

Realizando una travesía entre la costa del Atlántico y Asunción del Paraguay, el español Avaro Nuñez Cabeza de Vaca se encuentra con las cataratas en el año 1542, y las bautiza con el nombre de Saltos de Santa María. A principios del siglo XX se crean los dos parques nacionales en torno a ellas, que unidos por el río Iguazú protegen una riquísima diversidad de especies de flora y fauna, algunas de ellas amenazadas de extinción. A 17 km se encuentra la localidad de
Puerto Iguazú que, como no podía ser de otra manera, vive del turismo que estas generan. Es una ciudad nueva, sin casco antiguo, tranquila y funcional, con una amplia variedad de hoteles y restaurantes. Salen autobuses cada 2h a las cataratas del lado
brasileño (60 AR$) y cada 30 minutos al lado
argentino (70 AR$).

Día de vuelos.
08:00 Ushuaia,
17:00 Puerto Iguazú, haciendo escala en El Calafate, y cambio de avión en Buenos Aires. El primer recuerdo de Iguazú es una bofetada de humedad nada más pisar el finger al salir del avión, el calor se puede soportar pero la humedad es algo fuera de serie.
Four Tourist Travel, servicio de
transfer hasta la puerta del hotel,
40 AR$ por persona.


Marco Polo Inn, 460 AR$. Habitación amplia con dos camas, aire acondicionado, tv y baño privado. Pequeña terraza al jardín comunitario con dos sillas y una mesa. Hay piscina y cocina comunitaria. Desayuno incluido: tostadas, mantequilla, mermelada, fruta, zumos, yogur, te y café. Wifi. Nada espectacular pero bien. Su ubicación es ideal frente a la estación de ómnibus.
Junto al hotel, en la esquina con avenida Guaraní, está la panadería confitería
El árbol real abierta las 24h, tienen bocadillos, sándwiches, empanadas, alfajores y bebidas. Para otras compras en Victoria Aguirre, 64, esta el
Supermercado Ruta 17, grande, variado y bien surtido.
A 1h paseando desde el centro está el Hito de las Tres Fronteras, un monolito pintado con los colores de la bandera argentina levantado frente al punto de unión de los ríos Paraná e Iguazú, y que marca la triple frontera geográfica entre Argentina, Brasil y Paraguay. El atardecer es un buen momento para disfrutar de este bonito paisaje. A su alrededor hay un pequeño parque con una feria de artesanos y puestos de comida rápida. Para volver al centro cogemos un micro dirección Las Leñas, 4 AR$ cada uno.
La vitrina. Muy buena carne que asan sin descanso en la parrilla. Tanto nos gustó que cenamos aquí dos noches (265 AR$ y 300 AR$). Probamos asado de tira, morcilla, chorizo, y vacío, siempre acompañados de Quilmes 3/4 y una ensalada de tomate, lechuga y cebolla. El entrante: berenjenas en escabeche. El único sitio donde la carne estaba al punto de verdad, y no demasiado hecha.
Dama Juana, 300 AR$. Mas pijo, con una bonita terraza, pero no tan bueno. Ojo de bife y bandiola (cerdo).



Las únicas empresas de autobuses con asiento 180º a Buenos Aires son
Río Uruguay,
Crucero del Norte y
Vía Bariloche. Los precios son altos y sus horarios no nos convienen así que iremos en asiento 160º con
Expreso Singer por 765 AR$. Sale a las 14:50 (y 17:45) y llega a las 09:00 (12:00) del día siguiente. La estación de autobúses es grande, con unos quince muelles, donde ademas de todas las oficinas de compañías con destino a Cataratas, resto del país, Brasil y Paraguay, están los tours operadores y agencias de viajes.
Ultimo día en Puerto Iguazú, y un par mas para salir de Argentina. Calculamos que nos sobrarán unos 2.000 pesos y decidimos cambiarlos lo antes posible, tenemos toda la mañana libre ya que el bus a Buenos Aires no sale hasta las 14:50 y aquí no hay mucho que hacer. Nos recomiendan ir a La Feria, un mercado de alimentos y souvenirs que hay a 10 minutos de la estación. Vendemos los pesos y compramos algunos regalos. Hay algunos restaurantes con muy buena pinta. En una barbacoa callejera comemos el mejor choripan (10 AR$) que hemos probado hasta ahora y una milanesa con lechuga y tomate (23 AR$).