
Como no todos los hinduistas tienen la suerte de morir en Varanasi y que sus cenizas sean arrojadas al Ganges, en el Valle de Katmandú, a orillas del río sagrado Bagmati, un afluente del Ganges, se encuentra uno de los centros de peregrinación mas importantes del hinduismo, el

templo de
Pashupatinath, dedicado a Shiva, dios de la creación y la destrucción. Fue construido por el rey Bhupalsingh Malla en el siglo XVII, después que el anterior de madera fuese destruido por las termitas.
Aquí llegan peregrinos de todos los rincones de Nepal para purificar sus almas en el río, devotos que llevan a incinerar a sus muertos, y sadhus (santones), que viven de las limosnas o del dinero que sacan posando en fotos para turistas. Solo los hindúes pueden acceder al interior del templo, el resto debe conformarse con mirar desde la otra orilla del río. Allí hay una terraza con decenas de pequeños santuarios de Siva, así como el templo de Ram, en los alrededores del cual pululan los sadhus buscafotos.
El templo tiene unas amplias escalinatas de piedra (ghats) que llegan hasta el río en donde se realizan inmersiones para purificarse. También se ven hasta media docena de ghats crematorios. Allí, el cuerpo del difunto vestido de blanco es lavado mientras los hombres de la familia realizan diversos rituales. Las mujeres esperan arriba, llorando. Posteriormente el cuerpo es incinerado, para despojarse de lo inútil a la hora de la rencarnación. Las cenizas serán arrojadas al río permitiendo que sean arrastradas por las aguas sagradas. Las ceremonias se realizan a diario, en público, a la vista de todos, pueden contemplarse sin disimulo, pero con el máximo respeto, desde la orilla de enfrente. Nosotros presenciamos un par en apenas veinte minutos.
Desde las terrazas una escaleras suben colina arriba hasta los templos de Vishwarup y Gorakhnath, donde seguimos rodeados de docenas de pequeñas santuarios de Siva, lingams y estatuas de Nandi esparcidos por toda la colina. En toda la zona abundan los monos, que pueden ser muy agresivos en su búsqueda de comida, cuidado. Bajando la colina por el otro lado, atravesando el parque de ciervos de Mrigasthali, Siva anduvo por estas lares en forma de ciervo, se llega al templo de Guhyeswari.
Pasupatinath se encuentra a 5 km de Katmandú, en la carretera que lleva al aeropuerto. Así que nosotros aprovechamos para ir desde allí después del
mountain flight, 300 npr taxi de prepago, 10 minutos. El taxi nos deja junto a las taquillas,
acceso 500 npr. Para los que no hemos estado aún en Varanasi es una experiencia única de contemplar estupefactos como los devotos se mojan, lavan o incluso beben, amparados por su religión, en las sucísimas y contaminadas aguas del río, a donde no tan solo van a parar las basuras de todo Katmandú, sino animales muertos y cuerpos no completamente cremados. Esto, unido al propio espectáculo de los entierros y cremaciones, lo convierten en una tracción difícil de calificar que no dejará buen cuerpo a todo el mundo.