
Les es conocida por la
cremà deth Haro, una fiesta popular de tradición milenaria que se celebra la noche de Sant Joan, durante la que se quema el
haro, un alto tronco de abeto. El escenario del ritual es la Plaça deth Haro, donde, sobre las 22:00 llega la procesión a ritmo de danzas tradicionales. Tras la bendición y encendido del
haro por parte del sacerdote, se prende fuego a unas antorchas de corteza de cerezo que se hacen girar describiendo círculos y simulando la lucha para purificar y quemar los malos espíritus.
La ceremonia finaliza con un baile alrededor del haro encendido, que dura entre una y dos horas, hasta que se consume el tronco. Mientras, en la plaza se sirve el vin caud, equivalente aranes al ron cremat, vino caliente con azúcar, ron y fruta que se toma junto a la tradicional coca de Sant Joan. Esta fiesta fue declarada en 2015 Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
La Plaça deth Haro, es una plaza pequeña, con acceso por cuatro o cinco calles. Gran parte de ella queda ocupada por el tronco y el perímetro de seguridad. En las calles de acceso hay escenarios y servicios de emergencia. Si queremos buenas vistas del espectáculo y una posición privilegiada en las primeras filas, hay que llegar al menos un par de horas antes de las 22:00.
Les alberga en su subsuelo aguas termales, de propiedades muy saludables para la piel, que se utilizan en el centro lúdico-termal
Termas dera Baronia. Su nombre proviene de la antigua residencia de los barones de Les (la Baronía), la cual se encuentra a escasos metros del balneario. Este es el punto de inicio para un agradable paseo hacia la Capela dera Lana, una pequeña capilla rodeada de prados. Se pueden realizar visitas guiadas durante todo el año, con reserva previa, al centro de producción ecológica de uno de los caviares de esturión más valorados del mundo:
Caviar Nacarii. Desde la plaza se inicia el ascenso al castillo feudal, conocido como Casteth de Pijoert de los siglos XII-
XV. A medio camino, encontramos la capilla románica de Sant Blas.
Situado a 1.490m de altura, en una terraza natural, rodeado de prados y densos bosques, Bagergue es el pueblo habitado más alto del Val d’Aran. Al encanto habitual de los pueblos araneses, de calles estrechas, casas de piedra con acabados de madera y marmól, y tejados de pizarra escalonados, hay que añadirle su inclusión en el movimiento de Viles Florides, que promueve la transformación de zonas urbanas en espacios verdes y ajardinados. Puertas y ventanas engalanadas con flores, espacios urbanos ajardinados y coloreadas macetas en cada esquina. El resultado, aunque un poco artificial para mi gusto, es espectacular.
Además de pasear y comprar quesos en
Hormatges Tarrau, una quesería donde elaboran cinco tipos de quesos diferentes, la población acoge el interesante museo Eth Corrau, que alberga más de 2500 piezas que muestran la vida cuotidiana y la artesanía más rústica aranesa. Destaca también la iglesia parroquial de Sant Feliu del siglo XIII, aunque modificada en el XVI. A un kilómetro hacia el norte, siguiendo el río, vale la pena visitar la ermita de Santa Margarita de Bagergue.

Salardu, antigua villa medieval fortificada, de la que aún se conserva parte de la muralla y una de las puertas de acceso, es uno de los puntos de entrada al Parque Nacional de Aigüestortes y el Lago de Sant Maurici. Ocupando el antiguo emplazamiento del castillo se encuentra la iglesia de Sant Andreu, donde se conserva la talla románica del famoso Cristo de Salardú. Entre los tejados de pizarra, en
Arties destaca el campanario de la iglesia de Santa Maria, un buen ejemplo de superposición de diferentes estilos: nave románica, torre gótica de cinco pisos con
reloj, y retablos barrocos
en su interior. A su lado está la iglesia gótica de San Juan. El casco urbano, con una buena oferta gastronómica, cuenta con las casas
renacentistas más destacables de la Val d’Aran.



Lo mas destacado de
Unha, un pequeño pueblo a 1.280 mts de altitud junto al rio Unhòla, es la Iglesia parroquial de
Santa Eulalia de Unha, del siglo XII. Una pequeña iglesia románica medieval, de planta irregular con tres naves desiguales, que tiene una curiosa torre octogonal de base cuadrada y cubierta en forma de bulbo. El templo se encuentra sobre una pequeña colina, elevándose sobre los armónicos tejados de pizarra de las casas, entre ellas la singular
Çò de Basteret, una antigua casa fortificada de 1.580 con baluartes defensivos renacentistas que se encuentra a la entrada del pueblo. También puedes visitar el Museu de la Neu, o escalar la cercana vía Ferrata de Poi d´Unha, de 800 mts de longitud y 500 mts de desnivel.

A 1.150 mts de altitud, á atravesado por el popular
Camin Reiau (caminos trashumantes), se encuentra el tranquilo pueblo de
Garòs. Su punto mas destacable es la iglesia románica de San Julian (siglo XII). Dice la leyenda que en la imponente torre de la iglesia se encontró una calavera de tres metros de largo, perteneciente a un guerrero llamado
Gegant Mandrónius que luchó en la aldea aranesa de Betlán contra la invasión de los romanos. Detrás de la iglesia, hay un importante yacimiento con restos paleocristianos, y una antigua necrópolis que lleva años siendo objeto de prospección.