Pasamos por
Al Minitirib,
sin visitar Bidiyah Castle, y seguimos dirección
Wadi
Bani Khalid. Hay 24 km hasta el desvío (perfectamente
señalizado), 26 km de espectaculares vistas de montañas,
aldeas y palmerales hasta el inicio del
wadi, y 7 km mas
hasta el final del cauce, donde aparcamos el coche. Un camino empedrado
que transcurre junto al
falaj, nos acerca
a la primera piscina natural, de verdes y mansas aguas cristalinas donde se permite el baño.
Hay además una pequeña cueva (
Moqal
cave), un
trekking de
14 km por la montaña, y un bar restaurante, todo ello en medio de un entorno
de paz y tranquilidad absoluta, que han convertido este
wadi en
una popular atracción de fin de semana.
Es un lugar paradisíaco, mas aún si lo ubicas en medio del desértico Omán. Ideal para un día de picnic. Unos estudiantes nos acompañan
hasta la cueva (fácil de encontrar por libre), y uno de ellos
me guía en su interior. Rosa no quiere entrar. Apenas tiene
un metro de altura y hay que entrar acuclillado durante un par de
minutos. Al final encontramos el reguero de agua que mas tarde se
convierte en
wadi y que alimenta el
falaj. 6 rials
de propina. Comemos allí, junto a una pequeña cascada,
y nos estamos hasta casi las dos del mediodía. Al inicio
del
wadi, previo a los 26 km de curvas que nos separan
del cruce, hay un pequeño pueblo (Badaa creo que se llama)
donde paramos a tomar un té.
Paramos en Al
Kamil (50 km) a poner gasolina (5 rials, 121 baizas = 1 lt),
un curioso pueblo profusamente rodeado de arboles y palmeras. Aunque
poco a poco hemos ido descubriendo y valorando los wadis y
sus palmerales, lo que no habíamos visto aun eran arboles,
mas allá de algunas acacias en la carretera. Conducimos 22
km mas hasta las ciudades gemelas de Jalan Bani
Bu Hassan y Jalan Bani Bu Ali. Las guías describen fuertes y esplendidas casas fortificadas
en la primera, y un fuerte del siglo XI y una mezquita de 200 años
en la segunda. Apremiados por la hora, a punto de anochecer,
vimos un barrio de casas fortificadas tras atravesar un enorme palmeral,
y un par de llamativas mezquitas de doble minarete.
Habiendo anochecido
ya, ponemos rumbo a Sur (60 km desde Al Kamil). Desde que hemos
dejado el wadi, aunque su presencia en la calle siempre
es muy escasa, hemos notado que las mujeres van mas tapadas, en
muchos casos una fina gasa de color negro les cubre por completo
la cara; y ha crecido de manera exponencial la población
de raza negra.