredes hay multitud de raíces y troncos entrelazados y sobrepuestos, el agua está caliente. Tiene restaurante a precios razonables, con platos regionales a base de pescado y marisco.

Balneario Ejidal Mágico Bacalar (acceso 10 MXN). Zona de recreo a orillas de la laguna con zonas de baño, toboganes aquáticos y alquiler de kayacs. Sirven comidas en el restaurante y en un agradable jardín con
palapas (30 MXN) junto a la orilla. Un buen lugar para pasar un día relajado, entre chapuzones, comida y siesta. Combinado de pescado y camarones, con arroz, ensalada y frijoles, jarra de limonada, 390 MXN. La ración es tan grande que nos llevamos los restos en una fiambrera para cenar.