Desde Barcelona contactamos con
Morteza, un conductor que recomienda Lonely Planet, para realizar el trayecto desde Shiraz a Yazd, parando en los puntos de interés, por 130$. Los cuatro consultados por correo estaban entre 130$ y 150$. Después pactamos dos días más para visitar los alrededores de Yazd por 130$ mas, las agencias consultadas por correo en Yazd nos ofrecían una media de 80$ diarios. Nos pareció mas cómodo hacerlo todo con uno.
Finalmente los lugares cercanos a Yazd los visitamos en un día, y pagamos 200$ por dos días de coche privado y algo más de 800 km recorridos.
Nuestra relación con él fue claramente poco satisfactoria, no se lo recomendaría a nadie. Aquí podéis leer la
opinión completa.

Las ruinas de
Persépolis (
150.000 IRR, 3,75€) se encuentran a unos 70 km (1h) de Shiraz. Su construcción, comenzada por Darío I en 518 aC, continuó a lo largo de más de dos siglos, hasta ser saqueada, destruida e incendiada por Alejandro Magno en 330 aC, durante su conquista del imperio persa. Durante la época aqueménide fue residencia de verano de emperadores, capital ceremonial y palaciega donde se hacían recepciones oficiales y se celebraban las fiestas de Now Ruz, el año nuevo persa.
La entrada principal es una escalera de piedra con más de un centenar de pequeños escalones, que permitía el acceso de jinetes a caballo. Desemboca en una pequeña explanada frente a la Puerta de todas las Naciones, construida por Jerjes I, el hijo de Darío. La puerta la custodian dos colosales toros de piedra que se funden con los muros llenos de inscripciones. Tras ellos hay cuatro columnas que simbolizan palmeras. Siguiendo un pasillo conocido como la Vía de las Procesiones, donde a uno de sus lados se ven algunas columnas con esculturas de grifos, se llega a la Puerta inacabada, donde aún pueden verse cuatro columnas. Entre la puerta y la montaña se encuentra la Sala de las 32 columnas, de las que solo queda la base.
Montaña arriba visitamos dos tumbas excavadas en la roca, separadas entre si unos 500 metros, pertenecientes a Artajerjes II y Artajerjes III, antes de seguir con la visita de la ciudad. Unas escalinatas de piedra llevan hasta ellas, y aunque no se puede acceder a su interior merecen la pena las fachadas que rodean las puertas de acceso, llenas de esculturas y grabados.
Desde la última tumba bajamos directos al Tesoro, una serie de salas que ocupaban 10.000 m2. Según Plutarco, 10.000 mulas y 5.000 camellos necesitó Alejandro Magno para llevárselo. Junto a él se encuentra el Salón de las 100 columnas, el que fuera el palacio más grande de Persépolis Hoy solo son visibles las bases de las columnas y los montantes de las puertas.
Por ultimo visitamos la Apadana, una sala de audiencias ideada por Darío I. Destruida completamente por el ejército de Alejandro Magno, ocupaba una superficie de 110.000 m2, donde 72 columnas de 20 metros de altura sostenían el techo. El acceso es por dos espectaculares Escaleras decoradas con relieves, que muestran el pago de tributos de las distintos pueblos sometidos por los persas a Darío I. En buen estado y realizados con mucho detalle, permiten distinguir, gracias a la vestimenta y equipamiento, a los representantes del imperio.


A 12 km de Persépolis se encuentra
Naqsh e Rajab (
50.000 IRR, 1,25€), son tres inscripciones y bajorrelieves en piedra caliza que datan de la época Sasanida, siglo III dc. Las escenas representan a Shapur I a caballo seguido por nueve nobles a pie; la investidura de Ardashir I, que recibe la corona de un sumo sacerdote; y una última con Ahura Mazda y Shapur I de nuevo.
A menos de 1 km de aquí esta
Naqsh e Rostam (
100.000 IRR, 2,50€), una necrópolis aqueménide que contiene cinco enormes y espectaculares tumbas cruciformes excavadas en la roca de una montaña. Bajo ellas, unas inscripciones nos informan sobre sus reales huéspedes: de izquierda a derecha son Darío II (423 – 404 aC), Artajerjes I (465 – 424 aC), Darío I el Grande (522 – 486 aC), la tumba inacabada de Darío III (336 – 330 aC), y por ultimo Jerjes I (486 – 465 aC). Frente a ellas hay una Torre del fuego zoroástrica, y en un extremo, media docena de bajorrelieves del periodo sasánida y elamita, esta última de 1100 – 1000 aC.


A unos 80 km esta
Pasargadae (
150.000 IRR, 3,75€), primera capital del Imperio persa aqueménida, la cual, a partir del 512 aC, fue perdiendo poco a poco su esplendor con la construcción de Persépolis. Las ruinas son escasas, en mal estado, y están bastante dispersas, sin coche es imposible verlo todo.
Lo primero que vemos nada más entrar es la Tumba de Ciro II el Grande (599-530 aC), fundador del imperio. También visitamos las ruinas del palacio de Ciro; la Torre de fuego, de la que solo se conserva la fachada; y sobre una pequeña colina la Prisión de Selonira, desde donde hay unas buenas vistas del yacimiento. De vuelta a la salida visitamos los restos de la Sala de audiencias y el Jardín Real.
Creo que habiendo estado en Persépolis, se puede pasar por alto.
Comemos en un restaurante de carretera en Safa Shahr, a pocos kilómetros de Pasargadae. Después paramos a tomar té, que Morteza siempre lleva en el maletero, frente a las ruinas del Caravasar Khan Khareh.


En
Abarkooh visitamos nuestro primer
yakhchal, o casa de hielo, una antigua nevera natural construida y usada para almacenar hielo, aunque también se usaban para almacenar alimentos. Una enorme cúpula cubre una zanja, formando un espacio que en ocasiones puede alcanzar los 5.000 mts cúbicos. Las paredes de hasta 2 mts de grosor, están hechas de arena, claras de huevo, limón, pelo de cabra y ceniza en proporciones específicas, que la hacen resistente a la transferencia de calor y al agua. Asomarse a su interior e imaginarlo lleno de hielo en este país, donde se alcanzan los 50º en verano con facilidad, fue una experiencia fascinante. Visitamos también una bonita
mezquita financiada por la Cofradía de Pescadores; y un impresionante
Ciprés de 28 metros de altura y 18 de circunferencia, protegido como bien cultural por el gobierno iraní, y que se cree tiene más de 4.000 años, probablemente el ser vivo más viejo de Asia.
Farvardinn Desert Inn, en Fahraj, (1.500.000 IRR, 37,5€). Otra casa tradicional rehabilitada y muy bien decorada, con un agradable y tranquilo patio, llevada por una pareja muy agradable. Habitación doble, con baño y ducha, aire acondicionado natural. Dos camas dobles, mantas, y espacio suficiente para estar a gusto. Wifi y desayuno incluido.