Tailandia

En el hall de llegadas del aeropuerto Suvarnabhumi de Bangkok hay casas de cambio y varios cajeros automáticos. Tras sacar dinero, salimos al exterior por la salida 7 del Sótano -1, donde se coge el bus S1 hacia Kao San Road (60 bahts). Bajamos a mitad de camino, donde cogemos un tuktuk (60 bahts ) hasta el hotel, cerca del Columpio Gigante, previamente reservado en Booking.

Bangkok es una ciudad occidentalizada, volcada a todo tipo de turismo, donde puedes disfrutar de tradiciones ancestrales con las comodidades más modernas, es el lugar ideal para adentrarse con calma, y todo tipo de facilidades, en la cultura del sudeste asiático. Es una ciudad caótica, coches, rickshaws, bicicletas, motos y peatones transitan entre vendedores ambulantes, tiendas de imitaciones, mercados de todo tipo, centros de masaje, templos e imágenes de Buda. El calor puede ser asfixiante, una sauna al aire libre con niveles de humedad superiores al 90%, que se suma a una creciente contaminación. Y en todo ello radica su encanto, porque al final del día, cansado de patear por esta ciudad tan grande, no importa cuál sea tu presupuesto, hay oferta hotelera, de restauración y de ocio nocturno a tu gusto.

Chern Hostel. Bastante bien situado. Habitación con cama doble, cómoda, espaciosa, limpia y funcional, armario, espacio suficiente para las mochilas, televisión, aire acondicionado, y mini nevera. Dos botellines de agua de medio litro de cortesia. En recepción son muy eficientes. donde colocan cada día. Estamos en la última planta, y la presión del agua de ducha podría ser mejor. Desayuno no incluido: american breakfast, 130 bahts, (huevos fritos, tostadas, mantequilla, mermelada, dos salchichas, zumo, ensalada, y te/café).
A 150 mts del hotel se encuentra el columpio gigante. Construido en 1784 bajo el reinado de Rama I, es un símbolo religioso hindú consistente en dos elevados pilares rojos de teca unidos por una barra transversal a casi 27 metros de altura. En el pasado, durante la ceremonia brahmánica de "acción de gracias", celebrada a mediados de diciembre después de la principal cosecha de arroz, algunos hombres se balanceaban sobre un largo columpio suspendidos a 24 metros, mientras intentaban agarrar una bolsa de monedas de plata con los dientes. Semejante práctica ocasionaba multitud de heridos y algunas muertes, que condujeron al fin de la peligrosa ceremonia en 1932.

Frente a él está Wat Shutat (acceso 20 bahts), un bonito templo amurallado con cuatro monumentales puertas de entrada talladas a mano. En su interior 156 estatuas de Buda rodean el recinto, y sus muros están decorados con frescos detallando las veinticuatro encarnaciones previas de Buda. Alberga una imagen en bronce de Buda del siglo XII, traída al templo por el río Chao Phraya desde Sukkotai. Está en obras de restauración, pero asistimos a nuestra primera plegaria en el interior.

En Dinso Rd, hay una decena de locales de comida tailandesa, la mayoría no superan los 50 m2, aunque todos hacen buena pinta. En uno de ellos se ven unos grandes ventiladores desde la calle, estamos a 40º, y no nos apetece comer sudando. Clientela 100% local, noodles seafood, pato laqueado, limonada y cerveza, 280 bahts.

Aprovechando la lluvia de media tarde, que nos acompañará puntual todos los días en Bangkok, vamos al hotel a hacer una siesta. Para cenar escogemos una de las zonas clásicas de ambiente mochilero de la ciudad, Kao San Road. Su historia se remonta a 1892 cuando se estableció aquí el mercado de venta de arroz más grande del distrito. Una calle más, hasta que en los años 70 alguien abrió la primera casa de huéspedes barata, y poco a poco se ha llegado a 400 metros ininterrumpidos de hoteles de bajo y medio presupuesto, restaurantes, locales de masajes, operadores turísticos, casas de cambio y tiendas de souvenirs. Añádele una animada vida nocturna al más puro estilo occidental, y ya tienes un paraíso para los mochileros. Este tipo de calles son como una franquicia, existen en cualquier lugar no occidental donde haya un tránsito masivo de turismo de bajo presupuesto, y es el reclamo para muchos jóvenes con ganas de conocer gente y correrse grandes fiestas a precios muy baratos.

Tambien hay unos cuantos puestos ambulantes con fruta, brochetas y pad thai, además de los clásicos de venta de insectos, otra atracción difícil de encontrar fuera de Kao San Road: escorpiones, cucarachas, arañas, gusanos, grillos, saltamontes… Los bichejos están fritos e insertados en brochetas, no todos tienen un aspecto apetitoso, pero la mayoría tienen un gusto bastante indefinido, predomina más la fritanga que otra cosa. Aún así, si no te atreves a comerlos siempre puedes hacerles una foto por el módico precio de 10 bahts.