
Una cómoda carretera de dos carriles nos lleva hasta
Knysna, a 50 km de Wilderness, punto ideal para visitar la Garden Route
Knysna Section. La característica más destacada del paisaje en esta sección es el estuario, Knysna Lagoon, rodeado de bosques y abierto al mar. La ciudad está construida sobre una de sus orillas, y además de las muchas opciones que ofrece su privilegiado entorno natural, es un lugar muy valorado por los amantes del golf y las ostras. A ambos lados de la Main Road, hay restaurantes, hoteles, pubs, tiendas y supermercados. Con un turismo mayoritariamente blanco, es el lugar más pijo que vimos en Sudáfrica.

La atracción natural más famosa de la ciudad es
The Heads, dos acantilados de piedra caliza separados por pocos metros crean un estrecho paso entre la laguna y el Océano Indico, que dicen es zona de fuertes corrientes donde se han producido numerosos naufragios. En el lado oriental, accesible desde el centro en coche o bicicleta de alquiler, una pasarela de madera recorre el borde ofreciendo unas fantásticas vistas panorámicas de Knysna, las islas y la bahía.

Monks Caravan Park, 400 rands. Camping y caravaning. Demasiado explotado para mi gusto, las plazas no es que sean pequeñas para nosotros pues nuestra tienda es la mínima expresión, pero si son justas para el resto de inquilinos, que las ocupan por completo sin sitio en ocasiones para dejar el coche. Por otro lado, es un terreno alargado, con una fuerte pendiente. Tiendas de campaña, caravanas, chalets, y algunos lavabos (escasos) se distribuyen en cinco terrazas, donde a pesar de todo es difícil no dormir inclinado. No es un lugar para recomendar en un país con tan buenos campings como Sudáfrica, seguro que no es difícil encontrar uno mejor, a no ser que estés en temporada alta, como fue nuestro caso.


A 25 km del centro está
Diepwalle Forest, una pequeña reserva en lo alto de una montaña, donde hay tres senderos marcados de 7, 8 y 9 km a través del bosque. Junto a la puerta de acceso está King Edward VII, un árbol gigante de 39 mts de altura y 800 años de antigüedad. Todos los caminos parten unos metros colina arriba, junto a una cafetería donde sirven pasteles deliciosos y algunos tentempiés. Seguimos el sendero
red elephant (7 km), empieza con fuerte pendiente descendente, que siendo un camino circular evidentemente acabas recuperando. Aunque en algunos puntos el sendero es estrecho y frondoso, es un paseo agradable donde no nos cruzamos con nadie en las 2h30 que tardamos en recorrerlo. Atravesamos algunos riachuelos, y vimos dos viejos arboles gigantes de más de 600 años que median 26 y 22 mts de altura.
Una opción muy interesante es la
ruta de 17 km que une Diepwalle y Fisantehoek, un sendero a través del bosque que se recorre en 5-6h, y que ofrece en ambos extremos unos refugios básicos de literas en habitaciones de cuatro, que comparten baños con ducha y cocina.
Knysna Waterfront & Quays. Desde aquí salen los
ferries que ofrecen paseos por la laguna (mejor reservar con un par de días de antelación), y se encuentra el puerto deportivo. También hay una zona de tiendas, tanto de souvenirs como de primeras marcas, y una amplia oferta de restauración: comida para llevar, brasa, ostras, chino, japonés, pescado, helados, hamburguesas… Hay una pequeña zona de ocio, lo más llamativo es un
pitch and put donde desde el muelle lanzas la bola a un hoyo en medio de la laguna, y una pequeña embarcación a motor recoge las pelotas que caen fuera y se han quedado flotando en el agua. Es un buen lugar para cenar saliendo de la rutina del
braai, pasear un rato y disfrutar de un lugar tranquilo.
Falcon Creek Spur, carne y ensaladas. Como las raciones son muy grandes, compartimos filete con espinacas y calabaza, 250 rands. Delicioso y tierno.
Wu’s. Comida china y
sushi japonés. Fideos Singapore,
makis de atún,
makis de salmón,
makis California y helado frito, 250 rands. De calidad media baja, pero las vistas del puerto desde la terraza son inmejorables.

