La isla de
Capri es conocida por sus bellezas naturales y clima templado y agradable, destino habitual de la jet set desde mediados del siglo XX, ya fue elegida en la época romana como lugar de vacaciones, aún pueden verse restos de villas romanas, pero ya hay suficientes ruinas en el resto de Italia. Si visitas Capri aprovecha para pasear sin rumbo por las callejuelas del centro histórico, realizar alguna caminata por sus numerosos senderos, rodeado de hermosos paisajes, o dar una vuelta en barco alrededor de la isla.
Se puede llegar en ferry desde Sorrento en unos 40 minutos. Desde el pueblo muchos tour operadores organizan una excursión de ida y vuelta en un día por 60€, incluye recogida en el hotel, traslado a la isla y recorrido alrededor de ella en barco viendo los puntos más importantes. Cuesta lo mismo que ir por libre con la diferencia de que te pasan a buscar por el hotel. Por libre cuesta entre 20 y 22€ el billete por trayecto a la isla, y luego hay que contratar allí la navegación alrededor de la isla por 20€ más.
Capri es una isla montañosa con escasas playas, todo lo que visitaremos a pie se encuentra en la meseta central de la isla entre el Monte Tiberio (334 m), al este, y el Monte Solaro (589 m), al oeste. Al llegar con el ferry a Marina Grande hay que coger un bus (2€) o tren cremallera (2,2€) hasta la ciudad de Capri. Desde allí puede cogerse un bus hasta el otro centro habitado, Anacapri, en una llanura amplia y verde, al otro lado de la isla. El centro de la ciudad de Capri es la Plaza Umberto I, ocupada toda ella por terrazas de cafés y restaurantes que te cobraran 6€ por un café, y en un lateral la iglesia barroca de San Esteban.
Desde la plaza Umberto I sale un camino que lleva a los Jardines de Augusto, desde donde se ven los Farallones, Marina Piccola, donde el acceso está cerrado porque ha habido desprendimientos de rocas, y el Monasterio de la Cartuja del siglo XIV. Desde aquí enlazamos con la vía Matromania que nos lleva hasta el Arco Natural y la Gruta Matromania, para volver de nuevo al pueblo. Descartamos Villa Jovis, la villa romana más famosa de la isla, porque se ha hecho tarde y anochecerá pronto. En total ha sido un cómodo paseo, exceptuando un corto tramo al final de fuerte subida por escalones, unas cuatro horas.