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PERÚ

Reserva Natural Pacaya-Samiria

Pacaya Samiria es la reserva natural más grande del Perú. Ocupa una extensión de 20.800 km2, la superficie de Eslovenia, y está delimitada por los ríos Marañón y Ucayali, que originan el Amazonas. Es un área de bosque húmedo tropical inundable, que alberga 800 especies de árboles que sirven de hogar a 330 especies de aves, 13 de monos, así como a pumas, jaguares, tapires, jabalíes, capibaras, perezosos, osos hormigueros, y así hasta 102 especies de mamíferos, 69 de reptiles y 58 de anfibios. En sus aguas habitan 250 especies de peces, de los que hay que destacar el paiche, el pez de agua dulce más grande del mundo con 3 metros y 200 kilos de peso. También es fácil ver delfines rosados, caimanes, tortugas, boas anacondas y manatíes, herbívoro que consume la vegetación acuática evitando el empantanamiento de los cursos de agua. El clima dentro de la reserva es húmedo y caluroso con temperaturas que pueden superar los 34º y el 90% de humedad.
No es posible entrar a la reserva por cuenta propia, siempre es necesario adquirir los servicios de una agencia de viajes autorizada. Nosotros contratamos con Huayruro Tours por 165 soles por persona y día, y todo fue como la seda.
Embarcadero en Santa Rosa de Tibilo Reserva Nacional Pacaya Samiria Playa Caracha Reserva Nacional Pacaya Samiria Reserva Nacional Pacaya Samiria
Quinto día A las ocho de la mañana nos pasa a buscar por el hotel Wellington, nuestro guía. Vamos a desayunar, de camino recogemos a Jovita, que será nuestra cocinera. Pasamos por sus oficinas a coger todo lo necesario para nuestra estancia en la reserva: fruta, pan, leche deshidratada, huevos, fruta, algunas latas, botellas de agua, esterillas y cubrecamas, ropa (nosotros llevamos una mochila pequeña de 15 lt cada uno), botas de agua, utensilios de cocina, los remos… llenamos la parte trasera de un motocarro y vamos hasta la entrada del parque, en Santa Rosa de Tibilo. Es un camino medio empedrado medio encharcado y con poco mantenimiento, en total cuarenta minutos de baches y charcos. En las oficinas de la reserva rellenamos la inscripción, nos regalan un par de postales muy chulas, y colocamos todos los enseres y víveres en la canoa. Aunque parezca increíble cabe todo, nos subimos los cuatro y partimos. Salimos a las 10h.
Reserva Nacional Pacaya Samiria Reserva Nacional Pacaya Samiria Reserva Nacional Pacaya Samiria Reserva Nacional Pacaya Samiria Playa Caracha
La navegación la haremos siguiendo el rio Samiria, en una canoa de madera hecha de un solo tronco, amplia y cómoda. Reman Wellington delante y Jovita detrás haciendo además funciones de timonel, nosotros nos situamos en medio. La comida y enseres para pasar cinco días rellenan los huecos.
Hacemos una parada a las 11h30 para almorzar en playa Caracha, algo de fruta y pollo con arroz que ha sobrado del desayuno. Paramos a comer en Panteón y después hacemos una caminata de1h30 por la selva, vemos monos frailes y tucanes. Es una selva húmeda, el suelo está cubierto de una capa de hojas y materia vegetal en descomposición, que cubre charcos y algunos animales, como por ejemplo serpientes. Es por ello que nos proveen con botas de agua, protegen hasta la altura de las rodillas, son impermeables y nos protegerán de mordeduras ocasionales.
