Los
Altos Tatras son una cadena montañosa de carácter alpino con picos por encima de los 2.500 mts, que hacen de frontera entre Eslovaquia y Polonia. Toda la zona, a ambos lados de la frontera, es parque natural desde 1949. Es una zona conocida por sus deportes de invierno (esquí de pista, alpino y de fondo) y por las rutas de senderismo, abiertas solo entre junio y octubre. Extensos bosques, picos nevados, más de 100 lagos de montaña de origen glaciar, varias cascadas, teleféricos, aguas termales. incluso con suerte puedes ver una
gamuza tatra, un animal en peligro de extinción que se parece a una cabra montesa. También se pueden ver osos pardos, linces, martas, lobos, zorros y águilas.
Starý Smokovec se encuentra en la parte central de los Altos Tatras y es una de sus localidades principales. Es un lugar muy popular dado su fácil acceso por carretera y transporte público, varias líneas de ferrocarril pasan por aquí, y la estación de autobuses sirve corta y larga distancia. Esto lo ha convertido en punto de partida de numerosas excursiones de senderismo y ha desarrollado en el pueblo multitud de servicios: restaurantes de todo tipo, cafeterías, pastelerías, tiendas, bancos, iglesias, incluso una oficina de correos. Los precios son elevados, comparados con otros pueblos de la zona que ofrecen servicios similares, mañana buscaremos algo más barato.
Penzion Koliba, 64€,
Starý Smokovec. Habitación doble grande, cama
king size, mesitas de noche, sofá de tres plazas con mesita, lavabo completo y recibidor con colgadores. Wifi, parking y desayuno incluido. La planta baja es una
koliba, un restaurante tradicional, donde sirven autentica y contundente comida eslovaca.
Cenamos
kapustova soup (sopa de repollo con chorizo),
halusky (ñoquis de patata con queso de oveja y taquitos de tocino), cerveza Saris, cerveza Pizen y copa de
borovička (destilado de bayas de enebro).
El termómetro a las siete de la mañana marca -12°, la previsión para hoy es que no superemos los -3°. Hay que alimentarse bien y coger calorías para pasar un frío día, y en eso los desayunos eslovacos no defraudan. Desayuno buffet libre: huevos fritos, salchichas, embutidos, quesos, iogurt, fruta,
corn flakes, pan de varios tipos, café y té.
Entre los valles de los ríos Poprad y Vah se encuentra
Štrbske Pleso, un pintoresco lago de montaña de origen glaciar que permanece congelado cinco meses al año. En 1872 un noble de un pueblo cercano compró las tierras y construyo una cabaña de caza. Tres años más tarde una sociedad de excursionistas construyo su propio chalet, y en 1896 un tren cremallera ya lo conectaba con la vía principal. A partir de aquí se fundó la primera escuela de esquí, y el lugar fue ganando popularidad. Pero a pesar de la construcción de hoteles y su promoción para la práctica de deportes de invierno, no hay censadas más de 200 personas. Es un lugar tranquilo y acogedor, con todos los servicios, ubicado en un entorno natural espectacular, ideal para senderistas y esquiadores de todo tipo.
Štrbské Pleso es un lago de origen glaciar, tiene unos 600 metros de diámetro y 20 de profundidad máxima, y está cubierto de hielo unos cinco meses al año. Un bonito sendero flanqueado de altos abetos, permite rodear el lago en alrededor de una hora, y para cuando hace buen tiempo, se puede alquilar una barca a remos. Es además punto de inicio de numerosos senderos, que están adecuadamente marcados con carteles de diferentes números y colores. Cerca del lago está el
Sports Center, un centro de actividades invernales, donde hay 27 km de pistas para la práctica de esquí de fondo y alpino, 9 km de pistas para esquí de descenso, y salto de trampolín.
Desde el Sports Center salen varios telesillas hasta diferentes picos, donde se han habilitados pistas de esquí. Cogemos el que hace el recorrido más largo, 15€ cada uno, que lleva hasta Solisko, que con una altitud de 1.825 metros es la pista de esquí más alta del país. Desde la cima hay unas vistas impresionantes del monte Krivan y la cadena montañosa del Bajo Tatra.
Hay una cabaña buffet con comida caliente y energética, y una pequeña pizzería.
En el Sports Center hay alguna tienda de ropa y material de esquí, además de un área de restauración con una veintena de cabañas donde venden comida y bebida para llevar, que se puede tomar en unas mesas al aire libre. Comemos langose, masa de pan frito cubierta con queso, parecido a una pizza margarita. Pero solo con eso no calientas el cuerpo a -10º, y menos aún si comes al fresco, compramos unas castañas a la brasa para calentar las manos, y un licor local para calentar el resto del cuerpo.
En invierno una opción para moverse por el Alto Tatras, y no tener que transitar por carreteras nevadas, es usar el
Tatra Railway, un ferrocarril electrificado de vía estrecha única que une las poblaciones de Štrbské Pleso y Tatrnaská Lomnica. Son un total de 15 estaciones para cubrir una distancia de 23 km, con paradas en pueblos, teleféricos y pistas de esquí.
Hoy ha sido un día frío, mínima de -11º y máxima de -4º, teniendo en cuenta que hemos estado todo el día en la calle, ha sido un duro día de turismo :-) Solo hay un truco, ir bien vestido, pantalones y chaqueta de invierno, calzado para caminar sobre nieve y un buen gorro para que no escape el calor.
Furkotka, 23€. Detrás la estación de tren. Local de madera decorado con artilugios de esquí tradicionales. La comida es muy buena, el servicio rápido, y hay una gran variedad de licores locales. Sopa de ajo con queso,
jeleni gula (estofado de venado con albóndigas), una cerveza rubia y otra negra de barril, tarta de queso y una copa de
tatransky caj 67°, un licor típico del Tatra.
No desayunamos en el hotel, Rosa tiene el estómago revuelto y prefiere algo más ligero. Buscamos una
pastry donde sirvan desayunos, pero no encontramos. Acabamos en
Trio Caffè, un pequeño local escondido en los bajos de un edificio en Starý Smokovec, donde además de desayunos y postres, venden flores. Dos
pancakes de jamón y queso, y dos tés, 12€.
Nos dirigimos a
Tatranska Lomnica un complejo de esquí y senderismo conocido por el teleférico a Lomnický štít, uno de los más empinados de Europa y famoso por su falta de torres de apoyo entre las dos estaciones. Pero después de unas pocas vueltas no encontramos la estación del teleférico.
Seguimos hasta
Bachledka, dónde hay otro funicular que abastece unas pistas de esquí. Las vistas son espectaculares, pero lo que le diferencia de otros centros invernales es el
Treetop Canopy Walk. Tras un paseo de unos 700 mts sobre una pasarela de madera que transcurre entre las copas nevadas de abetos a 25 mts de altura, al final del recorrido, una pasarela de madera asciende poco a poco alrededor de una torre con un diámetro de 20 mts, hasta llegar a un mirador a 32 mts sobre el suelo. Además de las fantásticas vistas de las pistas y la cordillera que se tiene desde aquí, si quieres subir tus niveles de adrenalina, el hueco central está cubierto por una red sobre la que se puede caminar, con un vacío de 32 mts bajo tus pies. Y si te da pereza bajar andando, un tobogán cerrado de 70 metros de largo te acerca al suelo en menos de cinco segundos (2€).