
Nos queda un cuarto de depósito y cinco litros de gasolina en un bidón. No parece suficiente para llegar a Negombo, donde cogemos un avión de madrugada de vuelta a Barcelona. Repostar en las gasolineras de Kandy parece menos arriesgado que emprender la marcha y quedarnos tirados en cualquier lado, así que nos levantamos pronto e iniciamos la búsqueda. Llegamos a una donde dicen que el camión está de camino, después de una hora esperando el camión que llega es de diésel. Hay que esperar un poco más a que llegue el de gasolina. En ese impase un lugareño nos acompaña a una donde están ya repartiendo, nos acabamos de ahorrar como mínimo un par de horas de espera.
Poco más de una hora antes de llegar, paramos a comer en
Bravo Restaurant, un curry rice que compartimos entre los dos. Devolvemos nuestro vehículo en
Tuktuk Rental y cogemos un tuktuk para ir hasta nuestro hotel, donde pasaremos las últimas horas de relax antes de coger el avión. Los hoteles que hay en primera línea de playa en la zona norte de Negombo parecen algo subidos de precio, así que nos decantamos por la zona sur.
Hotel Ayana Blue, cerca de TuktukRental y el aeropuerto. Un lugar estupendo, bien cuidado, limpio y tranquilo, solo le falta una piscina. Cabaña con una amplia terraza, habitación doble con baño privado, recibidor, y vistas a un jardín fantástico. La pareja que lo lleva es súper amable, preparan cenas a petición. Esta en primera línea de playa, aunque eso no importa porque no es posible bañarse debido a que el oleaje es muy intenso y el suelo rocoso. Además, no se como será la zona norte, pero esta zona parece un estercolero, está lleno de basura, quizas sea por su proximidad a la capital.