
Iniciamos el largo camino al norte, de vuelta a Tunis. Hoy dormiremos en
Kairouan haciendo una parada en
Sbeitla para visitar sus magnificas ruinas romanas. En los primeros 93 km hasta Gafsa el único pueblo que atravesemos es Metaoui, bastante mas grande que los vistos en el sur. Seguimos dirección Sidi Bouzid, localidad donde se inmoló a lo bonzo Mohamed Bouazizi, dando origen a las protestas que iniciaron La Primavera Árabe, hasta Bir el Hfey donde cogemos el desvío a Sbeitla. En los márgenes de la carretera se ven chumberas y miles de pimientos rojos picantes, usados para confeccionar
harissa, colgando en ristas. Tras 3h30 y 215 km de carretera de un solo carril llegamos a Sbeitla, todavía a 100 km de distancia de Kairouan.

La creación de la ciudad romana de
Sufetula data de la segunda mitad del siglo I d. C., favorecida por la existencia de manantiales de agua, canteras y mesetas usadas para el cultivo del olivar. Sede obispal desde el siglo III, tras ser arrasada por los vándalos vive una nueva época de esplendor con los bizantinos, para ser finalmente abandonada por los musulmanes. La entrada al recinto arqueológico hay que comprarla al otro lado de la carretera, en el Museo Arqueológico,
acceso 5 TND, permiso
cámara 1 TND.

La mayoría de la ruinas datan del siglo II, época en la que el Túnez romano vivía su máxima prosperidad. Entre sus restos destacan varias termas con un complejo sistema de calefacción todavía visible, el antiguo teatro, de las iglesias de San Servus y Bellator es fácil adivinar su tamaño por los restos de las columnas, las impresionantes pilas bautismales recubiertas de mosaicos de la basílica de San Vitale, fuentes publicas, fuertes bizantinos, incluso un imponente arco de triunfo, pero lo mejor viene cuando cruzando la Puerta Antonina se accede a un amplio foro adoquinado y flanqueado por columnas que conduce a los templos dedicados a las tres principales deidades romanas, Jupiter, Juno y Minerva.
Tras nuestra visita a Sbeitla ponemos la directa a Kairouan, e iniciamos la búsqueda de hospedaje.
Hotel Sabra, 30 TND, un poco cochambroso, habitaciones pequeñas y falto de higiene.
Hotel Tunisia, 40 TND, habitaciones mas grandes pero aun un poco justo.
Hotel Splendid, 54 TND, hab. con recibidor, baño y ducha, cama doble, TV, calefactor, todo parece muy limpio a primera vista. Pero tras unos minutos en ella aparece una cucaracha y en la taza del lavabo descubrimos algunos "manolitos". No nos movemos por desidia, pero no es un chollo. Desayuno: rebanadas de pan, mantequilla, mermelada de higos y
plumcake.


La dinastía de los aghlabides, fundada en 800, hizo de
Kairouan la capital de la extensa provincia de Ifriqiya (el África romana), y propició una época de prosperidad en la que edificaron la Gran Mezquita. Posteriormente la ciudad fue devastada por los hilalianos, un pueblo de nómadas saqueadores, y entró en declive después del siglo XI. La vida gira alrededor de la mezquita y la Ville Nouvelle que confluyen en la Place des Martyrs, delante de la puerta sur de la medina en Bab ech Chouhada, donde se inicia la ave 7 Novembre que la cruza de norte a sur. Una larga muralla de ladrillo claro, dentada y salpicada de torres, rodea el complejo tejido de callejuelas, pasadizos y bóvedas que forman la medina, cuyos bulliciosos zocos, prácticamente desiertos de turistas, están siempre animados.
Para cenar
Karawan,
brick de maison,
kamounia de maison,
tajine a la tunesine, 21 TND. A pesar de estar aconsejado por hoteleros y Lonely Planet, yo lo encuadraría dentro de la gama media baja, el
brick bueno, pero la carne dura y la
tajine tunecina sosa.
Pastelería Amoud, espléndida, fantástica, deliciosa, moderna, original, detallista, variada... Me faltan calificativos.


Gran mezquita,
entrada combinada para seis monumentos de la ciudad 8 TND + 1 TND
cámara. Conocida como mezquita de Sidi Uqba en honor al fundador de la ciudad que decidió construir aquí la primera mezquita del Magreb. Es uno de los edificios religiosos mas antiguos y grandes del mundo islámico, y el cuarto destino de peregrinación después de La Meca, Medina y Jerusalén. Una galería de arcos y altas puertas de madera labrada que dan a la sala de oraciones rodea el patio por tres de sus lados.
Casi todos los capiteles de las columnas proceden de otros edificios, tanto paganos como cristianos. En el patio un reloj de sol marca las horas para la oración y la inclinación del suelo hacia el centro hace que el agua de lluvia se acumule en una cisterna subterránea.
Frente a la Place des Martyrs, en la puerta sur de la medina, además de hoteles baratos, restaurantes, pastelerías, teterias, cajeros automáticos, y un centro de información a 30 mts del Hotel Sabra, se toma la carretera a El-Jem, nuestro próximo destino.