Polonnaruwa se convirtió en capital de Sri Lanka cuando a principios del siglo XI los cholas, tras hacer caer el reino de Anuradhapurna, trasladan aquí la capital. Cincuenta años más tarde los cholas caen y el reino vuelve a ser singalés, que permanece aquí hasta 1236. Aún se conserva parte de ese legado, estupas, estatuas de Buda, y otros edificios religiosos de estilo hindú y budista, palacios, estanques, y muchas piedras, se extienden sobre 120 hectáreas, aunque la zona más visitada es la conocida como el Cuadrángulo. Una vez más es imprescindible guía (5.000 SLR) y tuktuk o algún medio de transporte.
Las entradas (
acceso 9.250 SLR) se compran en el
Museo Arqueológico. En él hay maquetas a escala de algunas ruinas y numerosas fotografías y planos, que nos serán de mucha ayuda cuando visitemos las ruinas. Nuestro guía habla español, es muy comunicativo y nos deja marcar el ritmo sin problemas. La visita a la
ancient city la empezamos por una zona donde se encuentra el Palacio Real, del que apenas queda un trozo de fachada, el Pabellón de Audiencias, con un bonito friso de elefantes, y Kumara Pokuna, una enorme piscina. El Cuadrángulo. reúne la mayor concentración de edificios, templos budistas (uno de ellos se dice que albergó el famoso diente de Buda), dagobas (estupas singalesas), estatuas y monumentos varios. Herencia del medio siglo de ocupación chola, podemos ver también dos templos dedicados a Shiva.
A un par de kilómetros del Cuadrángulo. se encuentran los Budas de Gal Vihara, cuatro grandes budas esculpidos en una pared rocosa. Dos están sentados en meditación; uno en pie con los brazos cruzados sobre el pecho; y el último, el más impresionante, es un Buda recostado de 15 mts de longitud, en posición de haber llegado al Nirvana.
Pharo Lake, 35$. Ubicado junto al lago, a diez minutos de las ruinas. Habitación doble y espaciosa con baño privado, terraza con vistas a la piscina, ventilador, aíre acondicionado y restaurante con grill. Parquing y desayuno incluido. Local breakfast: pol sambol, chicken curry, dahl curry, rotti, y string hoopers; western breakfast: huevos fritos con salchicha Frankfurt, tostadas con mantequilla y mermelada. Plato de fruta, té y zumo en ambos.
Las entradas (acceso 9.250 SLR) se compran en el Museo Arqueológico. En él hay maquetas a escala de algunas ruinas y numerosas fotografías y planos, que nos serán de mucha ayuda cuando visitemos las ruinas. Nuestro guía habla español, es muy comunicativo y nos deja marcar el ritmo sin problemas. La visita a la ancient city la empezamos por una zona donde se encuentra el Palacio Real, del que apenas queda un trozo de fachada, el Pabellón de Audiencias, con un bonito friso de elefantes, y Kumara Pokuna, una enorme piscina. El Cuadrángulo. reúne la mayor concentración de edificios, templos budistas (uno de ellos se dice que albergó el famoso diente de Buda), dagobas (estupas singalesas), estatuas y monumentos varios. Herencia del medio siglo de ocupación chola, podemos ver también dos templos dedicados a Shiva.
A un par de kilómetros del Cuadrángulo. se encuentran los Budas de Gal Vihara, cuatro grandes budas esculpidos en una pared rocosa. Dos están sentados en meditación; uno en pie con los brazos cruzados sobre el pecho; y el último, el más impresionante, es un Buda recostado de 15 mts de longitud, en posición de haber llegado al Nirvana.