Goukamma NR es una reserva natural y área marítima protegida, que ocupa 2500 hectáreas comprendidas entre Buffalo Bay y Sedgefield, a 25 km de Knysna. Además de los bosques tradicionales que llegan hasta la playa, incluye un extenso campo de dunas, donde están algunas de las dunas con vegetación más altas de Sudáfrica, y el excepcional lago Groenvlei que no está alimentado por ríos, solo por una conexión subterránea con el mar. Además de 220 especies de aves, se pueden ver distintos tipos de antílopes menores,
vervet monkeys (cercopitecos verdes), puerco espines, mangostas e incluso caracales. En temporada, de julio a octubre, pueden avistarse ballenas y delfines desde la costa.
Tras la oficina de acceso a la reserva hay una larga zona verde de picnic, con lavabos y barbacoas, junto al río Goukamma. Allí están también las oficinas centrales y algunos
lodges de alquiler junto al río Hay seis caminos habilitados en el parque, de entre 4 y 15 km. Nos lo tomamos con calma, pasamos la mañana en la zona de picnic, leyendo y tomando el sol. El río es poco profundo y apenas hay corriente, es ideal para paseos en canoa que también pueden alquilarse aquí. Además de algunas aves, los animales que más vemos son tortugas de tierra y escarabajos peloteros.
Después de comer nos acercamos a Buffalo Bay, un pequeño pueblo en un extremo del estuario, con agua a ambos lados. Tiene maravillosas playas de todos los tipos y tamaños, rocas, arena fina, dunas y bosques que llegan hasta la misma arena. En el lado occidental, la mayoría de playas son de roca y el mar parece más bravo, estando prohibido el baño; en el otro lado hay una amplia playa con dunas hasta la orilla, la arena está llena de gente tomando el sol y el agua de aficionados practicando surf.

Hoy conducimos hasta
Brenton-on-sea, un minúsculo pueblo a 12 km de Knysna. Aquí empieza un paseo que recorre toda la costa por la playa hasta Buffalo Bay. Primero paramos a desayunar en
Brenton on heaven, un hotel bastante pijo y fuera de nuestro presupuesto, en primera línea de playa. Hay
wifi en la cafetería. Dos tés Ceylan y una pasta de manzana, 68 rands.
Se tarda entre 1h15 y 1h30 en llegar al otro lado de la bahía. Es un recorrido fantástico y poco transitado, apenas nos cruzamos 20 personas y eso que estamos en temporada alta. Hay poco que explicar, a un lado el océano, al otro dunas de 15 a 20 metros cubiertas de vegetación en su mayor parte. En algunas zonas libres de plantas hay quien se lanza ladera abajo con pequeñas tablas de snow, los hay tan profesionales que incluso llevan las botas ancladas. Se ven muchas gaviotas y african black oyster-catcher, unos pájaros negros de pico naranja que suelen ir en parejas. Pero el animal omnipresente son unas caracolas con cuerpo de babosa que emergen de la arena en cuanto se retira la espuma de la ola, se pueden contar por centenares en ocasiones. Sudáfrica es un país con mucha afición a la pesca, justo cuando pasamos un chico está recogiendo el sedal de una caña que está claramente curvada, algo lleva, y pesará algún kilo que otro. Se trata de un pequeño tiburón de algo más de medio metro, que devuelve al agua tan pronto como le consigue sacar el anzuelo. Este no da miedo, pero tal vez la madre no ande lejos...
Cuando llegamos a
Buffalo Bay la playa está llena de gente, dentro y fuera del agua. Surf,
freezbe, juego de palas, tomar el sol o leer bajo una sombrilla.
Buffelsbay es el único restaurante en todo el pueblo. Desde la terraza, si tienes suerte con la mesa y encuentras primera fila, hay unas vistas fantásticas de la playa y el océano. Hamburguesas, cervezas, refrescos, algún plato combinado, rebozados, pizzas, comida rápida en general, barata y de muy buena calidad. Evidentemente abarrotado.
De vuelta en Knysna intentamos coger un
ferry para dar una vuelta por la bahía, pero no conseguimos plaza en ninguno de los cuatro que aún quedan por salir. Obligatorio reservar con un día de antelación, al menos en temporada alta.

En cuanto a restauración, además del Waterfront, la zona más tranquila es Thesen Island, la isla pija de la pija Knysna.
Tapas and oysters. Situado junto a la laguna con vistas al puerto deportivo, ofrece tapas españolas, mejicanas y locales, además de ostras, marisco, ensaladas, combinados, y cerveza, con música 80’s de fondo y actuaciones en directo.
Wifi potente.
Now Whe+. Restaurante especializado en ostras, con una bonita terraza con fantásticas vistas a la bahía. Media docena de ostras y
hake and chips, 250 rands. De ambiente relajado, espacios amplios y atención cuidada.
African Bean, un buen café para desayunar en el centro de Knysna, a pocos metros del
Tourism Office. Dispone de una amplia selección de postres y pasteles, así como desayunos completos al estilo sajón. Decoración victoriana,
wifi y prensa local.