


Después de pasear un rato por Mahdia seguimos hasta
Monastir. Esto empieza a oler a costa brava, complejos hoteleros, puerto deportivo, paseos adoquinados con palmeras perfectamente recortadas y alineadas, tiendas de souvenirs por doquier, restaurantes caros con platos occidentales y cafeterías donde sirven
expressos a dos dinares. Además de sus playas anchas y bien cuidadas, sus principales puntos de interés son el
ribat Sidi Dhouib, un monasterio islámico fortificado de 796 donde se rodaron escenas de "La vida de Brian", la Mezquita Bourguiba, la Gran Mezquita del siglo XI, y el Mausoleo de Habib Bourguiba, primer presidente del Túnez independiente. La medina, muy orientada al turismo, esta en su mayor parte amurallada y conserva algunas puertas antiguas.
Rest. Alhambra, 18 TND. Local con agradable patio y terraza al solecito, orientado a occidentales. Carta con sencillos platos occidentales y tunecinos. Comida excelente, la cerveza horrible.
Pastelería El Eibat. Espectacular, tradición y diseño. Y para saborear las pastas junto a un té
Café La Medina, Place du 3 Septembre 1934, agradable terraza frecuentada por locales.

La mayoría del turismo de
Sousse se instala en la playa de Boujaffar y su animado paseo marítimo, y apenas tiene tiempo de acercarse a la ciudad vieja. Supongo que entre otras cosas porque era invierno nuestro caso fue el contrario. Todos los puntos de interés se encuentran en la
medina, que ubicada sobre una pequeña colina es un caprichoso laberinto de callejuelas lleno de mezquitas, cafés, anticuarios y zocos, encerrados en sus casi 2,5 km de muralla. Un corto paseo da una idea de todo ello, pero cuidado no es especialmente grande, pero si lo suficiente como para perderse. Bajo la puerta de Bab el-Jedid hay un mercado de abastos, y un rastro que se instala durante las horas de luz, y que satura la Rue de France hasta la Place des Martyrs. Aquí están la Gran Mezquita aghlabid de 850 (5 TND), el Ribat del siglo VIII, el Museo Arqueológico (4 TND) y la puerta principal de la medina.
Túnez dispone de 1.2000 km de playa que atraen a miles de turistas cada año. Sus playas de fina arena blanca, limpias y bien cuidadas, y su agua cristalina y cálida son realmente envidiables. En la costa decenas de alojamientos de todas las categorías y precios, modernos centros comerciales y de ocio, y la proliferación de deportes como windsurf, vela, pesca o submarinismo en algunas zonas ponen la guinda. Algunas poblaciones, como Mahdia, han sabido conservar su encanto autóctono tradicional, pero la mayoría de localidades costeras que visitamos habían sucumbido al turismo fácil del souvenir, resort y autocares guiados.
Hotel Emira, 30 TND con desayuno. En el interior de la medina, a 30 mts de Bab el-Jedid. Habitación doble embaldosada con azulejos azul brillante, baño con agua caliente, armario, calefactor y terraza sin vistas.
Ennassim, 10 TND. Pequeño
fast food en el entramado de callejuelas que hay entre la Place de la Republique y Place Farhat Hached. Terraza a rebosar de clientela local. Sirven
shawarmas, sándwiches, deliciosos zumos de naranja y habilidades locales, como los "bocadillos de patatas fritas".
Nos aconsejan aparcar el coche sobre la acera frente al hotel por la noche, para vigilarlo. Se puede acceder a la medina cuando desmontan el mercado, pero hay que sacarlo antes de las 08:00 o no podremos cuando el mercado vuelva a estar en marcha.