Aleppo (Halab para los árabes) es otra de las urbes que reclama el ser la ciudad habitada más antigua del mundo. A una hora de la frontera turca, ofrece multitud de posibilidades: su ciudad antigua fue declarada Patrimonio de la Humanidad desde 1986, tiene uno de los zocos más animados de Oriente Medio, la gran mezquita fue construida por el mismo califa que la de Damasco, y la ciudadela es famosa (entre otras cosas) por haber ordeñado Abraham su vaca en el interior, lo que dio origen al nombre de la ciudad, "
halib" significa leche en árabe.
En el aeropuerto de Aleppo no les gusta mi pasaporte, el funcionario de aduanas lo mira y lo remira una y otra vez. Se levanta y se lo enseña a alguien en un despacho de atrás. Tras unos minutos de espera nos dejan pasar. Ojeando el pasaporte veo que el sello de Etiopia tiene una estrella de cinco puntas parecida a la estrella de David. No se puede entrar en Siria con un sello de Israel. Cambiamos 200€ en el propio aeropuerto y cogemos un taxi (500 SL) hasta el hotel Hanadi.
Contratamos a través del recepcionista del hotel, una excursión a Mushabbaky St Simeon por 25€.
Comemos algo junto a la Plaza del Reloj y nos conectamos a internet.
Tras tomar nuestro primer desayuno sirio, queso salado, miel, aceitunas, pan de pita y te, nos encontramos a la hora convenida con Abdul, nuestro taxista kurdo. Son las 8:30, tardamos cuarenta minutos en llegar a
Mushabbak, una pequeña basílica bizantina del siglo V. Aunque el techo ha caído, tanto el muro exterior como las columnas y soportales en el interior se encuentran en muy buen estado de conservación, y no cuesta mucho hacerse una idea de cómo llego a ser antiguamente.
A un par de kilómetros se encuentra Daret Azze, un pueblo donde paramos a comprar agua. Quince minutos más tarde llegamos a Qala'at Samaan, la
Iglesia de St. Simeon. Fue construida en honor de St Simeon el estilita, que vivió subido a una columna durante 37 años para estar más cerca de Dios. La columna llego a hacer 18 metros de altura y casi dos de diámetro. Gente de todas partes venían a visitarlo y a oír sus plegarias dos veces al día. Tras su muerte en 459 el número de peregrinos siguió creciendo, llevando a la construcción en 473 de una iglesia que rodeara la columna. Llego a ser la iglesia más grande del mundo en su época. Viendo las ruinas es fácil imaginar la inmensidad del edificio. Tras atravesar la fachada prerrománica que aún permanece en pie, se accede al patio rodeado de cuatro basílicas que forman un crucifijo. Junto a la basílica situada más al este se encuentran la capilla y el monasterio. Las ruinas están en un razonable buen estado, aunque del pilar apenas queda nada. Son las 11:00, el sol ya pega de valiente. En el propio recinto hay un bar donde nos refrescamos antes de volver al taxi que nos espera pacientemente a la sombra.
De vuelta al hotel pasamos por la estación de autobuses y compramos dos billetes para Hama (65 SL). Comemos en Al Kindi y nos pegamos una buena siesta. Alrededor de las 15:00 cortan la luz, algo que viviremos a diario durante estas horas en todo el país menos en Damasco. Aunque parezca banal, es duro hacer una siesta sin aire acondicionado ni ventiladores cuando la temperatura exterior ronda los 45º.
Por la tarde visitamos la
ciudad vieja , antiguamente amurallada y de la que aún se conservan dos puertas. En su interior se encuentra el
zoco, el centro comercial de la ciudad, que dicen que con treinta kilómetros es el zoco cubierto más grande de Oriente Medio. Material escolar, reparar zapatos, afilar tijeras, hacerse un vestido, todo tipo de comida, especias, oro y joyas, alfombras o
keffiah (los típicos pañuelos blancos y rojos). Aquí puedes encontrar de todo, busca con calma, sin presión para comprar, y una vez lo encuentres, regatea. Entramos por
Bab Antkya, desde donde se puede andar bajo la calle principal hasta la ciudadela, a 1,5 km de distancia. Por el camino entre las tiendas hay mezquitas, madrazas y hammanes.
Una callejuela a mano izquierda nos lleva a la
Gran Mezquita, construida por el califa al Walid que había construido diez años antes la de Damasco. El acceso es gratuito aunque la mujeres deben ponerse chilaba para entrar. Atravesando la entrada principal nos recibe un largo patio con arcadas. El suelo de mármol, adornado con formas geométricas en blanco y negro, quema como el demonio. En una esquina hay un minarete de cinco pisos de altura construido en 1090. Hay bastante animación, gente que entra y sale, corros de mujeres charlando, niños jugando como si fuera el patio de un colegio, hombres que vienen a rezar... En la sala de oración los hombres suelen entrar solos, se sientan, meditan o rezan un rato y se van. A las mujeres las vemos entrar en grupo, a menudo con niños se instalan en el ala derecha reservada para ellas. La decoración es escasa, llaman la atención el minbar (púlpito) del siglo XV, y las extraordinarias lámparas que cuelgan del techo. Se respira mucha tranquilidad. Somos el foco de atención. No hay extranjeros aquí. Suelen mirar más a Rosa, algunas mujeres murmuran, un hombre le ha corregido de manera muy educada y amable la forma de colocarse la chilaba. Es un lugar ideal para pasear, relajarse y disfrutar con lo más sagrado.
Al salir nos dirigimos a la
Ciudadela, a donde se puede llegar a través del zoco, pero la verdad es que nos hacemos un lío y preferimos salir al exterior. Está situada en lo alto de un cerro, un anillo de murallas con almenas y torres que mira la ciudad. Un foso cruzado por un puente nos lleva a la puerta fortificada, donde descubrimos que hace una hora que han cerrado. A sus pies hay restaurantes donde beber algo o fumar una narguile, pero preferimos pasear un rato por el barrio. Volvemos en taxi al hotel.
Mapa detallado de la Ciudad
Hotel Hanadi. 25$. Hab. doble sin baño, desayuno incluido, ventilador, aire acondicionado controlado desde recepción (hay un solo mando para todo el hotel), y sin internet. La decoración es algo peculiar, las habitaciones están pintadas de rosa, el mobiliario es rosa, incluso las puertas son rosas. Pero está muy bien ubicado cerca del centro histórico, en la primera planta de un edificio de piedra, con un silencioso patio interior donde sirven los desayunos.
Al Kindi Rest. Elegante local de comida siria en las cercanías del hotel. Ofrece kebabs, carnes a la brasa, mezze... No perderse el plato típico de la zona, sopa de lentejas. Todo delicioso. Dos personas 350 SL.
No hay transporte público al centro de Aleppo desde el aeropuerto. Un taxi cuesta 500 SL.
Los autobuses para Hama salen desde el Garage Hanonu.
Un desplazamiento dentro de la ciudad no debería costar más de 15-20 SL.
Precios |
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Sprite |
35 SL |
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1 hora Internet |
100 SL |
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Bus a Hama |
65 SL |
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Taxi dentro de la ciudad |
15-20 SL |
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Agua 1.5 lt, botella zumo o Granini |
25 SL |
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Ayran |
15 SL |
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1 Kg de pistachos |
500 SL |
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1 pieza de fruta (de media) |
10 SL |