
En el pequeño
aeropuerto de Katmandú nos espera un chofer del hotel (incluido en el precio de la habitación). El hotel esta situado a las afueras del barrio mochilero de Thamel, céntrico pero tranquilo.
International Guesthouse, 35$. Seguridad las 24h, agencia de viajes, y desayuno incluido en un bonito patio interior: cornflakes o polrridge, huevos, tostadas, mermelada, mantequilla, croissant y muffin.
Hab deluxe superior, amplia y cómoda, dos camas, armario, mesa con dos sillas, balcón, tv, calefacción, baño completo, agua caliente y toallas. A un paseo de decenas de bares, restaurantes y tiendas de ropa y souvenirs.
Comemos en
Mustang Takali Chulo. Chicken momo with soup,
buffalo kothey, combinado de especialidades de la casa:
rice, dal, chatni, salad curd, chicken, mutton, pumpkin and gidiful (letpa),
Ghorka beer, te con leche y café, 1050 npr. Muy bueno.

Paseamos sin rumbo fijo. Las calles son estrechas, polvorientas y bacheadas, llenas de coches, motos,
rickshaws y bicicletas tocando cada uno su bocina, y entre medio los peatones, que sobreviven con algunos esfuerzos a tanto caos y desorden. Las tiendas muestran sus productos invadiendo calles, plazas, accesos a templos, cualquier espacio disponible, sin que eso inquiete ni a peatones ni a vehículos que siguen adelante con su ritmo de bocinazos y adelantamientos. Abundan las tiendas de ropa y montañismo, ropa tibetana, camisetas e imitaciones chinas. Camino de vuelta en
rickshaw (200 npr), aunque algo estrecho para dos personas, pero es una forma divertida y diferente de vivir el tráfico.
Katmandú es un laberinto de callejuelas sin nombre ni orden aparente, un sin fin de antiguos templos y palacios budistas e hinduistas con grandes estatuas de dioses protegiéndolos, casas newaris de ladrillo rojo, espectaculares balcones y ventanas de madera tallada, talleres artesanos, patios y estanques centenarios, mandalas, molinillos de oración, mercados, velas, ungüentos de tigre, motos, taxis,
rickshaws, refugiados tibetanos, montañeros, guías de senderismo, vacas sagradas que pasean a sus anchas e incluso monos. En Katmandú el caótico y polucionado tráfico se mezcla con los mercados, las antiguas tradiciones y con una rica herencia artística y cultural que a menudo se usa como objeto de uso cotidiano, siendo frecuente ver
chaityas y pequeñas estatuas de dioses usarse como tendederos públicos, o plataformas de templos como aparadores de un mercado de frutas y verduras. Pero es todo este desorden y confusión lo que confieren a esta legendaria y mística ciudad de un aura especial. Por otro lado, Katmandú, es el punto ideal desde donde organizar viajes al resto del país, y excursiones de un día al resto del valle, donde en un radio de 20 km hay siete enclaves protegidos por la UNESCO.

Seguimos las
rutas a pie de Lonely Planet por el laberinto de calles que rodea Durbar Square, llenas de templos, santuarios, patios,
chaityas y estatuas escondidas entre tiendas, mercados y transeúntes. En ellas se puede contemplar el día a día de los habitantes de Katmandú lejos de los turistas, y su fascinante relación con los abundantes tesoros arquitectónicos de la ciudad.

Bajando desde Thamel se llega a
Tahiti Tole, una pequeña plaza presidida por una blanca
stupa del siglo XV que esta rodeada de vendedores ambulantes de frutas y verduras. A un lado queda el
templo de Nateshwar dedicado a Shiva. A pocos metros de allí, en una pequeña plaza, custodiada por dos leones de bronce y rodeada de
chaityas y pequeñas estatuas se encuentra la
Stupa de Kathesimbhu (1650), que dicen es una copia menor de Swayambhunath y un conocido lugar de peregrinaje del barrio viejo. Pasamos frente a un pequeño león de piedra y una estatua de Ganesha. Balcones, ventanas y puertas de madera son impresionantes, autenticas obras de arte que nunca han sido restauradas.

El patio
Nag Bahal alberga los templos de Sikkha Narayan dedicado a Vishnu, y el de Saraswati dedicado a Shiva, pero lo más impresionante es un pequeño Buda erguido del siglo VI escondido entre la consulta de un dentista y una tienda de refrescos. Giramos a la izquierda, pasamos frente al
Templo de Ugratara, una pagoda de tres tejados donde dicen que una oración hace maravillas en la vista; y
Haku Bakal, un patio con una pequeña
stupa, una
chaitya, y una espectacular ventana de madera tallada. Llegamos al chowk de
Asan Tole. Es el punto de encuentro de seis importantes calles de la ciudad y hasta 1934 lugar de salida de las caravanas a Tibet. Hay un animado mercado de telas, artículos de bronce, latón, especias y sobre todo frutas y verduras, que se mezclan con los vendedores de cadenas de flores naranjas para los fieles y devotos que visitan el
Templo de Annapurna, una pagoda de tres pisos dedicada al dios de la abundancia.

