
Aunque esta noche dormiremos en Isfahán, vamos a hacer una parada de unas pocas horas en
Nain para visitar su vieja mezquita. Taxi a la estación de autobuses, 20 minutos, 100.000 IRR, 2,5€. Parece mejor que el aeropuerto, enorme y muy bien organizada. Nada más bajar del taxi nos recibe un chico que nos pregunta destino, y nos acompaña al mostrador para comprar los billetes (110.000 IRR c/u, 2,5€), y después hasta el andén.
El autobús es cómodo pero lento, ya que para continuamente. Tardamos 3h45 en recorrer 170 km a Na’in. Como su destino final es Isfahán, no entra en la ciudad de Nain, y nos deja en una rotonda donde ya hay taxis esperando. Pagamos 20.000 IRR, medio euro, hasta el hotel y restaurante
Nain Tourist Inn, donde nos guardan las mochilas mientras vamos a ver la mezquita, que queda a 15-20 minutos caminando desde allí.
La
mezquita de Alavian (
50.000 IRR, 1,25€) en Nain es una de las más antiguas del país, siglos VIII-IX. La mezquita no tiene ni
iwans ni cúpula, y su alto minarete octogonal de 28 mts fue añadido 700 años después. En el centro del patio puede verse parte del
qanat que discurre bajo ella. Por sus laterales se accede al sótano, que pudo haber sido usado con anterioridad como Templo de Fuego, y que posteriormente, ya en época islamica, se uso como cámara de oración durante los días más calurosos de verano y los más fríos del invierno. Destacan las filigranas en ladrillo alrededor del patio, y el laborioso púlpito de madera. Una mezquita muy distinta a cualquier otra que veremos en Irán.
Aquí conocemos a
Mahmood Mohammadipur, un joven guía que sale en Lonely Planet. Nos ofrece una visita a un
qanat, unas cuevas y una casa señorial por 12€, que dura 1h mas o menos. Pero no disponemos de mucho tiempo y rechazamos la oferta.


Frente a la mezquita se ven los restos de una antigua fortaleza árabe, de la que solo quedan unos restos en muy mal estado, denominada
Narin Ghaleh. Cuando llegamos al
Nain Tourist Inn, hay varios autocares aparcados en la puerta y el local esta hasta los topes. A pesar de todo comemos estupendamente, y el servicio es muy amable. Pedimos pollo con arroz y
barberries (agracejo en español) y trucha muy buena. Sandía de postre. (390.000 IRR, 9,75€).
Otro taxi, 30.000 IRR, nos lleva al punto de partida en la carretera. Tras esperar un rato algún autobús que pase hacia Isfahán, compartimos un taxi con una pareja joven, pagando 100.000 IRR cada uno, lo mismo que nos hubiera costado el autobús Tardamos 1h45 haciendo una parada para rellenar botellas de agua en una fuente natural de aguas medicinales, o eso dicen.