Evora, la capital del Alto Alentejo, es una bonita ciudad amurallada de calles empedradas y estrechas, cuyos orígenes se remontan al imperio romano. En 715 fue conquistada por los árabes, época de la que apenas quedan vestigios, hasta que en 1.165
Giraldo Sem Pavor, en una incursión repentina, le arrebató la ciudad a los moros, evento que fue inscrito en el escudo de armas de la ciudad. Durante la Edad de Oro portuguesa (siglos XV XVI) fue residencia de numerosos reyes portugueses, en detrimento de Lisboa o Coimbra,
lo que dejo un inmenso legado de palacios y mansiones. La
UNESCO declaró la ciudad

Patrimonio de la Humanidad
en 1986.

El tren para
Evora en Lisboa se puede coger en Santa Apolonia, Oriente o Entrecampos
(18:21, 10€ 2a clase, 2h08). Cómodo y limpio, asientos con
mesita individual tipo avión. Tarda un par de horas, y hace cinco o seis paradas.
20:30 La estación de Evora se encuentra a 15 minutos del centro. No tiene perdida, saliendo de ella a la derecha coger av Dr. Barahona, que se convierte en rúa da República tras cruzar la muralla, y que muere después de una corta cuesta, en la Plaza do Giraldo, en pleno centro histórico de Evora.
Pensao
O Giraldo. 20/25€ baño compartido/individual,
sin desayuno. Habitación con moqueta limpia y austera, tv, baño
completo y toallas. Cama cómoda pero algo corta (180 cm). Diminuto calefactor
eléctrico, que junto con las mantas que hay en el armario es suficiente
para calentar la habitación. En rúa dos Mercadores, una
de las calles que nacen a la izquierda de la pza do Giraldo.

Frente a ella hay dos restaurantes recomendados por Lonely Planet
que están cerrados, seguramente por ser temporada baja,
A Choupana y
O Forcado. Por suerte sí que está abierta
Adega do Neto.
Restaurante de ambiente familiar de decoración rústica, donde se sirven los platos típicos de la cocina del Alentejo, a precios asequibles. El local es pequeño, cuatro mesas y la barra. En la carta tan solo hay tres primeros, siete
segundos (7€ / 5€ media ración) y dos ensaladas.
Si no quieres equivocarte dile al dueño que elija por ti.
Porco a la alentejana (con almejas y patatas fritas), cerveza
Sagres y ensalada de frutas, 10€.
08:00 En la
Oficina de Turismo de la Pza Giraldo me proporcionan
un plano y me aconsejan un itinerario.
Cafetería
de St Humberto. Tostadas de mantequilla,
pastelito de Belem y café 2,45€. En Evora las distancias pueden
cubrirse perfectamente a pie, así que plano en una mano, paraguas en la otra, y en marcha. El centro histórico de Evora es la
Praça do Giraldo, una fantástica plaza forticada donde se quemaba a las víctimas de la inquisición, y donde ejecutaron en 1483 al Duque de Bragança. Desde allí subiendo por la
Rua 5 de Outubro, una calle jalonada de bonitos balcones donde abundan las tiendas de artesanía, restaurantes y algunos hoteles, se llega a la
Sé (catedral). Está inspirada en el estilo
de las catedrales francesas del siglo XII, a caballo entre una
iglesia y una fortaleza, con un estilo sencillo y armónico. El acceso a la catedral es gratuito, pero entrar en el Claustro y la Torre, donde se encuentra el Museo de Arte Sacro, cuesta 3,5€. Horario de visita de
9 a 12 y de 14 a 17. Junto a la catedral, ocupando el antiguo palacio
episcopal, se encuentra el
Museo Municipal, donde se exponen colecciones de pinturas
portuguesas y flamencas de los siglos XV y XVI.

En el centro del casco antiguo, en la plaza Conde Vila Flor, se encuentran los restos del
Templo de Diana, de finales siglo II, que cuenta con más de una docena
de columnas corintias de granito y capitales de mármol. Es el templo romano mejor conservado de Portugal,
a pesar de haber sido usado como matadero hasta 1870. En la misma plaza se encuentran el
Monasterio dos Loios, un convento
del siglo XV hoy convertido en Pousada; la
Iglesia de São João Evangelista, de estilo gótico manuelino; y el
Palacio das Cinco Quinas, con interesantes ventanas árabes.
Desde la plaza se tienen unas fantásticas vistas de Evora con sus casas blancas.
Romanos, visigodos, árabes, y finalmente cristianos en el siglo XIV, rodearon Evora de cuatro kilómetros de muralla. Uno de sus vestigios es la Puerta de Moura, situada en una plaza presidida por una curiosa fuente esférica siglo
XVI construida por orden del cardenal Henrique para abastecer de agua a la ciudad, y que esta bordeada de pequeñas casas blancas y palacetes.
En 1551 el Cardenal Rey Don Enrique fundo la Holly Spirit College, que se convirtió en la
Universidad en 1559, cuando recibió el consentimiento de Roma. Durante 200 años aquí se estudió filosofía, matemáticas, teología y retórica. En 1759 fue cerrada por orden del Marques de Pombal, durante la expulsión de los jesuitas y fue reabierta en 1973. Se llega a ella bordeando la muralla hacia el exterior por un largo jardín
y pasando bajo el Arco dos Colegiais.
Portal de columnas de mármol
y un claustro barroco.
Aqueduto da Agua da Prata. De origen romano, sufrió modificaciones en el siglo XVI, para garantizar el agua desde un manantial natural a quince kilómetros de distancia, hasta una fuente hoy desaparecida que se alzaba en la Praça do Giraldo. Caminando por alguna de sus calles aún pueden verse algunos de sus arcos en pie. Otro punto interesante dela ciudad es la
Praça de Sertorio, donde se encuentra el Ayuntamiento del siglo XIX, unas termas romanas de finales del siglo II, la Iglesia y convento del Salvador, y una amplia variedad de alojamiento y terrazas hasta el largo da Porta Nova.
Rest.
Diana, pza Giraldo
. Migas alentejanas
con carne de porco, sopa do día y café,
14€.
Igreja de Graça, construida en estilo renacentista en 1.540 por orden del rey Juan III. Encima de la puerta hay cuatro estatuas llamadas los “niños de la Gracia”, que llevan a cuestas las “cuatro partes del mundo” a las que llegaron los portugueses.
Iglesia real de San Francisco. Tiene un pórtico con arcos estilo mudéjar
muy notables. Alberga 12 capillas y un vía crucis de azulejos
en la Sala Capitular, justo antes de entrar en la conocida como
Capela dos Ossos (acceso 2€ + 1€
fotografías). Esta curiosa estancia tiene las paredes
y los pilares cubiertos con los huesos de más de quinientos
monjes. La esmerada colocación de cráneos y tibias
alrededor de las bóvedas complementa la inscripción
que aparece sobre la puerta: "Nós ossos que aquí estamos,
pelos vossos esperamos" (Nosotros, huesos que aquí estamos,
por los vuestros esperamos).
A pocos metros se encuentra el
Jardim Publico, restos del Palacio de Don Manuel, del siglo XVI.

Volviendo a la estación tras pasar
la muralla a mano izquierda, ya en la av. Dr. Barahona, me encuentro con una pequeña maravilla, la
Ermida de Sâo Bras. Fue construida en 1480 por Diogo
de Boitaca, precursor del estilo manuelino. La planta rectangular, los contrafuertes
cónicos en punta y el tejado almenado le dan un cierto aire militar. Solo abre para rezos.
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