
Desde Bacalar cogemos la carretera 307 (Chetumal Cancún) dirección norte. Ancha y cómoda, se puede ir entre 90 y 100 km/h sin problemas. Pasamos varios pueblos y un par de gasolineras. Al llegar al pequeño pueblo de El Cafetal, está el desvío a Mahahual, una carretera prácticamente recta de 55 km que lleva hasta el faro. Apenas nos cruzamos con un par de coches, y aunque no está bien asfaltada, la calzada es ancha y da una falsa sensación de comodidad que incita a correr demasiado.

Mahahual es un pequeño pueblo de pescadores, con hoteles pequeños y calles sin pavimentar, cerca de la frontera de Belice lejos del bullicio que supone la Rivera Maya. Su principal atractivo es su larga línea de costa al Mar Caribe, y su cercanía a Banco Chinchorro, un atolón coralino de 35 km de longitud que es el mayor del hemisferio norte. A pesar del poco turismo aparente, sus dos kilómetros de malecón están llenos de bares, restaurantes y chiringuitos. Mahahual está muy lejos del aeropuerto más cercano y los turistas se quedan en la Rivera Maya. Su principal fuente de ingresos son los cuatro mega cruceros que paran cada semana. A las cinco o las seis de la tarde, una vez los cruceristas han comido en los restaurantes, que colocan sus hamacas y mesas sobre la arena frente al mar, y han comprado algunos recuerdos en los tenderetes de souvenirs, el pueblo queda desierto y prácticamente todos los negocios cierran. En la calle de atrás, segunda línea de mar, hay un par o tres de tiendas donde comprar productos básicos y fruta, algunos puestos ambulantes que venden tacos, quesadillas o marquesitas, una lonchería, y locales familiares más baratos que los que hay en primera línea de mar, que son más turísticos.


Hotel Machos, 500 MXN. Muy básico. No hay agua caliente, la wifi no funciona, las sabanas están sucias y la limpieza en general es muy mejorable. No incluye desayuno. Para una noche económica y desesperada.
Nacional Beach Club Bungalows. A partir de 800 MXN. En el centro del paseo, cabañas con baño privado y terracita con mesa y dos sillas. Limpio y cuidado, despliegan hamacas en la playa hasta las 17h. Agua caliente abundante, servicio de desayuno completísimo y variado. El personal es muy atento y amable en todo momento. Aceptan tarjetas. Muy recomendable, fantástica relación calidad precio.
Gypsea Divers. A pesar de encontrarse en una pequeña y rustica cabaña junto al Nacional Beach Club, Lisa, Abel y Juan, “el capitán”, ofrecen en todo momento un trato cinco estrellas. 65 USD una inmersión, 85 USD dos inmersiones y nocturna 65 USD, 10 inmersiones 350 USD. Pago en efectivo o con Paypal. Todo el equipo incluido. Por supuesto no haces nada, ellos cargan, descargan, montan, equipan, se ocupan de todo, tu solo buceas y disfrutas. Las inmersiones son frente a la costa de Mahahual, a cinco minutos en línea recta desde la orilla, si hay más tiempo en lancha será porque hay que desplazarse a lo largo de la costa.
Hicimos tres inmersiones con
Gypsea Divers, dos diurnas y una nocturna, amenazaba lluvia todo el tiempo y bastante viento en algunos momentos, la cosa no dio para más. Vimos bastante coral, tortugas carey, tortugas green, langostas,
porcupine fish,
blue striped grunt, morenas verdes, morenas moteadas blancas, anguilas, peces aguja, peces ángel, peces trompeta, peces león, una plaga aquí que te animan a exterminar... en fin, toda la variedad habida y por haber propia de estas aguas calidas.
Al intentar ir a Banco Chinchorro nos hemos encontrado con dos problemas: la mala mar, pues estaba entrando un temporal de viento y lluvia que nos acompañaría toda la semana y que provocaba olas de más de metro y medio, demasiado para un trayecto de dos horas en lancha; y el hecho de encontrarnos en temporada baja, pues hacen falta seis buceadores para llenar una lancha, y aunque hay tres clubs de buceo en el malecón y agrupan clientes para optimizar gastos, no fue suficiente.


La mayoría de restaurantes del paseo disponen de mesas en la arena junto a la orilla, y hamacas para relajarse despues de comer.
Maya Bar. Ceviche de pulpo, pescado y camarón (gambas), alitas búfalo, y limonada, 300 MXN. Nada excepcional pero muy agradables.
El Capitán Mono. Excelentes espaguetis a la marinera. Raciones muy grandes, para compartir, 200 MXN.
Fernando 100% agave. De nivel un poco más elevado que el resto de locales del paseo. El dueño te atiende personalmente, te aconseja y te da tanta conversación como quieras. Decenas de botellas de mescal, haciendo honor al nombre, decoran una de las paredes. Cocina mejicana, con raciones muy grandes y sabrosas. Surtido de entrantes para picar, cazuelita de queso fundido con vegetales,
yambala (paella criolla), jarra de cerveza negra tostada, y chupito de tequila de café, regalo de la casa. 285 MXN.