
Desde Sousse tenemos como primera intención ir a Hammamet, pero 100 mts antes del desvío cambiamos de opinión y seguimos hasta
Sidi Bou Said, un bonito pueblo de calles adoquinadas repletas de flores y estrechos callejones encalados con casas de puertas y ventanas azules, donde acudían los residentes acomodados de Tunis en el siglo XIX huyendo del sofocante calor estival, y que hoy esta invadido por autocares de turistas. Desde el parking (2TND) la empinada calle principal, llena de galerías de artistas locales y tiendas de
souvenirs, lleva a una pequeña plaza rodeada de restaurantes, cafés y pastelerías. Tras ella, la calle principal se convierte en un paseo con espléndidas vistas de la bahía y el puerto. Además del faro y algún palacio o mansión abiertos al público, merece la pena pasarse por Café des Nattes, local tradicional frecuentado por artistas vanguardistas en la década de 1920.
Dos locales céntricos para comer y tomar un café.
Rest Chargui, 28 TND. Buena comida local, sencilla y barata. Terraza al aire libre de tonos azules y blancos con vistas al pueblo, y al mar por encima de los tejados.
Café des Nattes, 4 TND. Subiendo unas escaleras en la plaza principal, quizás el local mas popular del pueblo, pedir el típico te verde con piñones.


A 10 minutos se encuentra
Cartago, la mas importante potencia marítima del Mediterráneo hasta que chocó con Roma, allá por siglo II ac. Una entrada combinada de 9 TND da acceso a la decena de puntos en que se encuentran diseminadas sus ruinas, la mayoría de ellas romanas. Esta dispersión obliga a tener vehículo propio y a disponer de al menos un día para su visita. No disponiendo de tanto tiempo nos limitamos a ver las Termas de Antonino Pio desde la valla. Si que subimos a la colina de Byrsa a visitar la Catedral de San Luis, construida en 1810 en honor de Luis IX, muerto en un brote de peste en año 1.270 durante el asedio a la ciudad en la séptima cruzada. Junto a ella se encuentra el
Museo Nacional de Cartago, dedicado a restos arqueológicos púnicos y romanos.
Tunis, la capital del país, tiene un centro compacto y agradable que se recorre fácilmente a pie. Es una ciudad ideal para pasear que aúna un aire magrebí con una distribución urbana muy occidental. Las avenidas y bulevares salpicados de palmeras están llenos de pastelerías, y terrazas de cafés y restaurantes. En el Museo de El Bardo se exhibe una magnifica colección de mosaicos romanos; y su animada

medina llena de tiendas, talleres de artesanos y zocos diversos, alberga la Biblioteca Nacional, un par de museos, y un sin fin de edificios históricos y religiosos. A pesar de todo, nosotros solo lo usamos para entrar y salir del país.


En las calles que rodean la medina existe el oficio de "buscador de sitio para aparcar", las plazas son reservadas con un bidón, unos ladrillos, unos tablones de madera, o incluso el mismo buscavidas de pie en él, esperando a alguien que necesite dejar el coche unas horas. La verdad es que, incluso siendo de pago la mayoría de las plazas, no vimos otra forma de dejarlo en la calle y ponernos a buscar un hotel. Una vez aparcado recorremos varios hoteles antes de decidirnos.
Grand de France, 32 TND, hace buena pinta y es barato, pero esta lleno.
Transatlantique, 60 TND, tiene una pinta horrible, cortinas caídas, pelos en el baño, y personal con aires de Hotel Ritz. Finalmente nos decidimos por
Hotel Salammbo, 35 TND + 5 TND
wifi, habitación en la ultima planta con baño y ducha, decente, sin florituras, mas bien tirando a cutre. Desayuno incluido. Sin baño y ducha 10 TND menos. Dejamos el coche en un
parking (1TND la hora) de la calle Greece, la misma que el hotel, ya que la mayoría de plazas que hay en la calle son de pago, no entendemos como va, y además dos hoteles nos han recomendado que mejor no duerma al raso.
Vamos cenar a uno de los muchos

restaurantes especializados en comida
sfaxiana de la calle Cairo. La verdad es que no vemos la diferencia con el resto de cocina del país. 14 TND
cuscús de pollo,
harissa, estofado de cordero y dos Fantas. Postre en la
Pâtisserie Gourmandise, donde compramos pastelitos para regalar. Todo lo expuesto hace una pinta estupenda, especialidades tunecinas y creaciones innovadoras. 32 TND una bandeja con unas 36 piezas de pastas locales. Tomamos un té en el
Hotel Elhana International, 280 TND, tienen
wifi en el vestíbulo y es un espacio cómodo y agradable en el centro de la ciudad.

Paseamos por la medina y nos sentamos en la terraza del
Café du Théâtre antes de salir hacia el aeropuerto.