
Después de visitar la Gran Mezquita de Kairouan tomamos una tranquila carretera de un solo carril hasta la ciudad de
El-Jem.


Su atracción principal es

el
coliseo, el testimonio mas importante de la antigua ciudad púnica de Thysdrus, convertida en colonia romana a mediados del siglo III. Construido entre 230 y 238 es el tercero mas grande del mundo y la reliquia romana mejor conservada de África. Tiene unas dimensiones de 138 por 114 metros y una capacidad de mas de 30.000 espectadores. Los corredores conducen a todos los niveles del auditorio, y dos largos pasillos subterráneos permiten acceder a la zona donde aguardaban fieras, gladiadores y demas victimas de la barbarie antes de salir a la arena. La vista desde las gradas superiores es impresionante. El
Museo Arqueológico de El-Jem que ocupa una antigua villa romana a apenas 800 mts del coliseo, acoge la colección mas importante de mosaicos de Túnez. La
entrada combinada para ambas atracciones tiene un coste de 8 TND + 1 TND la
cámara de fotos.

A menos de una hora de El-Jem se encuentra
Mahdia que debe su nombre a su fundador Obeid Allah, primer califa fatimí, conocido como El Mahdi (Salvador del Mundo).
Las playas llenas de apartamentos y resorts para turistas se encuentran alejadas del tranquilo centro histórico. La medina esta ubicada sobre una estrecha y escarpada península a la que se accede cruzando la enorme puerta de Skifa el Kahla, único resto original fatimí de la ciudad. La relajada medina, con mas residencias que tiendas, tiene su centro en la Place du Caire, un plaza con vistas a la mezquita de Mustafá Hamza (1772) llena de mesas de los cafés cercanos bajo las sombras de las parras que la cubren casi al completo.
Hotel Medina, 30 TND, en el interior de la medina cerca de Skifa el Kahla, ocupa una casa de dos plantas cuyas habitaciones están organizadas alrededor de un bonito patio interior donde se sirve el desayuno, incluido en el precio: rebanadas, mantequilla, mermelada, galletas, y té o café. Las habitaciones son austeras y sin calefacción, baño y ducha con agua caliente compartidos.
Restaurant Neptune, 63 TND
brick avec thon,
birck avec fruit de mare,
civet (un pescado)
grille, dos cervezas Celtia. Ideal para comer a mediodía ya que por la noche no se puede disfrutar de sus privilegiadas vistas frente a la playa. Los precios del pescado fresco, que se cobra a peso, son desproporcionados, 49 TND por lo que parecía una merluza de algo mas de medio kilo.

Dando un paseo llegamos hasta el Cap d'Afrique donde quedan fragmentos del puerto y las murallas fatimies originales y unas bonitas vistas del mar Mediterráneo. Tras nosotros queda el
ribat de Borj el Kebir, un fuerte turco del siglo XVI que se alza sobre la medina, y el cementerio musulmán que ocupa casi todo este tramo de costa.
Unos kilometros al norte se encuentra la zona de playas, aquí tan solo hay apartamentos y complejos hoteleros cerrados por estar fuera de temporada, incluso tomar un té se convierte en misión imposible. Damos un paseo sobre la fina arena blanca, el agua es clara y cristalina, de un sorprendente verde turquesa, apenas hay oleaje, y el mar parece una balsa de aceite.