
Desde el
aeropuerto internacional de Ljubljana, 26 km al norte de la capital, hay unos veinte minutos de autopista hasta el centro. Nuestro hotel es quizás el hotel más céntrico de la ciudad, apenas a 30 segundos de la Plaza Preseren. Aunque no tiene parking no es difícil aparcar en la calle, en toda la ciudad existe una tarifa de 0,70€/h de 8h a 20h, pudiendo pagar hasta 4h de una sola vez. Como son las once de la noche, ponemos dinero suficiente para no madrugar al día siguiente.
Hotel Emonec, 80€. Habitación triple, cómoda y amplia, con baño privado, todo muy limpio. Eficientes en recepción. Desayuno
buffet libre incluido, muy completo.
Ljubljana es una ciudad a mitad de camino entre Venecia y Viena, de dimensiones humanas, un lugar pequeño y acogedor, que dispone de todos los servicios de una gran ciudad. La leyenda cuenta que fue fundada por Jasón, quien huía junto con los argonautas del rey Aites tras robarle el vellocino de oro. En su ruta por centro Europa hacia el Adriático, tuvieron que parar en un lago donde vivía un terrible dragón al que dio muerte, pero que perdura como símbolo de la ciudad. El centro histórico está atravesado por el río Ljubljanica, en cuyos márgenes se encuentran una buena cantidad de hoteles y restaurantes.

El
casco antiguo medieval está formado por tres plazas: Mestni trg (plaza Municipal), Stari trg (plaza Antigua) y Gornji trg (plaza Alta) que transcurren paralelas al río por un agradable paseo peatonal. En
Mestni trg, frente a la fuente barroca de los Tres Ríos, se encuentra el edificio del Ayuntamiento, un edificio del siglo XV con tres bonitos patios interiores donde hay exposiciones gratuitas. Tras el derrumbe de gran parte de los edificios medievales durante el terremoto de 1511, las nuevas construcciones renacentistas y barrocas le dieron el aspecto actual. Llaman la atención los numerosos ventanales de la casa Souvan y la casa Drofenig. En el paso de Mestni trg a
Stari trg se encuentra el Puente de los Zapateros, que se agrupaban aquí a la entrada de la ciudad amurallada para evitar los impuestos que se pagaban en su interior. Dominada por la Fontana de Hércules y rodeada de edificios de estilo barroco, Stari trg es la parte más antigua de la ciudad. Por ultimo en
Gornji trg, presidida por la Iglesia de San Florián, se encontraba una las puertas de acceso a la ciudad. Desde aquí sale una de las rutas a pie al Castillo.

La
Plaza del Congreso, trazada en 1821, es un enorme espacio abierto donde se encuentra el antiguo Palacio Ducal, el Palacio de la Filarmónica, el convento de las Ursulinas y la Iglesia de la Santa Trinidad. En un extremo, sobre un largo pilar, se alza una reproducción de la estatua del Ciudadano de Emona, una figura romana encontrada aquí en 1836.

El centro turístico de la ciudad es la
Plaza Preseren, presidida por una estatua en honor a France Preseren, considerado el mayor poeta esloveno. La estatua mira hacia un relieve de mujer en la fachada de una casa en la calle Wolfova, su gran amor no correspondido, Julia Primic. El edificio más llamativo, sin duda, es la iglesia de la Anunciación de María, un edificio barroco pintado en color rosa pastel. Pero el más peculiar es el
Triple Puente, un grupo de tres puentes creado en los años treinta, cuando se añadieron dos puentes peatonales al viejo puente central que databa del siglo XIII. Frente al puente hay un TIC (Centro de Información Turística).

Entre el Triple Puente y el Puente de los Dragones se encuentra la
plaza Vodnik, que ocupa el espacio de un antiguo monasterio destruido por un terremoto en 1895. Actualmente alberga un mercado al aire libre, donde se vende fruta (sobre todo manzanas y caquis), verduras (mucho chucrut y nabos), ropa y calzado; y el edificio del Mercado Central donde se encuentra carne, embutidos y pan, no vimos pescado. Paralela al río hay una bella columnata donde hay algunos bares y restaurantes, al otro lado la estatua de Valentín Vodnik, escritor del siglo XVIII.

Frente a la plaza Vodnik puede cogerse el funicular hasta el
Castillo (4€ ida y vuelta, 2,20€ un trayecto), caben 33 personas y el tarda un minuto en recorrer los 70 mts de desnivel. Se trata de una fortaleza circular con dos puentes levadizos convertida actualmente en un museo, que se puede visitar con una visita guiada, aunque algunas zonas como el patio central, y algunas salas y capillas ocupadas por tiendas y restaurantes son de acceso libre. También son gratis algunas de las mejores vistas ciudad que se obtienen desde sus almenas. Si decides bajar andando, se puede llegar a la ciudad por Gorni trg o por la plaza Vodnik.
Para comer es ideal la Plaza Vodnik, hay puestos ambulantes de comida y está rodeada de bares y restaurantes. Por la noche cierran, y los puestos ambulantes se trasladan a los alrededores de Plaza Preseren, y en ambos lados del río los restaurantes sacan las estufas a la calle. Probamos aquí y allá, salchicha eslovena acompañada de col en vinagre, copa de vino y vino caliente, 10€; y estofado de pollo con verduras y pan, 7€. Postre en
Lolita,
apple strudle y una crema amarilla, 8€.