La ruta que seguimos en Albania, aunque aterrizando en Tirana era evidente que iba a ser dirección sur, vino determinada por los transportes que nos permitieran ir y volver de Kalambaka, ciudad del norte de Grecia próxima a los Monasterios de Meteora. Fue muy complicado encontrar información por internet, lo más coherente que vimos fue ir de Gjirokastër y volver por Korçë. Así que aquí estamos, a las 06:00 de la mañana en la estación de Gjirokastër, junto a la gasolinera, esperando un autobús que viene de Tirana y va a Thessalonika en Grecia. El viaje hasta Kalambaka dura casi 5h, incluyendo 1h30 en cruzar la frontera, y nos deja en la carretera que atraviesa el pueblo, porque realmente este bus no tiene parada oficial aquí, así que localiza bien el hotel en Google Maps y avisa al conductor con tiempo o tendrás que caminar un buen rato.

El origen de los
monasterios de Meteora se remonta al siglo XIV, cuando huyendo del avance turco por la región tras el colapso del imperio bizantino, algunas chozas habitadas por ascetas, colgadas en el abismo sobre pináculos de piedra de hasta 500 mts de altura, producto de la erosión del viento, el agua y el paso del tiempo, se convirtieron en monasterios que dieron cobijo a pequeñas comunidades monásticas. Llegaron a construirse hasta 24, pero por desgracia la resistencia griega se refugio en ellos durante la invasión nazi, y 18 fueron destruidos por la aviación alemana. Hoy en día solo pueden visitarse los 6 restantes. A los templos, que parecen suspendidos en el aire, solo se pudo acceder durante siglos mediante cuerdas, era además el único medio de subir enseres y alimentos. Hoy día se accede mediante escaleras talladas en la roca, unos 150 escalones de media, no hace falta estar en forma, pero hay que tener unos mínimos.
Kalambaka es la ciudad más cercana a los monasterios de Meteora, un pueblo de poco más de 10.000 habitantes, con hoteles y restaurantes suficientes para satisfacer la demanda de tan notoria atracción turística, pero que carece de encantos propios, más allá de una catedral bizantina del siglo XIV. Desde el pueblo salen varios caminos que llevan a los monasterios, algo más de una hora el más cercano. Una vez arriba, recorrer los seis monasterios es alrededor de 16 km por carretera de montaña, supongo que de hacerlo andando, lo más razonable es considerar tres días. Sin duda, lo más cómodo es alquilar coche o moto, en el pueblo hay varios puntos donde hacerlo, nosotros fuimos a una tienda frente al Hotel Rex. Coste de alquiler diario: 20€ - moto 50cc, 25€ moto 125cc, 50€ un coche. Nosotros optamos por la moto, menos consumo de gasolina y más fácil de aparcar.
El acceso a los monasterios cuesta 3€ cada uno, no hay ninguno bono de descuento que yo sepa. En las inmediaciones de todos ellos hay zona de aparcamiento, y todos disponen de tienda de souvenirs y recuerdos. La entrada es libre y sin guía, aunque el acceso a algunos espacios esta vetado, ya sea por tratarse de zonas habitadas por los monjes que en ellos residen, o por estarse celebrando alguna ceremonia religiosa. Importante, menos el monasterio de Saint Stephanos, para cuyo acceso se ha construido una pasarela, el resto son unos 150 escalones tallados en la roca. Por último, consultar los horarios, pues no todos abren todos los días. ni a todas horas. La carretera que viene de Kalambaka y pasa por el pueblo de Kastraki, divide los monasterios en tres secciones: dos en la carretera de subida, dos a mano derecha al llegar a la meseta por donde discurre la carretera que los une y dos a mano izquierda. Nosotros visitamos los cuatro primeros el primer día y el resto el siguiente.

Monasterio Saint Stephanos, se encuentra a una altura de 528 metros. Según una antigua inscripción del año 1.191, en esta roca residió el monje asceta Jeremías. La primera iglesia de Agios Stéfanos,fue una basílica de una sala, levantada hacia el 1.350 y reconstruida en 1545 por el Santo Filoteos. En el siglo XV Dragomir de Hungroblaquia donó al monasterio el cráneo del mártir San Jarálambos. Posee frescos del siglo XVII y un retablo de 1.814.

Segundo monasterio del día, a cinco minutos del anterior, ocupando una imponente roca a 535 mts de altura, se encuentra el
Monasterio de la Santísima Trinidad. Su referencia más antigua data de 1.362, aunque la fundación oficial se le asigna al monje Dometios a mediados del siglo XVI. Camino de los otros monasterios paramos en dos miradores.


Bajando hacia Kalambaka, visitamos primero el
Monasterio Roussanou, ubicado sobre una esbelta roca a 484 mts de altura, fue levantado por los hermanos San Joasaf y San Máximo, entre 1527-29. Por último, sobre una estrecha roca de 419 mts de altura y construido en varios niveles debido a la escasa extensión en su cima, se encuentra el
Monasterio San Nicolás, cuya primera construcción data de mediados del siglo XIII.
Sobre la roca más alta (613 mts) y amplia, se encuentra el Monasterio de Gran Meteora, del que llama poderosamente la atención, ya desde el parquing, la antigua torre de ascensión con balcón de madera, de 106 mts de altura, desde donde aún cuelga la antigua red. El primer morador fue Atanasios Meteoritis, un asceta que vivió en una celda con una pequeña iglesia. Unos años mas tarde, sobre una de las rocas de más considerable tamaño y abruptas de Meteora, a una altura de 551 metros, se instaló otro ermitaño, dando origen a lo que más adelante sería el Monasterio Varlaam.
Kalambaka aparece en el mapa gracias a su proximidad a los Monasterios de Meteora, que ha convertido al pueblo en base ideal para visitarlos. Si nos sobra tiempo, os recomendamos una visita a la
Iglesia Bizantina de la Asunción de la Virgen (acceso 2€), a solo diez minutos andando desde el centro. Fue erigida en el siglo X sobre un antiguo templo griego dedicado al dios Apolo, y reformada varias veces a lo largo de la historia. Hoy vemos una iglesia de tres naves, con las paredes llenas de frescos en bastante buen estado de conservación, y un impresionante púlpito de mármol. Muy recomendable.

Mytho's Guesthouse, 45€ noche. Habitación doble con baño completo, nevera, calefacción, aire acondicionado, terraza compartida con otra habitación, pero tiene dos mesas. Desayuno no incluido. A dos minutos del centro. Muy limpio y cómodo, con todos los detalles necesarios. A pocos pasos del hotel, en la plaza de la fuente, probamos dos buenos restaurantes de cocina griega tradicional, con buen servicio y cómoda terraza.
Meteora, local regentado por la familia Gkertsou desde 1925. Buena comida y buen servicio, ensalada griega,
pastitsio (pastel griego de macarrones, carne picada, tomate, huevo y bechamel), dos copas de vino, 27€.
Paneliinion, inaugurado en 1950 es otro clásico de la ciudad.
Musaka (lasaña de berenjena),
souvlaki (tacos de cerdo o pollo acompañados de verduras y patatas fritas), 1/2 litro vino tinto, 31€.
En el pueblo de Kastraki, en la carretera que lleva a los monasterios se encuentra
Taverna Meteora Vavitsas. Dispone de una terraza ajardinada y con sombra natural enorme y muy agradable. Cocina tradicional griega. Feta al horno con tomate y romero, costillas de cordero a la brasa, 1/2 litro vino, 26,5€.