Polonia

Desde Cracovia hay dos excursiones típicas, que te pueden ocupar el día entero: el Campo de Concentración de Auschwitz y las Minas de sal de Wieliczka (86 PLN acceso individual), a las que se puede llegar fácilmente en tren desde Krakow Glowny, a 300 mts de nuestro hotel, en tan solo veinte minutos. Se trata de una de las minas de sal activas más antigua del mundo, pues han sido explotadas sin interrupción desde el siglo XIII. Alcanzan una profundidad de más de 300 mts y superan los 300 km de galerías.

El recorrido turístico baja hasta los 125 mts y recorre unos 3,5 km, donde se suceden más de una veintena de galerías. La mayoría contienen estatuas de personajes míticos e históricos, esculpidas en la roca de sal por los mineros. También hay cámaras y capillas excavadas en la sal o candelabros con sus cristales esculpidos en sal. Se atraviesa un lago subterráneo que ofrece bonitas tonalidades de verdes y azules agudizados por el efecto de la sal. Es una visita interesante y sorprendente. La visita a la Capilla de St. Kinga, por ejemplo, es una impresionante sala de 54 metros de longitud profusamente decorada a base de sal, estatuas de la Virgen y Juan Pablo II, cuadros de la última Cena.

La entrada individual cuesta 25€, la visita es guiada con guía en español y se realiza en grupos de unas 25 personas. Dura unas dos horas, y finaliza junto al restaurante y tienda de souvenirs, a unos 125 mts de profundidad. La entrada permite también el acceso al museo, que en realidad es una segunda visita guiada por otros túneles y galerías., donde hay exposiciones que dan información sobre la mina y su historia, minerales encontrados y otros datos de interés. Los grupos y viajes organizados no suelen acceder a esta segunda parte del recorrido, van escopeteados de un lado para otro y no disponen de tanto tiempo. Solo somos tres personas. A mi particularmente me parece tan interesante o más que la primera parte, quizás porque al estar solos el guía podía dedicarnos más tiempo a explicaciones y dudas.

En definitiva, es un sitio interesante y bonito, ideal para rellenar huecos y pasar algún día que te sobre, pero ni mucho menos es la excusa para venir a Cracovia.