Visitamos el templo de
Seto Machhendranath, venerado por hindús y budistas, y siguiendo Makhan Tole, una transitada calle comercial, llegamos a
Indra Chowk, un patio donde los tenderetes de telas y mantas se instalan en las plataformas de los templos de Mahadev y Shiva. Sorprende como cualquier elemento urbano, independientemente de su historia, antigüedad o religiosidad se convierte en objeto de uso cotidiano. Luego viene
Itum Bahal, un enorme y tranquilo patio donde junto a algunas
chaityas y un templo con una bonita ventana de madera tallada, hay una pequeña
stupa blanca. Por último antes de llegar a Durbar Square entramos en
Yatkha Bahal, otro patio con una gran
stupa central.
Durbar Square, la plaza del palacio, fue hasta hace un siglo la residencia de los reyes, y por tanto centro del casco antiguo. En ella se encuentran las autenticas joyas arquitectónicas de la ciudad, la mayoría de las cuales databan de los siglos XVII y XVIII, pero el terremoto de 1934 causo graves daños y hubo que reconstruir muchos de ellos. El
acceso de un día cuesta 300 npr, aunque en el
site office que hay en Basantapur Durbar, junto a Kumari Ghar (la casa de la diosa viviente) puede prorrogarse hasta una semana.

Lo primero que llama la atención es
Maju Deval (XVII), un templo de tres tejados en forma de pagoda construido sobre nueve escalones. Pilares, ventanas y puertas son de madera tallada y su interior alberga un
lingam de Shiva. Frente a él hay un templo blanco en forma de mazorca dedicado a
Kamdev. Subimos los escalones hasta la base del templo. Desde allí hay unas fantásticas vistas de buena parte de la plaza y es fácil observar a los
rickshaws, porteadores, o vendedores de fruta y verdura del mercado.
Frente a nosotros queda Gaddhi Baithak, un edificio neoclásico blanco construido como parte del palacio por Chandra Shamsher en 1908 durante el reinado de Prithvi Bir Bikram Shah, que rompe la placida y mística atmosfera de la plaza. A la izquierda está el Templo de Shiva Parvati, construido durante el reinado del rey Rana Bahadur Shah sobre una plataforma de ladrillos de tres niveles. Fijaros en las figuras de madera de Shiva y Parvatti que se asoman desde la ventana central del primer piso. A la derecha el Templo de Mohan Trailokya Narayan (1690), dedicado a Vishnu, tiene cinco escalones, tres tejados y bellas vigas con diferentes imágenes talladas. Frente a él hay una gran estatua de Garuda, el hombre pájaro compañero del dios Vishnu. También puede verse desde aquí el Templo de Bhagwati, de tres plantas y tres tejados que forma parte del patio de Palacio.

Siguiendo la parte exterior de la plaza pasamos junto a una gran imagen de piedra que representa a Shiva en su manifestación destructiva, la
Imagen de Kal Bhairab, donde multitud de fieles depositan guirnaldas de flores como ofrenda; y el
Templo Kotilingeshwar Mahadev, un templo de piedra dedicado a Shiva rematado con un cúpula en forma de campana. El animado y concurrido
Templo de Mahendreshwar, una pagoda de dos tejados coronada por un paraguas de oro dedicado a Shiva, es último templo de la plaza.

Volvemos por el lado interior de la plaza. El
Templo de Jagannath construido sobre una plataforma de tres niveles y dos tejados es el mas antiguo de la plaza, y se caracteriza por las esculturas eróticas en las vigas que sujetan los tejados. A su izquierda queda una estatua arrodillada de Hanuman, dios hindú que siempre se representa en forma de mono, y a su lado la entrada principal al
Palacio de Hanaman Ddhoka, con un par de leones guardianes de piedra. Dejando atrás el palacio pasamos entre el
Templo de Degutalle, una divinidad de la familia de los reyes mallas, y la altísima
Columna del Rey Pratap Malla, sentado en un trono en forma de loto junto a sus dos mujeres y cinco hijos. Después frente a nosotros aparece la
Gran Campana, apoyada sobre dos columnas de piedra y cubierta por un techo de tejas, solo suena cuando se hacen ofrendas al templo de Degutalle.
De entre las múltiples ofertas de terraza con vistas a Durbar Square escogemos
Himalaya rest, frente al palacio de Basar-tapur. Eggs curry rice, chicken sizzler, refrescos, tés y banana pancake with honey, 1005 npr. No hay guiris, solo jóvenes nepalís.


