Albania no se abrió al turismo hasta mediados de los 90, siendo hasta hace unos años un destino poco frecuentado por el turista extranjero y que aún conservaba unos recursos naturales y culturales prácticamente salvajes. En la costa suroeste del país, entre el Parque Nacional de Llogara y Lukovë al sur, se encuentra una zona que combina playas de aguas cristalinas, vistosos atardeceres y un interesante legado histórico y cultural, todo ello a unos precios imbatibles. Esta zona se conoce como la Riviera Albanesa.

Uno de los primeros lugares destacados es Himarë, el clásico destino de hamaca y sombrilla que tanto abunda en esta zona. Dominada por las ruinas de un castillo en lo alto de una colina, a dos kilometros del centro, Himarë se asienta a lo largo de una amplia bahía que es una sucesión de playas enfocadas al turismo. Hoteles, restaurantes, tiendas, alquiler de tablas de paddle surf (12€ la hora), y sobre todo tumbonas y sombrillas de alquiler de todas las formas y tamaños (500 lek - 2 hamacas y 1 sombrilla, todo el día). Si además te gusta la vida nocturna y el ambiente animado, en el centro abundan las oportunidades.
La opción ideal, si quieres huir del bullicio y disfrutar de playas más tranquilas, donde poder estirar tu toalla sobre la arena, lo mejor es alquilar una motocicleta. En 30 kilómetros a la redonda, accesibles por carretera de montaña, hay suficientes atractivos para rentabilizarla, las playas de Potam, Livadhi, Jale, Guma o Gjipe), el castillo y playa de Porto Palermo, o el Parque Natural de Llogara, donde hay varias caminatas interesantes.

Para llegar a Himarë desde Berat, hay que tomar un bus en la estación central a Vlore (500 lek, 2h) y desde allí un furgón hasta Himarë (750 lek, 2h).


Kolagji, 5.885 leks. - Primera línea de playa, habitación triple, dos camas individuales y una de matrimonio en dos estancias separadas, baño privado, nevera, terraza con vistas al mar y desayuno incluido (huevos fritos, huevos duros, salchichas, ensalada, mermeladas, pan, iogurt casero, zumos, te, café). !0 minutos lo separan andando del centro, muy buena opción si buscas tranquilidad. Dispone de un

restaurante bastante concurrido en la planta baja, pizzas, pasta, ensaladas y sopas.


A dos horas en autobús de Himarë (1.000 lek), al sur de Sarande y frente a la isla griega de Corfú, se encuentra
Ksamil, otro popular destino de sol y playa. Es un entorno idílico de pequeñas calas de fina arena blanca y aguas turquesas, con cuatro islas deshabitadas cubiertas de densa vegetación, a las que se puede llegar nadando, en patinete o alquilando alguna pequeña embarcación. Cerca de aquí se encuentra el Parque Nacional Butrint, protegido por la UNESCO, donde se pueden visitar restos del pasado bizantino, veneciano y otomano de la antigua ciudad de Butrint.


Las playas son privadas, están regentadas por restaurantes, hoteles o chiringuitos de playa, que llenan hasta el último centímetro de arena de tumbonas y sombrillas, haciendo literalmente imposible colocar la toalla si no es contratando sus servicios (entre 10€ y 20€ todo el día). No contentos con ello, el relajante ruido de las olas es reemplazado durante día y noche con música a todo trapo. Como no hay playas públicas, una opción es colarte en la playa de algún hotel, donde la arena no suele estar tan masificada.
La oferta hotelera y de restauración es enorme, prácticamente todo el pueblo, la zona próxima a las playas al menos, está repleta de hoteles, restaurantes y chiringuitos.
Bliss Hotel (40€), habitación doble con baño privado, nevera, terraza, desayuno completo incluido. Austero y funcional. A dos pasos de comercios, restaurantes y playas.