Ruse es una pequeña ciudad a orillas del Danubio, que prospero durante la ocupación Otomana convirtiéndose en la más importante del país. Con la independencia se llenó de magníficos edificios de estilo Barroco, típicos de Europa Central, que le valieron el sobrenombre de Viena del Este. A pesar de todo es una ciudad sin atracciones imprescindibles, que se disfruta paseando, ya que aunque sus atractivos están descentralizados, se puede llegar caminando a todas partes.
La vía principal es Alexandrovska, una avenida peatonal bordeada de edificios barrocos con tejados puntiagudos, relieves y estatuas en las fachadas pintadas en vivos colores. Es el centro vital de la ciudad, siempre llena de gente paseando, comprando o tomando en las terrazas de los numerosos restaurantes y cafeterías. Toda esta actividad continua en las dos plazas que la delimitan. La plaza Svoboda esta presidida por una escultura de una mujer con una espada sobre un altísimo pedestal, rodeado de jardines de flores, fuentes y tenderetes móviles de helados. En ella se encuentran el Palacio de Justicia y el Ayuntamiento, entre otros edificios solemnes. En la plaza Aleksander Battenberg están algunos de sus edificios mas impresionantes, como la biblioteca o el Museo de Historia. Otra plaza ajardinada con fuentes y numerosos bancos para sentarse a la sombra.


Otra plaza interesante es Sveta Troitsa, donde se encuentra el Teatro de la Opera con su llamativa fachada columnada de color rojo. Junto a ella esta la
Catedral de Sveta Troitsa, la iglesia mas antigua de la ciudad, construida en 1.632 durante el periodo otomano bajo el nivel de calle, siguiendo las normas de discreción que exigían los gobernantes a los templos cristianos.

La
Fortaleza romana de Sexaginta Prista se encuentra en una ladera cerca de las orillas del Danubio. Se cree que los restos de la colina (siglos II-III) pertenecen a edificios civiles, probablemente de un asentamiento cercano al campamento que funcionaba también como centro de culto. El nombre de la fortaleza se traduce como “Puerto de los 60 barcos”, seguramente debido a los 60 barcos que se necesitaron para trasladar a los 6.000 legionarios que se establecieron allí.


Adeo, 122 lev. Más céntrico imposible. 122 lev. Habitación doble con baño privado, parking y desayuno incluidos. Sala de fitness gratuita, de pago el spa y la mini piscina.
Mehana Chiflika, cocina búlgara, decoración al estilo tradicional, camareros con trajes regionales, comida muy buena y servicio muy atento. Sopa de hígado de cordero, sopa de espinacas con carne,
kebab drusan de cerdo, guisado de lentejas, dos cervezas, pan y rakia. 52 lev.


Garden, restaurante ajardinado, con fuentes de agua, música relajada y vistas al Danubio, ubicado en los bajos del
Grand Riga Hotel. Dos cervezas Leffe y botella de agua de medio litro, 16,5 lev. El restaurante Panorama en la azotea del hotel está cerrado por ser temporada baja. Ideal para pasar un buen rato alejado del ruido.