
Aterrizamos en el
aeropuerto internacional de Bandaranaike (CMB), 30 km al norte de Colombo. Es un aeródromo de tamaño mediano, una veintena de tiendas y restaurantes, casas de cambio de moneda y cajeros automáticos. A diez minutos en taxi, precio fijo de 2.5000 SLR, se encuentra
Tuktuk Rental, la compañía con la que hemos alquilado un tuktuk sin conductor, para dar la vuelta a la isla por nuestra cuenta. Entre llegar, rellenar papeles, una breve reunión informativa sobre el estado del país y las carreteras, y una detallada clase de conducción para dos personas, tardamos unas tres horas en ponernos en marcha.


No nos va a dar tiempo de llegar a Anuradhapura, entre 5 y 6 horas en tuktuk, así que nos marcamos como objetivo dormir a mitad de camino, en un hotel que hemos encontrado cerca de Padeniya. En un

restaurante de carretera hacemos nuestra primera comida ceilandesa: fideos con marisco, cerdo frito (versión local de los morros), botella de agua grande y Sprite, 1.800 SLR.
Hotel Yapahuwa Paradise, 85$. Hotel muy por encima de los precios que estamos dispuestos a pagar, pero hoy no hay opción. Somos los únicos huéspedes de lo que parece una mansión de la época colonial, con cuidados jardines y una bonita piscina. Habitación doble de 35 m
2 con aire acondicionado, ventilador, mosquitera, baño privado y terraza con vistas a un pequeño lago. Desayuno incluido.