La segunda ruta empieza en el templo de
Kasthamandap (XII), un santuario abierto de tres plantas, que se cree fue construido con la madera de un solo árbol. En medio hay una imagen de Gorakhnath y otra de Ganesh en cada una de sus cuatro esquinas. Dirección sur está el
Templo de Bhimsem, que dicen protege a comerciantes y artesanos, flanqueado por dos leones de piedra y otro dorado, frente a él, sobre una columna. Girando a la izquierda pasamos junto al depósito de agua de
Kohiti, donde algunas mujeres lavan la ropa, y llegamos al espectacular
Templo de Jaisi Deval, de triple tejado y elevado sobre siete pedestales. Como esta dedicado a Shiva un toro Nandi está situado frente al primer tramo de escaleras. Cerca de allí está el
templo de Ram Chandra, dedicado al héroe de los textos sagrados del Ramayana. Volvemos a Durbar Square por Chikanmugal St., una calle paralela a la que hemos usado para llegar hasta aquí. Cruzamos varios patios (
toles), la plaza Lagan donde hay montado un mercado de frutas y verduras alrededor del
Templo Machhendranatah, y dos maravillosos
Garudas alados frente al templo de Adko Narayan.
Old Tashi Deleg Tibetan. A pesar de estar en zona mochilera rodeado de locales con música a todo trapo y tiendas con ropa de montaña, este local conserva un estilo autóctono poco adulterado, y un interior lleno de proclamas en favor de la entidad tibetana y su independencia. Y lo más importante, la comida es excelente.
Tingmo (steamed fermented bread with gravy of fing and assorted vegetables),
enchilada espinach (spinach, mushrooms baeans farnished with cheese),
tongba (millet beer) 462 npr.
En total pasamos seis noches en Katmandú, pues además de ser nuestro punto de entrada y salida del país, fue también el lugar desde donde organizamos las visitas a los numerosos puntos de interés del valle: Patan, Bhaktapur y dos días en Katmandú antes de visitar Pokhara y Chitwan NP; y a la vuelta: un día para Pashupatinath y Boudhanath, y el siguiente Swayambhunath. Tras tres mañanas de intensa niebla en el aeropuerto subimos al mountain flight sobre el Himalaya, y nos faltó un día para el rafting.

Dos veces fuimos al
Yangling Tibetan, un minúsculo restaurante escondido en la primera planta de un pequeño callejón a las afueras de Thamel. Los chicken
chilli momo son de otro planeta.
Veg fried momo (5),
chicken chilli momo (5),
vegetable tukpa (home made noddles soup),
pork thentuk (flat pasta with soup) y nepal ice beer, 580 npr. Segunda cena: momos picantes de carne, salchichas de pollo picantes, hoy no hay cuartel, un par de sopas y una cerveza, todo 720 npr. Y también repetimos en
Old Tashi Deleg Tibetan. Syabhaley chicken,
cheese stuffed soyabean hamburguer (toffu) in cream spinach mushroom sauce with chips & salad,
masala papad y
everest beer, 705 npr.
Probablemente el único oasis de paz y tranquilidad dentro del bullicio urbano de Katmandú es Garden of Dreams (160 npr). Tras sus muros se esconde una cuidada combinación de jardines de flores, arbustos y árboles, estanques, fuentes, refinados muebles de jardín, balconadas, varios pabellones (que incluyen un restaurante de precios europeos) e incluso un anfiteatro. No es un lugar imprescindible pero si un agradable sitio donde echarse una siesta. Además dicen que sus momos son deliciosos.
Shree Lal House of Vegetarian,
lababdar roll (cebolla, pimientos, zanahoria, queso
cottage y nueces envuelto en pan indio),
assorted veg pakora (verduras variadas fritas),
paneer dosa (dosa picante rellena de
sambar y queso
cottage),
salt lassi, (bebida tradicional de la India hecha a base de yogurt), lemon soda, 675 npr. No nos pareció tan bueno como dice la guía. Volviendo de Chitwan NP volvemos a
International Guesthouse, pero en una
habitación standard (21$), ni es tan grande, ni tiene calefacción ni armario ni balcón. Pequeño baño con plato de ducha y agua caliente.
Thamel es la zona ideal para regalos o souvenirs, para proveerse de todo tipo de equipamiento de montaña (North Face, Marmot, Merit) a precios reventados, falsificaciones por supuesto; y es además donde se encuentran los dos supermercados mejor surtidos de todo Nepal, aunque a precios europeos.