Durante las tres semanas que anduvimos con el coche, dos factores marcaron claramente el ritmo del viaje: el tiempo y los lugares para dormir. El mes de abril es una época relativamente fría, para un viaje donde la mayor parte del recorrido transcurrió entre los 1.000 y 2.500 mts de altitud. Durante el día la temperatura estaba entre los 10º y 20º, pero tras el atardecer bajaba en picado, en ocasiones por debajo de cero, y nos nevó de media una vez cada cuatro días. Por otro lado, al ser temporada baja había mucho menos turismo, los campings y hoteles siempre tenían plazas disponibles, y bien vestidos y protegidos es una época mucho más compatible con el turismo que el sofocante verano.
Buscar campings para dormir como primera opción, fue otra decisión que influyo notablemente en el gasto y el ritmo del viaje. Prácticamente cada noche dormíamos en un lugar diferente. Nuestra rutina diaria consistía en levantarnos temprano, duchas y desayuno, desmontar la tienda, conducir entre 100 y 200 km hasta el próximo destino, comer y visitar el parque natural en cuestión, montar la tienda en el nuevo camping, cenar, y tras ver un capítulo de The Wire en el tablet, a dormir. Un camping estatal cuesta entre 5$ y 15$, uno privado entre 25$ y 40$, una cabaña en un camping entre 35$ y 55$, y un motel de carretera a partir de 50$ 60$. Además del evidente ahorro de dinero, el hecho de que la mayoría de los parques dispongan de zonas de acampada en su interior supone un ahorro en tiempo y kilómetros. En general cada parcela dispone, como mínimo, de espacio para dos tiendas y un coche grande, una mesa grande con dos bancos, espacio protegido para hacer fuego y rejilla barbacoa. Siempre hay lavabos cerca. Los campings tienen duchas, pequeñas tiendas donde comprar productos básicos, y lavadoras y secadoras de monedas. Los campgrounds, no disponen de servicios adicionales, pero están siempre muy cerca de ellos.
Comida. Sabiendo que no iba a ser un viaje barato lo que más desequilibro el presupuesto fue la comida, rabiosamente cara. Hamburguesas 8$-15$, en McDonalds 5$-7$, hot dog entre 8$ y 15$, cerveza de barril 1/2 pinta entre 3$ y 5$, cerveza de barril 1 pinta entre 5$ y 7$, enchilada entre 8$ y 12$, costillas dulces 15$, entrecots y similares a partir de 20$, pizza entre 12$ y 20$. Eso si, el agua es gratis en los restaurantes. A esto hay que sumarle impuestos y propinas obligatorias. Una buena opción son los supermercados y áreas comerciales de carretera que ofrecen precios muy competitivos. Hay que tener especial cuidado con los horarios, muchos bares y restaurantes cierran a las 20:00, y en general es muy complicado cenar después de las 21:00.
Gasolina. Hay que vigilar siempre el deposito del coche, hay tramos de hasta 72 millas (116 km) sin gasolineras ni servicios de ningún tipo, así que intentad llevar el deposito siempre lleno, y una lata de callos en el maletero por si acaso. EEUU es un mercado completamente liberado, y puede haber diferencias muy grandes de una gasolinera a otra, en California había casi un dólar de diferencia entre Shell y Chevron, en establecimientos que a veces estaban uno frente al otro. Precios orientativos por galón: Nevada 2,90$, Utah 2,70$, Colorado 2,50$, Arizona 2,90$ y California 3,50$.
En los parques naturales con grandes zonas de restauración y descanso, las llamadas village, como Grand Canyon o Yosemite, el shuttle bus es la mejor opción para desplazarse. Son gratuitos, pasan cada 5-10 minutos, permiten moverse entre los diferentes lodges y secciones que conforman la Village, y funcionan desde el amanecer hasta bien entrada la noche. Además, a veces es complicado orientarse con el coche, y no siempre apetece conducir después de las palizas que nos pegamos cada día. Algunos parques además tienen autobuses de enlace gratuitos desde las poblaciones más cercanas. En otros, para evitar congestiones y cuidar el entorno natural, disponen de autobuses gratuitos (obligatorios) que recorren sus atracciones turísticas, permitiendo subir y bajar tantas veces como se desee. Mas lento que un coche particular, pero mucho más relajado.