

Alquilamos una moto a través del hotel, donde se hace la entrega y la devolución. Hay que dejar como fianza de 3.000 bahts y un pasaporte. Precios diarios según cilindrada, seguro accidente incluido: 50 cc – 150 bahts, 75cc y 100 cc – 200 bahts, 125cc – 250 bahts, todos ellos modelos con cambio automático. A partir de aquí vienen las de cambio manual, que llegan hasta los 800 bahts las de carretera de alta cilindrada. Cogemos el modelo de 125cc, caben dos cascos debajo del asiento, tiene rueda grande, es fácil de manejar y tiene un consumo muy moderado. En 130 km gastamos unos 3 litros, a un precio de 25 bahts el litro.
House food shop. Desayunamos aquí que es más barato que en el hotel. 2 huevos fritos, una tira de bacon, dos tostadas, ración de mantequilla y mermelada, té, 55 bahts.


Las
carreteras están en buen estado, con algo de gravilla en los arcenes, pero bien señalizadas. Los carteles y señalizaciones están en inglés, al menos en las carreteras principales y en las cercanas al centro de Chiang Mai. Los tailandeses no corren demasiado, respetan los semáforos, stops, cedas y demás señales de tráfico, aunque si hay que hacer un giro repentino, cambio de sentido, ir contra dirección o alguna infracción por causas mayores, se hace tomando todas las precauciones posibles, y no pasa nada. El tráfico es denso debido sobre todo al alto número de motos, pero no hay animales en la calzada. Se conduce por la izquierda.

Wat Phra Doi Suthep está construido en la cima de una montaña, a unos 15 km de Chiang Mai. Cuenta la leyenda, que incapaz de decidir sobre el sitio adecuado donde albergar una reliquia sagrada, el rey Kuena colocó la reliquia en la parte trasera de un elefante blanco y esperó a ver hasta dónde la llevaba el animal. El elefante caminó hasta la cima de la montaña de Doi Suthep, barritó tres veces, giró tres veces sobre sí mismo, se arrodilló y murió. El templo se levantó en 1.368 en el lugar escogido.
La visita al templo empieza con el ascenso de una escalera de
nagas de trescientos peldaños, que acaba en el
ticket office, acceso 30 bahts. Tras ella queda la explanada del templo, en el centro hay un
chedi dorado rodeado de muros decorados con estatuas de Buda y murales explicando las vidas anteriores de Buda. Decenas de fieles dan vueltas alrededor de él. Rodeando el
dorado hay pequeños santuarios y pagodas, gongs, campanas, imágenes de Buda y una estatua del elefante blanco. También se puede visitar un pequeño museo con fotografías y reliquias antiguas del templo, y un centro de meditación abierto a locales y extranjeros. Desde la terraza inferior hay vistas sobre Chiang Mai.
Descendiendo la montaña hay varios view point bien nutridos de tenderetes de comida y refrescos, y algún que otro souvenir. Paramos en Huay Kaew waterfall, un lugar de acceso libre muy popular entre los locales, ideal para hacer un picinic, relajarse y hacer la siesta. El entorno natural es muy bonito, pero la cascada en si no es nada del otro mundo. Dividida en varios niveles se crean unas pequeñas piscinas donde refrescarse. Desde aquí sale un camino que, montaña arriba, lleva hasta el templo de Wat Phra Doi Suthep, calcular 4h de subida y otras tantas de bajada.
Nuestra última parada es en Wat Umong, un complejo monástico construido durante el siglo XIII. El templo está situado a los pies del monte Doi Pui y los edificios se encuentran distribuidos entre una amplia zona boscosa. Unas escaleras decoradas con nagas llevan hasta la parte alta, donde hay una enorme estupa de piedra. Dispersas por el bosque se encuentran las viviendas de los monjes, estamos en un monasterio activo, y es fácil cruzarse con ellos. A lo largo del camino, bajo los árboles o semi cubiertas por raíces, hay un sin fin de imágenes dañadas y abandonadas. Pero lo que hace peculiar este lugar son los santuarios ubicados en túneles excavados en la montaña, revestidos con paredes de ladrillo, murales budistas, imágenes de Buda, sombrillas de colores y ofrendas de los devotos. El templo dispone también de un centro de meditación y enseñanzas budistas.
Saturday Walking Street. La calle Wualai de Chiang Mai se cierra al tráfico entre las 16h y las 22h, y se llena de puestos de venta de ropa, calzado, artesanía, recuerdos e incluso alguna actuación en vivo. Los precios son asequibles y, a pesar de ser eminentemente turístico, se parece bastante más a un mercado asiático.

A ambos lados de la calle hay puestos de refrescos, fruta fresca y brochetas, y los patios de los templos se convierten en zonas de restauración con mesas y sillas, donde se vende de todo: arroz, pescado fresco, carne e incluso grillos fritos.
Muy buena opción para cenar.