Como no tendremos el coche arreglado al menos hasta el lunes, hemos alquilado otro en Herz con la intención de acercarnos a Höfn, y durante el fin de semana visitar los glaciares de Jokulsarlon y Fjallsarlon. Son cuatro horas de camino, y otras tantas de vuelta el lunes para recoger el coche con la llave arreglada, pero por lo menos no estamos parados en Egilsstaðir, donde realmente hay muy poco que hacer. El día amanece frío, cuando salimos de Egilsstaðir estamos a -5°, en algún momento del día el termómetro del coche marca -11°, y estamos a -3° al llegar a Höfn, habiendo ya oscurecido.
Primero intentamos visitar la catarata de
Hengifoss, con 128 mts de caída, la segunda más alta del país. Tras seguir la bonita carretera 931 que bordea el lago Lagarfljót durante media hora, un puente cruza al otro lado y nos deja frente al parking. No hay nadie, y durante el trayecto solo nos hemos cruzado dos coches. En los carteles de información vemos un sendero que sigue una pronunciada pendiente hasta la cascada, a 2,5 km de allí, unas tres horas completar la excursión. No disponemos de tanto tiempo si queremos llegar de día a Höfn, además estamos a -7º, hay bastante nieve y no hay garantías de que el camino esté completamente abierto. Decidimos no arriesgar, otra vez será.
Hay que volver a Egilsstaðir para tomar la Ring Road, que lleva hacia el sur hasta Reyðarfjörður. Bordeamos la costa, entrando y saliendo en más de media docena de fiordos, solo hay un puente en la bahía de Breidalsvík, hasta llegar a Höfn, situado en una pequeña península. Paramos a estirar las piernas en Stöðvarfjörður, un pequeño pueblo de 200 habitantes bajo el monte Hellufjall. Tomamos algo caliente en la cafetería del puerto. Todo el trayecto nos acompaña el mismo paisaje, a un lado el mar, que de tanto en tanto entra tierra adentro convertido en fiordo, y al otro las montañas nevadas. Esta es la zona más tranquila y menos poblada del sur del país, solo cruzamos algunos grupos de casas, núcleos urbanos dodnde no viven más de 200 habitantes, y algunas granjas aisladas.
Höfn es un pueblo pesquero de 1.600 habitantes situado en una pequeña península, entre los fiordos del este y el glaciar Vatnajökull. Dispone de gran variedad de alojamiento, restaurantes, gasolineras, bancos y supermercados, pero es solo un pueblo anodino que saca partido de su ubicación en medio de los 520 km que separan E
gilsstaðir y Vik i Mýrdal.
En Höfn también hay una
piscina que hace muy buena pinta, con toboganes, sauna, y pozas con diferentes temperaturas, pero los fines de semana cierra a las 19h y no llegamos a tiempo ninguno de los dos días. Recomendados por un local vamos a
Hoffell Hot Tubs, 1.000 ISK. Junto a la carretera 984, a unos 18 km de Höfn. Está en las tierras de un granjero y cobra 1.000 coronas en efectivo, el único momento en tu viaje a Islandia en que no podrás pagar con tarjeta. Abre de 10 a 22h. Son cinco pozas de aproximadamente 150 cm de diámetro con diferentes temperaturas. Hay vestuarios para hombres y mujeres en unos barracones, y ducha junto a las piscinas. Sin duda el baño más tranquilo de todos los que hemos estado.