Reserva Nacional Pacaya Samiria Reserva Nacional Pacaya Samiria Reserva Nacional Pacaya Samiria Reserva Nacional Pacaya Samiria Reserva Nacional Pacaya Samiria
Quien venga aquí pensando en África está equivocado, aquí los animales hay que buscarlos entre la densa vegetación, no se muestran fácilmente, ni en grupos grandes, pero eso no significa que no haya una gran variedad. Durante el camino vemos gran cantidad de aves, como papagayos amarillos y azules, gavilanes, tucanes, piapia, poucar (del color de los taxis de Barcelona), garzas, martín pescador, buitres, además de caimanes y delfines, son algunos ejemplos de la diversidad que alberga la selva.
Reserva Nacional Pacaya Samiria Embarcadero de Poza Gloria Habitación en Poza Gloria Reserva Nacional Pacaya Samiria Reserva Nacional Pacaya Samiria
A las 16h llegamos a Poza Gloria donde cenaremos y pasaremos la noche. Es una cabaña muy básica, hecha con madera y techada con hojas de palmera entrelazadas. Está elevada unos tres metros sobre el suelo, tipo hórreo, para que no se malogre en temporada de lluvias cuando el rio sufre notables crecidas. Frente a ella hay un muelle anclado al rio con un sistema que le permite también desplazarse en función de las crecidas del rio.
Embarcadero de Poza Gloria Compañera de habitación en Poza GloriaEn el interior hay media docena de habitaciones con cama y mosquitera, una cocina, un comedor, un lavabo con ducha, electricidad de 18h a 21h. Un depósito de agua de 250 litros, que recoge agua de lluvia, es el que provee de agua al lavabo. Cuando llegamos el deposito está vacío, así que el guardabosques debe subir agua del rio hasta un bidón de plástico de 50 lts dentro del lavabo, donde con un cazo se limpia la taza y te puedes dar una ducha. Parece más fácil ponerse el bañador y bajar al rio a limpiarse un poco. El agua está fresquita, ideal para el intenso calor que hace en la selva. Hay que ir con cuidado de no pisar ramas, pinchos o algún otro desecho orgánico, y sobre todo nada de entrar con sangre a la vista para no estimular a las pirañas. No es broma, a quince metros de donde nos bañamos, uno de los guías pescó media docena en un momento.
Sexto día Nos levantamos sin prisa ni despertador, seguimos el horario solar. Anochece a las 18h y amanece a las 6h, después de cenar poco puedes hacer, leer con el frontal o ver alguna serie que lleves en el móvil/tablet, incluso con ello difícil es que no estés acostado a las 21h. Desayunamos huevos con pan, fruta, mermelada y té. Recogemos, montamos la canoa y salimos a navegar.
Cocina en Poza Gloria Poza Gloria Reserva Nacional Pacaya Samiria Reserva Nacional Pacaya Samiria Reserva Nacional Pacaya Samiria
Las horas de calor son entre las 10h y las 15h30. Aunque seguramente no es la mejor opción para unos blanquitos atrae mosquitos, vamos descalzos o en chanclas la mayor parte del viaje, hace demasiado calor para llevar el pie cubierto, solo usamos las botas de agua durante las excursiones. En la barca no hay que preocuparse de los mosquitos, curiosamente solo pican cuando estás en tierra. Hoy dormimos en el puesto de vigilancia Camotal, de aspecto exterior es más moderno que Poza Gloria, pero por dentro es más o menos lo mismo que ayer. Hay media docena de habitaciones sin cama ni estanterías ni nada, solo arañas, cucarachas y demás bestias, hay que dormir en el suelo. Montamos una cama en el suelo con colchonetas y una sábana, y lo cubrimos todo bien con la mosquitera.
Puesto Panteón Cocina en Puesto Panteón Reserva Nacional Pacaya Samiria Cocina en Puesto Panteón Reserva Nacional Pacaya Samiria
Al igual que ayer, vemos todo tipo de animales durante el camino, estos son solo algunos de los que recuerdo: águila luama, águila vieja, victor diez, guanaco rojo, delfines, monos fraile, lobos de río, tortugas taricaya, tucanes tabaqueros, papagayos, iguanas, paiches, pájaro tatatao, monos negros, ranas torito. A mitad de camino paramos en Poza Galicia, un lugar donde el río es más profundo y es fácil ver a los delfines saliendo a respirar, y a los paiches saltando y golpeando con el lomo sobre el agua.
