Junio de 20221, primer viaje al extranjero en tiempos de pandemia. Occidente copa el mercado de vacunas, algunos países han adquirido dosis suficientes para vacunar a toda su población cuatro veces, y el 25% de Europa ya está vacunada, mientras que en África son solo dos de cada 500 los afortunados. Entretanto se hace campaña alentando el turismo interno europeo, y se difunden mensajes de miedo y desconfianza hacia el resto de los destinos. Buen momento para un safari.
Botswana forma parte de esa media docena de países del sur de África, que nutren los documentales de TV2. Si buscas safaris fotográficos este es uno de los mejores destinos. Multitud de animales, incluidos los
big five: leopardos, leones, rinocerontes, búfalos y elefantes (unos 130.000); además de una gran variedad de aves, antílopes de todo tipo, guepardos, cocodrilos, hipopótamos, cebras, jirafas, ñus, facóqueros, hienas... están distribuidos en parques naturales y reservas de diferentes tamaños esparcidos por todo el país, entre los que destacan, sin duda, Moremi, Chobe, el Delta del Okavango y las Salinas de Nxai y Makgadikgadi. Fuera del desierto del Kalahari, que ocupa buena parte del país, el paisaje más común es la sabana, donde es fácil ver acacias, baobabs y palmeras.
Junio y julio son dos meses ideales para ir a
Botswana a ver fauna, ya que estamos a finales de la temporada seca y la mayoría de los animales no tienen más remedio que acudir a las pocas pozas con agua, o acercarse a las orillas del Delta a beber, donde es más fácil observarlos. Por otro lado, es invierno, el calor durante el día no es tan intenso, aunque las mañanas son frías en el sur, el primer día en Gaborone nos levantamos a 6º. Nosotros estuvimos dos semanas moviéndonos con vehículo propio. Yo creo que es el tiempo mínimo imprescindible para ver los parques naturales más importantes, sin prisa, y sin necesidad de enlazar largas jornadas de conducción, en un país con la extensión de la península ibérica.
Para viajar por tu cuenta, lo más cómodo y barato es volar a Johannesburgo, alquilar un coche en el propio aeropuerto, y recorrer los 400 km hasta la frontera, la mayor parte de ellos por autopista. En Botswana, las
vías de comunicación que unen las principales ciudades del país (Gaborone, Francistown, Maun y Kasane), son carreteras asfaltadas de un solo carril que, excepto algunos tramos de baches, no están en mal estado. Se puede circular hasta 120 km/h, aunque hay que vigilar el cruce de animales domésticos (perros, vacas, cabras, vacas) y salvajes sobre todo en el norte (elefantes, búfalos, jirafas, cebras, avestruces, de todo hemos visto). Un problema añadido es la escasez de gasolineras, es normal recorrer 200-300 km sin posibilidad de repostar. Mi consejo, cada vez que te cruces con una gasolinera llena depósito. Con respecto al
tipo de coche, el país es un enorme arenal que se expande más allá de los límites del Kalahari, hay arena por todas partes, por lo que es imprescindible alquilar un
4x4 si quieres realizar tus propios safaris, si no te verás obligado a contratar
game drives en hoteles o agencias de turismo. No son caros, cuestan uno 30€-35€ la excursión de 3h, pero estarás limitado a sus horarios y disponibilidad.
Botswana está lejos de ser un destino
gastronómico, apenas hay restaurantes de comida local, aunque en los supermercados
Choppies tiene una buena selección de comida preparada para llevar, y la cadena
Nando's, especializada en pollo, sirve una comida excelente. Campings y albergues suelen tener una corta carta basada en pizzas y hamburguesas, y solo en los restaurantes de hoteles de categoría la carta ofrece comida internacional. Los precios oscilan entre comer entre 8€ y 10€, 2€ una cerveza, Si quieres cocinar tu propia comida, y disfrutar de una buena
brai (barbacoa), las tiendas de los campings suelen haber poca variedad, es mejor ir al
supermercado, suelen estar bien surtidos, no tienen nada que envidiarles a los de aquí.