El recepcionista del hotel nos pone en contacto con un amigo suyo para alquilar un coche. Se trata de un Toyota Tiida con cambio automático, seguro a todo riesgo y menos de un año de antigüedad. Acordamos 13 rials diarios, 50 rials de depósito y un máximo de 200 km diarios. Como mínimo una tercera parte de lo que pagarías en España, y con el litro de gasolina a 12 baizas el litro (unos 23 céntimos de euro).
Golden Crown Rent a Car. Móvil: 95182074. Tef.: 24831097
Desayunamos en
Bullan Gullam Rest, un hindú a 200 mts del hotel, no ponen cubiertos y hay que vigilar con el picante.
11:50 Para ir a Nizwa el truco esta en coger As Sultan Qaboos St y no dejarla hasta la rotonda de Burj As Sahwah (unos 40 km), donde se convierte en la carretera de dos carriles numero 15. Primera parada
Fanja. El pueblo es famoso por una inusual torre ovalada construida con piedra de la zona, ubicada en lo alto de una colina. La buscamos sin éxito en su desértico barrio antiguo. También conocido por su alfarería, en la entrada del pueblo hay multitud de cacharros expuestos, junto a puestos de fruta y verdura, donde compramos algunas provisiones para el camino.
Seguimos hasta
BidBid, aquí si que encontramos el castillo. Siguiendo la carretera principal que atraviesa el pueblo girar a mano izquierda en la calle principal, que desciende hasta el
wadi, donde rodeado de palmeras y un
falaj todavía en uso se encuentra el castillo. Fue el primero en Omán restaurado usando métodos tradicionales y materiales originales (barro, yeso y paja). Damos una vuelta a su alrededor, sacamos unas fotos, y nos vamos a tomar un par de tés (200 baizas). A la salida del pueblo paramos en un
coffee shop a comprar agua y aprovechamos para tomar dos deliciosos sándwichs en pan de pita (800 baizas).
A 40 km se encuentra Izki, y a 10 km circulando por carretera de un solo carril, Birkat al Mawz ("piscina de bananas"). Ubicado a la entrada de Wadi al-Muaydin, en el borde sur de Jebel Akhdar, es hogar de un fuerte restaurado llamado Bait al Redidah.
Pero sin duda su mayor atracción es
Falaj al Sharieh, del que dicen es el mejor de los cinco
falaj registrados en Omán como Patrimonio de la Humanidad. Se prolonga durante casi 2.500 metros, y con una demanda de 1.000 m
3 irriga una superficie superior a los 700.000 m
2, propiciando sin duda el crecimiento de las enormes extensiones de palmerales y datileras que rodean el pueblo. Es fácil de encontrar. Tras bordear el castillo por detrás, pasa junto a una inusual mezquita construida en piedra (no en arcilla). Saliendo de ella, un grupo de hombres que se dirigen a tomar un té, nos invitan para que nos unamos a ellos. Así son siempre los omaníes, amabilísimos, cordiales y deseosos de platicar.
A 25 km de allí, rodeada de montañas, se encuentra Nizwa. Una pequeña y animada ciudad, que fue capital de Omán durante los siglos VI y VII. En tiempos había sido un importante centro comercial, al hallarse en un punto estratégico en la ruta de caravanas entre Muscat y Doha; así como feudo del conservadurismo religioso, siendo su Gran Mezquita un importante centro de enseñanza islámica. Por su ubicación es el lugar ideal desde donde organizar excursiones a las cercanas Bahla, Jabrin y las Jebel Shams.
Nos instalamos en
Majan Guest House, 30 rials. Habitación doble de unos 20 mts cuadrados, cama grande, tres sofás, armario, escritorio, aire acondicionado, nevera y televisión. Baño completo con agua caliente. Desayuno incluido (tostadas, mermelada, miel, zumo, huevos, te y café). Dispone de parking. Aunque a 8 km del centro (5 min en coche), tiene una muy buena relación calidad/precio.
El centro de Nizwa se encuentra en la pequeña zona comercial que se encuentra frente al castillo y la mezquita. Tiendas, restaurantes, pastelerías y puestos callejeros lo animan mucho por las noches. Frente al
souq hay habilitadas amplias zonas de aparcamiento a ambos lados de la carretera.
Bin Atique Restaurant. Uno de los pocos restaurantes de comida tradicional omaní que encontrarás en tu viaje a Omán. Distribuido en pequeñas habitaciones privadas de unos nueve m
2 donde se entra descalzo. No hay sillas ni mesas, se come sentado en el suelo sobre la alfombra, apoyando la espalda en unos duros y pesados cojines. Hummus (chick peas dip with bread), thereedh samakh (omani bread with fish curry), arus abiyadh ma marak malah nargeel (salted wet fish in coconut curry with rice), salatah makhzooz (special green salad), dos lime mint juice, café omani y dátiles, 7,3 rials. Todo buenísimo. Situado en una calle frente a la mezquita inmediatamente después del aparcamiento.
10:00 Visita al
Fuerte de Nizwa (500 baizas). Bien conservado, con fantásticas vistas del centro, del
souq y de la mezquita.
