Montreal es la mayor ciudad francófona del mundo después de París, una ciudad bilingüe en un país donde el inglés es lengua mayoritaria, y en una área de clara influencia norteamericana. Está dividida entre la zona oeste francófona, y el este anglófono, y aunque la mayoría hablan ambos idiomas, según la parte de la ciudad en la que te encuentres, se espera que te dirijas a la gente en un idioma u otro. Quizás este bilingüismo es una de las causas de su marcado ambiente europeo, que junto a la considerable población inmigrante, se manifiestan con una variada oferta gastronómica, cultural y animada vida nocturna.
Al igual que en Toronto, abril no es la primavera de Barcelona, mínimas de -5º y nieve los tres días. Aunque no es incompatible con el turismo, afecta en el sentido de que muchas atracciones o servicios están cerrados por fuera de temporada.
Alexandrie Hostel, 50$. Habitación doble, compartiendo cocina y baño con otras dos habitaciones. Simple y básico, pero muy limpio. Desayuno incluido: tostadas, mantequilla y mermeladas varias, café.
Wifi. En el área común hay una cocina, nevera, mesas para desayunar, ordenadores sofás y una pequeña biblioteca. A 400 mts de la estación de
Greyhound a NYC.


Un buen punto de partida es la
Place d'Armes, centro del Barrio Viejo, presidida por una estatua de Maisonneuve, fundador de Montreal. Lo primero que llama la atención son las dos torres de
Basilique Notre-Dame (1829). Su impresionante decoración interior de madera, con numerosas pinturas, vidrieras y esculturas, solo puede ser visitado en tours guiados de 20 minutos (5$). Justo a su lado está el
Old Seminary (1685), el edificio más antiguo de la ciudad, la sede porticada del Banque de Montreal, el
Aldred Building, un edificio
art decó que pretendía imitar el Empire State, y el
New York Life Building, primer rascacielos de la ciudad.


Siguiendo la
Rue de Saint Paul, una bonita calle comercial adoquinada donde la mayoría de los edificios son del siglo XIX, se llega a la
Place Jaques Cartier, usada durante muchos años como mercado público. En el extremo norte está la
Colonne Nelson, una estatua en honor del vencedor inglés de Trafalgar sobre franceses y españoles, que descansa sobre una alta columna. Tras ella, cruzando la Rue de Notre Dame, la Place de Vauquelin, el Hotel de Ville, el Ayuntamiento de Montreal, y detras de ellos el Champ de Mars. En el lado oriental de la plaza queda el palacio de
Chateau de Ramezay, convertido actualmente en Museo de Historia.


El
viejo puerto discurre paralelo al río San Lorenzo, es una zona verde y recreativa, donde pasear, montar en bicicleta o tomar algún ferry a la isla de Santa Elena. Su elemento más llamativo es la
Torre del Reloj, un monumento en recuerdo a los marineros que murieron en la Primera Guerra Mundial. Frente al Quai de l'Horlegue está el
Marche Bonsecours, primero ayuntamiento y luego mercado municipal durante más de un siglo, hoy está ocupado por galerías y tiendas de ropa; y la
Chapelle Notre Dame de Bonsecours, la más antigua de la ciudad, es donde se encomendaban los pescadores antes de salir al mar. Desde la Torre hay espectaculares vistas del río, el barrio viejo, y el centro de la ciudad; y la capilla actualmente alberga un Museo de Arqueología.
Chinatown es un pequeño barrio de estrechas calles peatonales, lleno de restaurantes, tiendas y neones, al más puro estilo oriental. Su único espacio abierto es la Place Sun Yat-Sen, donde hay un pequeño templo. Exteriormente está claramente delimitado por cuatro paifangs (arcos) de acceso por los cuatro costados. En la puerta sur hay dos shishi, leones guardianes.
El Parc du Mont-Royal es una amplia zona verde y de ocio junto al centro de la ciudad. Aprovechando una pequeña colina, kilómetros de caminos permiten pasear, correr, ir en bicicleta, esquiar o montar a caballo, entre bosques, lagos, y palacetes. Merece la pena pasar al menos medio día relajado, disfrutando de la naturaleza y de algunas de sus espectaculares vistas.


El area de
Olympic Park forma parte de las instalaciones usadas durante los Juegos Olímpicos de Montreal '76. La pieza central evidentemente es el
Stade Olympique, un recinto con capacidad para 80.000 espectadores, cuyo techo retráctil es abierto y cerrado por una enorme torre inclinada de 175 mts de altura. Dentro de una zona conocida como
Espace pour la vie, se encuentran los cuatro museos de historia natural de la ciudad:
Biodome, donde con numerosas plantas y animales se reproducen cuatro ecosistemas diferentes, el
Jardín Botánico, el más importante del mundo después del de Kew, en Inglaterra, el
Planetarium y el
Insectarium.


La verdad es que las opciones en Montreal son infinitas. Otras zonas destacadas son el
Barrio Latino, en los alrededores de UQAM y Saint-Denis St, conocido por sus teatros, ambiente artístico, boutiques, restaurantes y cafés, se respira ambiente joven y desenfadado; la
Gay Village, cuyo eje principal es Saint Catherine St; el
Quartier des Spectacles, donde hay hasta 30 salas de espectáculos que suman casi 28.000 asientos, entre ellos
Place des Arts, el complejo cultural más grande del país; o
Plateau Mont-Royal, barrio bohemio y cultural de moda, todas las etnias se dan cita aquí en cafés, bares, tiendas de diseño o galerías de arte.
Boustan. Libanes. Comedor y
takeaway. Raciones generosas. Carta con fotos, 6-8 platos a elegir Versión plato 10$, Versión para llevar 5$.

En
Central Station hay una gran variedad de restaurantes y locales de comida de todo tipo, donde muchos de ellos comparten mesas. Hay varias panaderías y pastelerías. Combinado de sandwich de pollo y dos ensaladas a elegir 13$.

Desde la
Gare d'autocars de Montréal salen los autobuses hacia Quebec, Ontario y el estado de New York (EEUU). Está conectada con
Metro (3$).

Tanto
Amtrack como
Via Rail Canada ofrecen sus servicios desde Gare Centrale. Los trenes que unen Toronto y Montreal son cómodos, con portaequipajes tipo avión,
wifi gratuita, y carrito de comidas y bebidas en el vagón.