Sri Lanka

Tenemos problemas para arrancar el tuktuk, los fallos de batería serán una constante. Por suerte un empleado del hotel había sido conductor y nos ayuda a arrancarlo usando la palanca de arranque manual. Tenemos unos 80 km hasta Anuradhapura, poco más de dos horas. Tras instalarnos en el hotel nos vamos a comer, pollo frito, arroz mixto y un agua, 1.300 SLR. Pensando en posibles fallos de Google Maps en nuestros teléfonos o en buscar hoteles mientras estamos en ruta, compramos una tarjeta SIM, 200 SLR, con servicio de 10 GB de datos y 100 minutos de llamadas locales (internacionales no).

Anuradhapura se convirtió en el 380 AC en la primera capital de Sri Lanka, permaneciendo como tal hasta principios del siglo XI, cuando ya no pudo recuperarse de uno de los muchos ataques y saqueos realizados por la dinastía chola del Sur de la India. Durante años fue un importante centro de culto budista, sobre todo a partir de la llegada en el siglo IV de la reliquia del diente de Buda. Hoy su mayor atractivo es el Anuradhapura World Heritage Site, la ciudad sagrada que se estableció en torno a un Buda Tree (árbol de la iluminación) traído desde la India en el siglo III AC, por Sanghamitta, fundadora de una orden de monjas budistas. El recinto arqueológico ocupa una extensión de unos 40 km2 y la entrada cuesta 25$, demasiado para las pocas horas que quedan de luz. Lo dejamos para mañana.

Nos acercamos a Mihintale (acceso 1.000 SLR), a unos 15 km de Anuradhapura, cuna del budismo en Sri Lanka. Un tramo de casi 2.000 escalones separan el parquing de la cima de la colina, donde se encuentran varias dagobas y estatuas de Buda. Por el camino solo nos cruzamos con monos y peregrinos, sobre todo familias. Poco antes de la cima hay que descalzarse, se trata de un lugar sagrado. En el centro de una pequeña explanada está la Dagoba Ambasthale, y a su alrededor tres importantes puntos de interés: la Dagoba Maha Seya, una impresionante construcción blanca de 107 mts de altura y 92 mts de diámetro, que alberga un cabello de Buda en su interior; Aradhana Gala, la roca donde meditó por primera vez Mahinda, el príncipe indio que trajo el budismo a la isla; y una enorme estatua blanca de Buda sentado.

Hoy pasamos todo el día visitando las ruinas de Anuradhapura (acceso 25$). El complejo ocupa una extensión de unos 40 km2, así que lo mejor es contratar un guía (5.000 SLR) si no quieres perderte entre estupas, palacios, jardines, piscinas, acequias de riego, estatuas de Buda y bloques de piedra aislados, que resultan poco atractivos sin una explicación que los ubique en el entorno y en su contexto histórico. Por supuesto, dada su extensión si no disponéis de medio de transporte propio, debéis contratar un guía con tuktuk. Una visita a los puntos principales os ocupará toda la mañana y parte de la tarde. Dentro del recinto hay opciones para comprar agua, souvenirs o comer. Arroz con curry, banana rotti, agua y Fanta, 800 SLR.

Hotel 4 U Saliya Garden, 10.500 SLR. En las afueras, a cinco minutos del centro. Habitación doble con baño privado, aire acondicionado, ventilador, mosquitera, y porche con una mesa y dos sillas frente a la piscina. Desayuno incluido. Dispone de restaurante, con una muy buena relación calidad precio, y bar con mesa de billar. Cenamos allí las dos noches, primer día: cheese Katty, chicken and corn soup, cerveza Lion strong; segundo dia: curry crab, seafood soup, vegetables soup, Lion beer. Ideal, repetiría sin dudarlo.