Se conoce como
Garden Route la zona de costa comprendida entre George y Port Elizabeth, una estrecha franja junto al océano donde conviven dunas de arena, bosques tropicales, bosques sobre dunas, lagunas, estuarios, un mosaico de ecosistemas protegidos bajo el nombre de
Garden Route National Park, el segundo destino turístico más importante del país. Se divide en tres secciones, en las que pasamos dos o tres de días en cada una de ellas visitando el parque de oeste a este. Es una zona fácil de recorrer en coche, durante todo el trayecto hay buenas carreteras, y abunda el alojamiento y las gasolineras.
Nos levantamos pasadas las ocho, recogemos la tienda, ducha, y desayuno en la zona
wifi que hay junto a recepción. Hoy nos dirigimos a
Wilderness, apenas a 75 km. Hasta George es una carretera de montaña con poco tráfico, muchas curvas y vistas espectaculares, sobre todo desde Outeniqua Pass, donde paramos a hacer algunas fotos. A partir de George la carretera es de doble carril y hay muchísimo tráfico.
En Wilderness convergen lagos, ríos, estuarios y playas que se despliegan contra un telón de fondo de densos bosques y altas montañas. Toda esta belleza natural queda incluida en el Garden Route NP
Wilderness Section, que situado junto a la N2, a 13 km de George y 3 km de Wilderness, se extiende desde la desembocadura del río Touw hasta el estuario Swartvlei y más allá, donde conecta con Goukamma Nature Reserve. Gracias a los diferentes ecosistemas que hay dentro del parque, desde bosques tropicales a playas de roca, las actividades a realizar son diversas, nadar o pescar en la playa, el río o alguno de sus lagos, senderos de diferente duración y grado de dificultad, o paseos en canoa por el río Touw. Es fácil ver tortugas y pequeños antílopes, y en la temporada adecuada pueden avistarse ballenas y delfines desde la costa.
Wildfarm Backpackers, 580 rands. En lo alto de una montaña, con maravillosas vistas de la bahía y el lago, ofrece confortables cabañas compartidas y privadas, así como una zona de acampada. Nuestra primera imagen al llegar, el día de año nuevo las 12:30 de la mañana, es semi apocalíptica: la música está a todo trapo y hasta el último centímetro de sombra está cubierto de colchonetas y cuerpos recuperándose de la larga noche de fin de año. Dos que parecen caídos del anfiteatro, con brazos y piernas colgando en posiciones imposibles, ocupan los sofás de recepción. Bajo las escaleras de acceso a nuestra cabaña, un par de chicas duermen la mona, y en los escalones hay vasos de cubata. Es un albergue para gente joven o gente con amplias dosis de tolerancia, parece más una comuna hippie que un hotel.
Nos alojamos en una cabaña de madera, cama doble, dos mesitas, una lámpara, cómoda, y baño completo con calentador de 12 litros. Desayuno incluido: tostadas con mermelada, fruta, cereales, té y café. Buena gente pero un poco atolondrados. Dispone de
wifi, bar, restaurante con una bonita terraza con vistas, comedor, cocina con neveras, barbacoa, y lavandería (50 rands).
Desde el centro de Wilderness, cruzando la carretera, se accede a una
playa larguísima y ancha de fina arena blanca, que está llena a rebosar (95% negros), seguramente porque es primero de año y la temperatura del agua está ideal para darse un baño. Pero como en muchas playas en este país hay que ir con cuidado, pues las corrientes son muy fuertes. Las zonas de baño están delimitadas por banderolas en la arena y son atendidas por los salvavidas que las acotan a toque de silbato. Nadie se introduce más de 30-40 metros, la corriente es muy fuerte y hay olas bastante grandes. De tanto en tanto el mar escupe trozos de medusas, que son comidas por unas caracolas de mar que parecen ermitaños.
La gente juega a pelota en la orilla, se refresca los pies, pasea o simplemente se tumba a verlas venir, pero siempre hablando y montando jarana. Para acceder a la arena desde el aparcamiento, hay que pasar un pequeño control de seguridad en el que revisan las bolsas en busca de alcohol, en la zona de baño además hay vigilancia armada.
Otra zona de baños es la laguna del Wilderness NP. A cinco minutos del centro del pueblo, entre la playa y la montaña, es una zona verde de aguas tranquilas ideal para el baño de los niños, paseos en canoa o pesca deportiva. Esta zona también está llena, decenas de barbacoas que alimentaran a familias que han venido a pasar el día, ocupan las orillas.
A un kilómetro de Wilderness, dirección George, hay un desvío que lleva hasta una pequeña laguna que se forma cuando la marea baja la desconecta del mar. Durante unas horas peces rezagados quedan atrapados en ella y hacen las delicias de los pescadores. Me comentan que capturan piezas de hasta dos y tres kilos. Nosotros no venimos a pescar si no a alquilar unos
kayaks, 200 rands la hora, para pasear un rato en este día sin sol. Las opciones de navegación son escasas: hacia el mar hasta topar con la arena que deja la marea alta al retirarse, y hacia la derecha, donde hay un estrecho canal que lleva hasta una pequeña cascada. Da para una hora de paz y tranquilidad, rodeados de patos y cormoranes.
El
centro urbano de Wilderness son dos cruces aledaños a la gasolinera. En ellos se encuentran una decena de bares y restaurantes, un par de cajeros automáticos, una lavandería, oficinas de alquiler de casas, un par de supermercados y una licorería.
Flava Café Wilderness.
Dry lemon, limonada,
chicken peri peri,
hake and chips,
carrot cake, 275 rands. Uno de los mejores restaurantes que hemos probado en África. Con sus mesas de plástico de color blanco y rojo, tiene la apariencia de una hamburguesería patrocinada por Coca-Cola, pero la comida, que es lo que importa, es deliciosa.
Hay cinco caminatas en el parque que varían en distancia y dificultad.
Half Collared Kingfisher Trail es un sendero de 7,2 km (ida y vuelta) paralelo al río Touw que atraviesa el bosque, bien señalizado y gran parte de él sobre pasarelas de madera, hasta llegar a un par de cascadas. El bosque es frondoso y en algunos tramos lo cubre todo, la lluvia que cae en algunos momentos no lo traspasa. Hay un par o tres de puntos de descanso junto al margen del río, e incluso la posibilidad de alquilar canoas para remontarlo hasta la cascada.