Construido por Imam Sultan bin Saif al Yaarubi en 1668, el diseño del fuerte refleja el considerable avance hecho en materia de fortificaciones militares y el uso del mortero con fines militares durante la era Yaarubi. Los muros son redondeados y robustos, diseñados para soportar una lluvia de disparos de mortero, una táctica habitual en aquella época. Tardó 12 años en construirse, aparentemente con materiales saqueados de otros fuertes como botín de guerra. Dos cañones custodian la entrada a la fortaleza que se abre en un verdadero laberinto de habitaciones, salas de techos altos, puertas, terrazas, escaleras estrechas y pasillos. Pero su característica más notable es su colosal torre circular de 36 mts de diámetro y 30 de altura, que le daba un aura de invencibilidad.
Su ascensión es la parte mas interesante de la visita, donde ayudados por modernos efectos sonoros y visuales, nos demuestran cuán difícil era salir ileso del aceite y agua hirviendo que vertían a través de pequeños pozos que se abrían directamente sobre las puertas. Cuatro cañones permanecen sobre ella, de los 24 que una vez sirvieron como principal potencia de fuego del fuerte.
Desde el castillo se tienen unas fantásticas vistas de Masjit Sultan Qaboos, la mezquita, probablemente la imagen mas conocida de Nizwa. Construida por Abdulla bin Mohammed, tiene una llamativa cúpula dorada y azul. Esta vetado el paso a no musulmanes. Al ser viernes y por tanto día de oración, cuando salimos de visitar el castillo todos los puestos del mercado están cerrando. Decidimos dejar el souq para mañana.
La antigua ciudad de
Tanuf resultó derruida durante la guerra civil de los años 50, bombardeada por los británicos a petición del entonces Sultán, y abandonada en la década de los 60. Aun puede verse junto a la mezquita el
falaj que la atravesaba. Tras las ruinas un camino asfaltado lleva hasta el
wadi, donde aparcamos a la sombra de un árbol. Comemos fruta y unos tomates con aceite y sal. A través de una pequeña garganta y con cuidado, pues el camino esta muy empedrado, puede atravesarse el
wadi hasta el otro lado, donde es visible parte del
falaj y la presa. Toda la zona esta llena de familias omaníes haciendo camping, que nos saludan o salen a nuestro encuentro invitandonos a tomar a té.
Volvemos a tomar la carretera general hasta
Al Hamra, una ciudad construida sobre la ladera de una montaña, donde se encuentran algunas de las casas mas antiguas de Omán. Antes de entrar paramos a comer en la gasolinera,
Nasser Hamid Subia Al-Siyabi Trad. Pollo con arroz, dos fantas, ensalada, té y café, 2.8 rials.
Bradt Travel Guide describe unas fantásticas casas de barro que nos dejaran atónitos y que parecen la octava maravilla del mundo. Es cierto que en el barrio antiguo muchas son casas de dos pisos construidas con barro y paja, coronadas con techos hechos de hoja de palmera, que conviven con antenas parabólicas y aparatos de aire acondicionado empotrados en las frágiles paredes. Pero en su mayoría están abandonadas y en un pésimo estado de conservación. Lo mas espectacular, sin duda, son las vistas desde lo alto de la carretera de Al Hamra, junto al
wadi que llena todo el valle.
Mapa en mano intentamos ir a ver el
Wadi Ghul (14 km), pero nos perdemos y no lo encontramos.
Cuando llegamos a
Bahla (29 km) aun podemos disfrutar de casi media hora de luz y sacar unas cuantas fotos del
Castillo. Es la fortificación mas antigua del país, y los omaníes lo ven como su fuerte mas significativo. En restauración desde 1993, su construcción sobre una pequeña colina desde la que se domina toda la zona, fue iniciada por los persas unos 1400 años atrás, durante la época. de prosperidad del oasis de Bahla bajo el control de la tribu Banu Nebhan. Para su construcción se usó piedra, abobe, troncos de palma, paja, estiércol y yeso. Sus muros hacían 11km de largo, tenían 16 entradas y 132 torres de las que solo permanecen seis.
Jabreen lo dejamos por falta de tiempo.
Paseamos por el souq que hay tras la carretera, frente al fuerte, durante un rato y compramos algunas cosillas en un super para mañana. Pan de molde, quesitos, patatas fritas y un muffin, 1 rial.
De vuelta a
Nizwa (38 km) entramos a curiosear en el
souq de pescado que esta lleno de productos frescos. Observamos con sorpresa que venden crías de tiburón.
Tomamos un par de kebabs por 500 baizas. Frente a la mezquita, siguiendo con nuestra guarreada dieta, atacamos uno de los puestos ambulantes de maíz: maíz hervido con zumo de limón, mantequilla, sal, pimienta y algún picante, todo ello bien mezclado y servido en vaso de plástico. Se come con cucharilla (400 baizas). Esta delicioso pero pica mucho.
La ciudad posee uno de los zocos mas importantes del país. Se vende desde carne, pescado, frutas y verduras a especias, dátiles, oro y plata. Nizwa es conocido por su joyería de plata, y por sus
khanjar (cuchillo curvo tradicional) de distintivos estilos y patrones. Los viernes por la mañana a primera hora, hay un mercado de ganado vivo, donde se venden vacas, cabras y ovejas. Tras desayunar vamos al
date souq con la esperanza de comprar algunos dátiles. Se trata de un almacén de techos enormes y ventiladores de aspas con cientos de sacos apilados. Debe de ser festivo porque no hay casi nadie en ninguno de los souqs. Los de pescado, carne, cabras y dátiles están desiertos, en el de frutas y verduras están a medio gas o menos. Compramos cuatro tomates (100 baizas) y dos pepinos (100 baizas).