Reserva Nacional Pacaya Samiria Reserva Nacional Pacaya Samiria Reserva Nacional Pacaya Samiria Reserva Nacional Pacaya Samiria Reserva Nacional Pacaya Samiria
Entre el muelle y la cabaña hay un pequeño “banco de incubación” de tortugas taricayas. Durante la época de desove recogen los huevos de estas tortugas para protegerlos, esperar su eclosión y devolución al río, evitando así la recolección indiscriminada. Pero no es oro todo lo que reluce, para evitar la liberación excesiva de una sola especie en un entorno con un equilibrio tan frágil como la Amazonia, los huevos sobrantes se destinan al consumo y comercialización por parte de los pobladores locales.
Limpiando pescado en Puesto Camotal Reserva Nacional Pacaya Samiria Reserva Nacional Pacaya Samiria Lavabo de Puesto Panteón Limpiando legañas en Puesto Camotal
Después de cenar salimos a ver cocodrilos. No hay que alejarse más que unas decenas de metros para ver los primeros. Se ven claramente sus ojos sobre el agua cuando los alumbras con la linterna. Vimos un montón, y Wellington cogió un par de ellos, de no más de medio metro, para verlos de cerca en la barca. Vimos también una serpiente loro machaca, una especie muy venenosa según nos dijo, y de forma fugaz, un puma bebiendo en la orilla, que huyó nada mas notar nuestra presencia.
Excursión desde Puesto Camotal Excursión desde Puesto Camotal Excursión desde Puesto Camotal Excursión desde Puesto Camotal Excursión desde Puesto Camotal
Septimo día Después de desayunar en Camotal, salimos a dar un paseo por la selva hasta el río Aragón, una caminata de unas 3h30. Por el camino vemos monos negros y algunas perdices. Una hora antes de llegar, en el camino de vuelta, empieza a llover. Wellington, en un par de minutos, improvisa un refugio con hojas de palmera, pero una vez hecho decidimos que no llueve tanto y que es mejor seguir caminando antes de que apriete más. La selva es muy densa y aunque en algunos momentos aprieta, apenas nos mojamos. A las 12:15 llegamos a Camotal, y quince minutos más tarde ya está diluviando. Nos hemos salvado de poco. Durante un par de horas llueve muy fuerte, y estará haciéndolo hasta las siete de la tarde. Cancelamos todas las actividades y nos quedamos a cubierto disfrutando del paisaje y charlando.
Excursión desde Puesto Camotal Excursión desde Puesto Camotal Excursión desde Puesto Camotal Playa frente al río Aragón Puesto Camotal
Solo en Poza Gloria hay un generador alimentado con placas solares que da electricidad tres horas al día, el resto de refugios río abajo, incluido Camotal, no disponen de luz eléctrica en ningún momento. Todos los refugios disponen de cocina de leña que usan los guías. Hay un comedor o mesa grande para usar como tal, y un lavabo con agua de barreño, que se abastece con agua que hay que cargar desde el río. Para mayor comodidad, ducha y demás higienes personales directamente al río
Excursión desde Puesto Camotal Excursión desde Puesto Camotal Excursión desde Puesto Camotal Excursión desde Puesto Camotal Reserva Nacional Pacaya Samiria
Octavo día Durante la noche ha estado lloviendo en algunos momentos, pero por suerte amanece despejado. Hoy había prevista una caminata, pero le pedimos suspenderla. Ayer había mucho barro en la selva, y eso que hacía días que no llovía, hoy seguro que será un lodazal. Así que hemos salido pronto, hemos parado un rato en Poza Galicia, donde es más fácil ver delfines, en Panteón para comer, y hemos seguido hasta Poza Gloria donde hemos llegado a las 15h. Nos hemos dado una ducha en el río y Rosa se ha lavado el pelo sin suavizante por primera vez en cuatro días.
