Napoles

Nápoles se remonta al siglo IV aC, cuando los griegos fundaron Neapolis, la ciudad nueva. Desde entonces romanos, bizantinos, lombardos, normandos, germanos, españoles, austriacos, franceses, han pasado por aquí antes de la unificación de Italia. El legado histórico en la ciudad es enorme y diverso, castillos, iglesias, capillas, basílicas, palacios, catacumbas... Como solo le dedicamos un día entero a la ciudad, el resto fueron noches que pasamos en ella volviendo de excursiones, visitamos básicamente el centro histórico, el cruce de vía Duomo con vía Tribunali y sus alrededores. Es el centro histórico más grande de Europa y conserva casi en su totalidad su unidad y su diseño urbano original.

Vía dei Tribunali sigue el antiguo trazado de una calle griega. Va desde Port'Alba, antigua puerta de la muralla, hasta Castel Capuano, un castillo de origen normando. En su camino cruzamos Vía Duomo, donde se encuentra la catedral de Nápoles, y media docena de plazas que albergan innumerables edificios históricos, que necesitan un serio lavado de cara. Iglesias, capillas, basílicas, monasterios, claustros antiguos, obeliscos, palacios, ruinas de los muros del recinto original del IV aC, un conservatorio de música, y el acceso a Nápoles Subterránea, un laberinto de túneles, cuevas y cisternas que data de la época helenística... Vía dei Tribunali cruza también San Gregorio Armeno, una calle conocida por reunir a los mejores artesanos y tiendas especializadas en figuritas para el portal de Belén, ambiente navideño durante todo el año.

Pero quizás lo que llama mas la atención de Nápoles es el continuo ambiente de (pequeño) caos en el que se mueve, el centro histórico básicamente, poco frecuente en una ciudad europea. Los escaparates de las tiendas se expanden por arte de magia sobre las estrechas aceras de las callejuelas del barrio antiguo, provocando que debas caminar por la calzada, pegado a los coches aparcados para que ningún piloto de competición o moto contradirección te arrolle. La utilidad de la papelera publica no la enseñan en las escuelas napolitanas, las calles están sucias como si hiciera una semana que no hay servicio de recogida, ver ratas durante la noche es algo habitual. En los balcones de muchas casas y en las calles estrechas, la ropa cuelga de punta a punta, goteando sobre los peatones. Por no hablar de la obsesión religiosa, casi enfermiza, con Maradona, futbolista que jugó durante 7 temporadas en el Napoli durante los años 80, llevando al modesto club italiano a lo mas alto. Nada que ver con el orden y el esnobismo del norte de Italia.

Una de las excursiones más populares desde Nápoles es la ascensión al Monte Vesubio, el volcán que en el año 79 destruyo por completo las ciudades de Herculano y Pompeya. Se encuentra a tan solo 9 km de la ciudad y es de muy fácil acceso si tomas el tren Circumvesuviana (billete 2,4€) hasta la estación de Herculano. Para acceder al Parque Nacional del Vesubio, primero hay que comprar los tickets (11,6€) en la web de VivaTicket, donde se venden en franjas de 10 minutos, en las que solo pueden acceder 50 personas y permanecer en su interior un máximo de dos horas. Después en la estación de tren de Herculano hay que tomar un bus (billete 10€ ida y vuelta) que lleva hasta el Centro de Visitantes. Desde aquí el sendero que lleva a la cumbre son 3,4 km, ida y vuelta, de tierra y piedras, que no ofrece ningún tipo de dificultad, más allá del desnivel. Las dos horas de tiempo pueden distribuirse en una para subir, media para bajar, el resto para hacer fotos.

Si vas a utilizar Nápoles como base para explorar la zona, la mejor opción son los hoteles cercanos a la Estación Central, desde donde sale la línea de tren Circumvesuviana con destino a Herculano, Pompeya y Sorrento, en la costa Amalfitana; tiene parada el Alibus, el autobús que va al aeropuerto (billete 5€, en taxi compartido 6€, tarda unos 20 minutos); y esta a 20 minutos caminando del centro histórico. Colombo, habitación pequeña con baño privado, balcón estrecho, pero barato para lo que es Nápoles. Desayuno incluido. Nuovo Rebecchino, habitación doble con baño privado, desayuno incluido.

Con respecto a la restauración la mayoría se concentra en el centro histórico, hay mas restaurantes, trattorias, bares y cafés de los que puedas visitar en una semana. Todos son iguales, cocina típica italiana, pasta, pizza y básicamente Sorbillo Esterina, en Vía Tribunalli. Especializado en la especialidad napolitana, pizza frita rellena, 5€ cada una. Buenísima.

Il figlio del presidente. Spaguetti ai frutti di mare, mezzanelli allá siciliana, dos copas de vino, 40€. Restaurante con terraza en Vía Duomo, muy cerca de la catedral. Trattoria Enoteca Campagnola, 42€, cocina clásica italiana con presentación moderna. A mitad de camino de la estación y el centro histórico esta Pizzeria Antica da Michelle, famosa por ser la pizzeria mas antigua de la ciudad, y porque se rodaron en ella escenas de una película de Julia Roberts. Las colas para entrar son demenciales, reparten números como en las carnicerías. Solo tienen tres tipos de pizza, pero son muy buenas y baratas.