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Libano

Beirut

Plaza Sahet et-Tall Vistas de Trípoli desde el castillo Quinto día Desayunamos un té, con galletas y fruta que habíamos comprado el día anterior. Subimos a la autopista para coger un transporte a Trípoli (35.000 LBP, una hora de viaje). Trípoli es la segunda ciudad más grande del país, aunque tiene un carácter mucho más provinciano y recatado que Beirut. Hay dos zonas claramente diferenciadas, el casco antiguo, que se organiza alrededor de la plaza Sahet et-Tall, donde se pueden ver antiguas casas mamelucas, un castillo, y un animado zoco sin pretensiones turísticas, alrededor del que se sirve autentica comida local, sin cartas en inglés ni florituras. Luego está el puerto de Al-Mina, con una buena concentración de bares, restaurantes, cibercafés y ocio nocturno en general.
¿Dónde hospedarse? En el centro están todos los puntos de interés, pero es más sucio y caótico, los hoteles son peores, y cuando cae la noche todo cierra y hay pocas posibilidades para cenar. Al-Mina estas lejos de todas partes, pero es una zona muy tranquila con una amplia oferta gastronómica y hotelera de calidad. Si volviera, teniendo en cuenta que un ricksaw entre las dos zonas cuesta 50.000 LBP (un euro), me hospedaría en Al Mina.
Vistas de Trípoli desde el castillo
hotel City Guesthouse, 30$, junto a los zocos. A mitad de camino entre pensión y albergue, habitación triple grande con baño y ducha compartidos, todo muy limpio. Su mejor valor, sin duda, es Nazih, el dueño, una fuente de información inagotable sobre Trípoli y el Líbano. Merece la pena por céntrico y barato. Restaurante Akra , probablemente el mejor restaurante local del centro. En el puerto. hotel El Mina Guest House, 60$ con desayuno. No llegamos a ver las habitaciones, pero tiene buena pinta si te interesa está zona. Restaurante Abu Saeed , junto a las lonjas de pescado. Carta solo en árabe. Humus, tawouk, patatas fritas, dos ayran 400.000 LBP. Cerveceria Watched 13 , bistró café moderno, de ambiente relajado, un espacio cultural que alberga una galería de arte en constante rotación, cómodos cojines, y una carta de platos sencillos para picar algo.
Ciudadela de Ramón de San Gélio Ciudadela de Ramón de San Gélio Qala'at Sanjil (acceso 100.000 LBP) es una ciudadela y un fuerte en la cima de una colina, antiguamente conocida como Ciudadela de Ramón de San Gélio, en referencia al comandante croata que impulsó su ampliación a principios del siglo XI. Árabes y otomanos hicieron continuas remodelaciones hasta el siglo XIX. Muy poco de la estructura original de los cruzados ha sobrevivido hasta el día de hoy, las almenas fueron destruidas para abrir puertos de salida a los cañones, y solo quedan algunas tumbas de caballeros francos anónimos, desperdigadas por aquí y por allá. Alberga un pequeño museo que, en el momento de la visita, debido a las dificultades que atraviesa el país, no disponía de luz.
Zocos en el barrio antiguo Zocos en el barrio antiguo El barrio antiguo es un laberinto de calles estrechas, hammams, madrasas, caravasares y mezquitas. Los zocos se suceden uno tras otro, comida de todo tipo, ropa, joyas, menaje del hogar, herramientas, todo lo necesario para tu vida cotidiana, poca cosa que de verdad pueda comprar un turista. No tan solo es fácil hacer fotos, si no que muchos quieren hacerse selfies contigo y salir en tus fotos. Es una zona relajada sin adulterar dentro del tremendo caos, bajamos el ritmo y nos dejamos llevar. No nos damos cuenta de que es viernes, ha terminado la oración del mediodía y apenas queda algún sitio abierto para comer. Encontramos un fastfood de comida local, dos pizzas estilo libanés, una de tomate, verduras y queso fundido, y otra de kifta ( lahme bi ajeen), 110.000 LBP.
Rachid Karami International Fair
Entre el barrio antiguo y Al-Mina se encuentran los terrenos de la Rachid Karami International Fair, un espacio donde Oscar Niemeyer diseñó en 1963 quince estructuras futuristas de cemento. La "Feria" debía albergar exposiciones permanentes, tres museos y un teatro experimental, pero la guerra civil de 15 años en el país detuvo el proyecto y hoy, el recinto ferial abandonado está vacío salvo por corredores, paseadores de perros y turistas ocasionales. La ONU lo ha incluido en su Lista de Patrimonio Mundial en Peligro, y dice que "debido a su escala y a la riqueza de su expresión formal, la Feria es una de las obras mayores representativas de la arquitectura moderna del siglo XX en el Medio Oriente árabe". Una visita interesante.