Reserva Nacional Pacaya Samiria Reserva Nacional Pacaya Samiria Reserva Nacional Pacaya Samiria Reserva Nacional Pacaya Samiria Reserva Nacional Pacaya Samiria
De momento no hay nadie, el otro día estaba lleno, supongo que no tardaran en llegar. En Panteón compramos pescado a Jacinto, el guardabosque, por 10 soles, araguana para comer y acaguaso para cenar. En cada cabaña / puesto de vigilancia hay alguien que, , en turnos de diez días, se encarga de cuidarlo y mantenerlo limpio para quien venga. Así como vigilar el pequeño huerto de huevos de tortuga, que contiene unos 200 ejemplares.
Reserva Nacional Pacaya Samiria Reserva Nacional Pacaya Samiria Reserva Nacional Pacaya Samiria Limpiando pescado en Puesto Panteón Reserva Nacional Pacaya Samiria
Las comidas son básicas pero muy buenas, Jovita es una gran cocinera. Casi siempre empezamos con una sopa o crema, antes del plato principal a base de arroz, espagueti o tortillas, con tomate y cebolla, acompañado de pescado. De postre hace un arroz con leche riquísimo, y si no siempre hay fruta: plátano, mandarinas, granadillas…
Durante el viaje no faltó comida Durante el viaje no faltó comida Durante el viaje no faltó comida Durante el viaje no faltó comida Durante el viaje no faltó comida
Noveno día Ultimo día en Pacaya Samiria. Hoy es una dura jornada para los que reman, aunque todo el viaje desde Camotal es contracorriente, conforme nos acercamos a la confluencia de los ríos Samiria y Tibilo, el agua baja más fuerte. Nosotros mientras tanto íbamos pendientes de ver animales, aunque la mayoría de ellos nos los descubren Wellington y Jovita, que tienen los ojos entrenados para buscar entre tanta vegetación. Que yo recuerde vemos perezosos, papagayos rojos, cocodrilos, nutrias, lobos de río, papagayos amarillos, águilas papa viejo, águilas mama vieja, garzas, una anaconda, una tarántula…
Habitación en Poza Gloria Cocina en Poza Gloria Puesto Panteón Embarcadero de Poza Gloría No siempre llueve a gusto de todos
La valoración final, a pesar de haber sido devorados por mosquitos y demás bichos diminutos, es tremendamente positiva. Han sido cinco días de tranquilidad absoluta, en los que solo hemos visto turistas en Poza Gloria y un par de canoas que iban más allá de Camotal. Cuanto más te adentras en la selva menos turistas hay y más animales ves, las agencias de Lagunas ofrecen excursiones de hasta tres semanas. Pero repito lo que dije antes, quien venga aquí pensando que esto es África está equivocado, aquí los animales hay que buscarlos y adivinarlos entre la vegetación, no se muestran fácilmente, ni en grupos grandes, pero eso no significa que no haya una gran variedad. Por otro lado, los niveles de comodidad pueden ser bajos para determinada gente. Estás sentado en una canoa entre seis y ocho horas al día, duermes en el suelo acompañado de enormes arañas, cucarachas y demás insectos, y los mosquitos te comen a picadas. Por otro lado, quien hace este tipo de viajes sabe a lo que viene, y además es la única forma de conservar el ecosistema.
Reserva Nacional Pacaya Samiria Reserva Nacional Pacaya Samiria Reserva Nacional Pacaya Samiria Reserva Nacional Pacaya Samiria Playa Caracha
Nos recogen en las oficinas del parque en Santa Rosa de Tibilo, y seguimos el mismo camino de tierra bacheado por el que vinimos. En uno de sus lados hay una antigua pista de aterrizaje clandestina usada por los narcos hasta mediados de los noventa, cuando fue destruida por la DEA.