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Líbano

Baalbek

Octavo día El camino más corto entre Besharre y Baalbek es una angosta carretera de montaña, unos 60 km de distancia en total, que se tarda entre 1h30 y 2h en recorrerse con buen tiempo, pero que por desgracia en cuanto llegan las primeras nevadas a primeros de diciembre queda cortada hasta la primavera. Esto nos obliga a coger un transporte a Beirut (100.000 LBP) y otro hasta Baalbek (150.000 LBP), que acaban siendo unos 200 km y 5 horas de viaje. 3h30 si lo miras en Google Maps, pero ahí no tienen en cuenta el tremendo caos que supone entrar y salir de la Beirut.
Templo de Venus, Baalbek
Baalbek conserva, quizás, las ruinas romanas más grandes del mundo. Se encuentra en el fértil valle de la Beeka, una zona mitad chií mitad cristiana, aunque bajo la clara influencia de Hezbola (El Brazo Armado de Dios), cuyo cuartel general se encuentra en la ciudad, que sufrió graves daños durante los enfrentamientos de 2006 con Israel. Es la zona del país donde más carga política se respira, centros sociales de Hizbola, venta de camisetas de la organización en los mercadillos, carteles del líder supremo iraní Ali Jaminei y el líder de Hizbola Hasan Nasrallah juntos, o de Riad Salameh (Gobernador del Banco Central) y Bashar al-Ásad (presidente sírio) son frecuentes. Pero más aya, de la chispa que siempre está a punto de extenderse en Oriente Medio, es una zona segura para el turista que no hable de política o religión y sea respetuoso con las costumbres locales. La ciudad alberga unos 25.000 habitantes, de los que tan solo veras los que viven en la zona situada frente a las ruinas, el resto de la localidad carece por completo de interés.
Hotel JammalAntiguo cartel promocional de la zonaUn pequeño zoco, una docena de restaurantes y pastelerías, una parada de autobús, y media docena de hoteles constituyen el centro turístico frente a las ruinas, el único punto de interés de una pequeña ciudad de 25.000 habitantes. La mejor opción para hospedarse es el hotel Hotel Palmyra, 75$ habitación segunda planta, sin vistas, con calefacción, agua caliente y desayuno incluido; 15$ más con vistas a las ruinas; 65$ con estufa de queroseno y sin agua caliente. Cogemos la opción intermedia. Es un hotel majestuoso, que seguro vivió épocas mejores, cuando era visitado por personajes ilustres como Charles De Gaulle y Albert Einstein, pero que aún conserva un cierto glamour de años pasados. Somos los únicos inquilinos. Otras opciones son el hotel hotel Júpiter ofrece habitaciones espaciosas con agua caliente, estufa de queroseno y vistas a las ruinas por 40$; mismo precio hotel hotel Jammal, aunque sin vistas y con habitaciones más reducidas; peor suerte tiene los hoteles hotel Al Shams y hotel Shouman que no disponen de luz ni agua caliente, y ni tan siquiera se atreven a darnos un precio.
Templo de Jupiter, Baalbek
Restaurante Al AjamiZoco de BaalbekPara comer además de los diferentes de comida rápida local, la mejor opción es Restaurante Al Ajami, en Ras Al In boulevard, la continuación a mano derecha de la calle principal, un local de comida tradicional. Primer día comemos sfiha (mini pizzas de carne de cordero), jwenih (alitas de pollo), tabulé (ensalada de perejil), y para beber dos ayran (yogur con agua y sal), 315.000 LBP. Delicioso. Al día siguiente comemos shawarma 1/2 kg y dos ayran, 350.000 LBP, sensacional, imperdonable perderse este restaurante. Y el mejor postre en la pastelería RestauranteAl Jobbeh, situada en el zoco apenas a 200 mts, es un local amplio, con una infinita variedad de dulces locales y regionales, y mesas para degustarlos.
Desayuno en el Hotel PalmyraHotel PalmyraNoveno día Empezamos el día con un magnífico desayuno en el hotel Palmyra, en una sala con vistas a las ruinas: makdoud (berenjenas encurtidas rellenas), labneh (queso blanco untar), humus con garbanzos enteros, manakish (pan anisado con toping), mermeladas, ensalada de tomate, pepino y olivas...
Lo primero que llama la atención de las ruinas de Baalbek (acceso 300.000 LBP) es su desmesurado tamaño, hecho a conciencia para recalcar el poder y la supremacía religiosa romana sobre nuevas amenazas como el cristianismo. Su construcción empezó en el año 60 aC y continuó hasta finales del siglo IV, cuando finalmente se impuso la nueva fe, se calcula que a lo largo de los años se dedicaron a su construcción unos 100.000 esclavos. Hoy en día solo quedan en pie tres templos, aunque el templo de Venus, del que se conserva poco, estaba cerrado al público durante nuestra visita.
El templo de Júpiter es el más imponente, solo el santuario, sin contar los patios que lo rodean, tiene unas dimensiones de 135 x 113 mts, y estaba rodeado por 84 columnas de 22 mts de altura, de las que desafortunadamente solo quedan seis. Durante el siglo VI gran cantidad de pilares y columnas fueron enviados a Constantinopla, y usados en la construcción de Aya Sofía. Un dato que ayuda a hacerse una idea de la magnitud de estos templos es el tamaño de algunas piedras usadas en sus cimientos, una de ellas con 21 x 4 x 4 y más de mil toneladas de peso, se considera la piedra tallada más grande jamás por el hombre.
El templo de Baco, conocido como el templo pequeño, tampoco desmerece con unas medidas de 69 x 36 mts es incluso más grande que el Partenon de Atenas. Es el templo romano mejor conservado del mundo, rodeado por 42 columnas de 19 mts de altura es espectacular. Reserva una tres horas para la visita.
santuario de Imam Khawla Sayeeda Hussein santuario de Imam Khawla Sayeeda HusseinDespués de visitar las ruinas, antes de ir a comer, visitamos el santuario de Imam Khawla Sayeeda Hussein, hija del imam Hussein y biznieta de Mahoma. Construido al estilo iraní, con llamativos azulejos azules y verdes, y una majestuosa cúpula dorada, no pasa desapercibida.